Diversos estudios de orden neurológico ponen de manifiesto los mecanismos cerebrales que influyen en los problemas cardiovasculares de algunos enfermos. Entre los diferentes profesionales de la medicina ya no es ninguna novedad pensar y reconocer que existe una relación muy estrecha entre dos órganos fundamentales en el funcionamiento del organismo equilibrado. El corazón y el cerebro. Estos se resienten con la presión psicológica y las tensiones emocionales, aunque, hasta ahora, no habían logrado establecer claramente, esa relación causa-efecto directamente, con el apoyo científico, los verdaderos mecanismos reales en los que se fundamenta tal relación. Antes hablaban de obesidad, vida sedentaria, tabaquismo y al final, el famoso stress.
Pues ahora, el stress podría ser el epicentro de este problema. Una de las estructuras implicadas, es la amigdala, un diminuto pero determinante centro neurálgico que parece ser la clave para iniciar el proceso que puede llegar a convertir el stress en un grave problema cardiovascular. Por lo tanto, y según estos investigadores, controlando ciertos niveles dentro del foco neuronal que componen esta amígdala, podría ser por sí misma un buen predictor de estas enfermedades y controlar el supuesto riesgo posterior. La teoría se basó en una serie de experimentos con ciertas personas que presentaban mayor actividad amigdalar que tenían un mayor riesgo de padecer un problema de orden cardiovascular o incluso cerebrovascular. Al mismo tiempo, esa activación se podría asociar,a su vez, con un incremento de la actividad de la médula ósea, con signos claros de inflamación de las arterias.
Aunque se admiten que los resultados de estos experimentos necesitan una plena confirmación, los autores de este estudio, confían que este descubrimiento contribuya a mejorar y prevenir esta enfermedad tan extendida en la sociedad., a la vez de reducir los riesgos cardiovasculares de la población en general. Lo cierto y verdad y no me cansaré de advertirlo, la forma de vida que en general, llevamos, la hipertensión, la obesidad, el tabaquismo y la falta de ejercicio físico, son piedras de toque en la génesis de una sociedad en el futuro con problemas. Por lo tanto, la cuestión sería controlar los niveles de stress, paso a paso, y reconocer que debemos cambiar muchos hábitos negativos que tenemos. La libertad para elegir, el cuidarnos en todos los sentidos sin pasarnos, tomarnos los problemas como algo natural y favorecer las relaciones sanas y de forma equilibrada. Atentos!