Todo lo que no se ajuste a una normalidad puede generar muchos problemas. En la educación de nuestros hijos, influye mucho cómo somos capaces de transmitir los valores y las actitudes positivas para una correcta formación de su personalidad. Diversos estudios nos advierten que el empleo del abuso físico o verbal para utilizar el castigo como medida disuasoria en niños, puede fomentar conductas de riesgo en la adolescencia o futuras etapas. La paternidad o maternidad severa es a gritar, utilizar mal el lenguaje, minusvalorar o amenazar de manera indiscriminada. Aunque muchas veces si nos hemos pasado con ellos, lo bueno es hablar de ello y cambiar el registro, al menos por nuestra parte. Estas conductas coercitivas no son recomendables. Si hay que castigar se hace pero con razones y sobre todo, de modo y manera responsable. No nos vale de nada decir que a nosotros no nos pasaba nada cuando nuestros padres lo hacían. Eran otras formas o maneras que no nos llevaban a nada. Educar en el miedo al castigo, control, dominio, poder también es violencia. También habría que entender que muchos padres se sienten desbordados por determinados problemas a los que no saben enfrentarse. Problemas de sus hijos a los que su reacción es descontrolada. En ese caso, lo recomendable es acudir a algún profesional de la conducta o educación para consultar el tema. En esta línea los mejores resultados a nivel educativo que podems conseguir con nuestros hijos,s e basan el la razón, la confianza y la mejora de su autoestima. Un buen ambiente favorecerá la proliferacioón de conductas adecuadas y una mejor relación con ellos, Veremos si somos capaces de hacerlo.
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