Otra variante de los trastornos relacionados con el stress y cuadros de orden traumático que podemos padecer a lo largo de nuestras vidas es el stress del tipo agudo. La característica esencial de este problema es la aparición de ansiedad y síntomas disociativos, en la persona afectada durante el mes posterior a la exposición de un acontecimiento de naturaleza muy estresante de carácter extremo. Al menos, es capaz de presentar un cuadro de síntomas muy parecido al de la ansiedad que está producida por un choque traumático vivido recientemente. Estos síntomas interfieren de manera directa en la forma de vida del afectado limitándoles sus actividades cotidianas y generando una posición apartada de toda relación social, huyendo de las relaciones interpersonales. Estos síntomas provocan un malestar físico y psicológico significativo, como son el embotamiento mental, desapego o despersonalización, distanciamiento de la realidad y una extraña amnesia de origen traumático bastante preocupante.
La ansiedad hace mella en los pacientes con este problema. Con frecuencia, de manera subjetiva, pueden aparecer a nivel psicológico, pensamientos de culpabilidad, miedo, angustia y dificultad para conciliar el sueño. Un dato a tener en cuenta es la aparición de síntomas también de desesperanza y angustia muy parecidos al trastorno depresivo mayor, cuyo diagnóstico paralelo y adicional no lo tenemos que perder de vista. Un problema que puede sucedernos a cualquiera. El stress agudo está muy relacionado con personas que han sufrido graves accidentes, sus vidas ha sido puestas en peligro y víctimas de atentados terroristas o supervivientes a catástrofes naturales. Las estadísticas no nos engañan; un 80% de los supervivientes de catástrofes pueden desarrollar este problema muy parecido al stress postraumático. No nos queda más que saber diagnosticar bien este problema, tratar correctamente los síntomas, eliminar la angustia del paciente, y comprender que el camino que tiene que recorrer la familia a la debemos asesorar, es de colaboración y respeto en la ayuda vital y profesional del afectado.