Seguramente te habrás encontrado alguna vez en el ámbito social, en tu trabajo o incluso en alguna relación a alguien que te ha llamado la atención por lo que quiero contarte esta semana. Un perfil de personalidad ciertamente curioso, muy atractivo, lleno de encanto y fácilmente creíble. Te estoy hablando de un individuo que no es lo que parece o lo que representa. Para ello quiero prepararte. No sucumbas a sus encantos, trabaja bien con él si es tu jefe y no entres en cuestiones personales si intenta avanzar en ese proceso.
Este tipo de perfil es extremadamente peligroso, capaz de casi cualquier cosa, sobre todo de darle la vuelta a la situación hasta conseguir su objetivo.
Si las cosas fueran mal, sería capaz de involucrarte en aquellas situaciones que tu defiendes, ponerte en contra de los demás y hacer creer cosas que realmente, ni por asomo , concuerdan con la realidad.
Tienen doble vertiente, serían capaces de arrastrarse por el suelo con el fin de obtener de ti el rédito necesario para salir indemne de la situación a costa de la propia manipulación o el acoso en el ámbito más privado, si llegas a intimar con él o ella.
Por ello, no es lo que parece, nada es lo que parece porque lo que es… es y nada más. No puedes obtener otra cosa porque realmente nada en claro vas a sacar de ello.
Quería decirte también que el antídoto mejor que puedes aplicarle es la indiferencia más absoluta.
Hazme caso, cuánto más lejos mejor… pon límites a la relación y escucha a tu corazón.
Te darás cuenta inmediatamente que el camino que llevas no corresponde a lo que tu desearías siempre en cualquier tipo de relación.
El maltrato psicológico está muy extendido y recuerda que siempre es de guante blanco.