Cada vez, las consultas de los psicólogos están más solicitadas por familias con problemas relacionados con los hijos. Hijos que presentan patologías relacionadas con estados anímicos bajos, estados de ansiedad, depresión, angustia, malestar, insomnio o bajo rendimiento escolar.
En principio, la predisposición para ser felices de los niños es altamente superior que a la de los adultos.
La patologías emocionales, como las enumeradas anteriormente no suelen aparecer hasta el final de esa niñez o principio de la adolescencia, debido a los primeras experiencias a nivel de la socialización o formación de la personalidad en esas mentes que van madurando poco a poco.
La felicidad no es algo innato, es una faceta del ser humano en la que el nivel de motivación, satisfacción, equilibrio personal y rasgos de seguridad individual, considerados uno de los mayores tesoros que el ser humano puede poseer.
Lamentablemente, muchas veces no es así. La sociedad que impera en este momento no es el lugar más proclive en la que el ser humano y el niño en particular, avance de manera más cualitativa a nivel intelectual. Se hace más hombre mucho antes y el paso a la juventud adolescente vertiginosamente se materializa antes que en épocas anteriores.
Por eso ahora los niños son personas que se empiezan a plantear problemas en un mundo de adultos mucho más complejo en el que acaban malacostumbrándose de forma directa.
Lograr que un niño sea feliz no requiere esfuerzos muy grandes, ni tener la pócima maravillosa que nos ofrezca grandes soluciones a los problemas que nos planteen de vez en cuando. La alternativa es saber potenciar aquellas características personales, que, a través de la observación directa, nos puedan aportar el conocimiento exacto de sus personalidades.
Tan importante como educarles en la inteligencia de sus emociones positivas es no entrar en el capítulo de la sobreprotección, que es una mala consejera pedagógica.
De esta manera, de forma evolutiva, ellos irán adquiriendo poco esas experiencias aprendidas que les sirvan de soporte para el futuro conocimiento de sus propias limitaciones y capaces de conocer la naturaleza de un mundo excesivamente complejo y lleno de situaciones que para ellos no serán nada fáciles.
Cariño, respeto, educación en valores, trabajo, responsabilidad con los demás, voluntad, y esfuerzo, son características muy socorridas a la hora de afrontar problemas.
La sociedad que estamos construyendo, desgraciadamente no posee, en general, esa educación en valores tan necesaria para vivir en paz y mejor.