Visitar Campo de Criptana es visitar a los gigantes de Don Quijote, a esos molinos movidos por el viento de La Mancha. El estudio catastral del Marqués de la Ensenada de 1752, censa treinta y cuatro molinos de viento en esta localidad. Hoy ya no quedan tantos, pero hay uno que sirve de museo para visitar.
Campo de Criptana tiene infinidad de lugares para visitar: el barrio Albaicín, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, el Pósito, el Santuario de la Virgen de Criptana o las casas Cueva. Todo esto y mucho más es parte del turismo, de la cultura y de todos esos sitios para recordar.
Pero si volviésemos a ser niños y quisiésemos tener una gran experiencia en Campo de Criptana y más relacionada con el mundo del vino, esta la proporciona Bodegas Castiblanque que ofrece a los colegios y a los niños una visita a sus instalaciones para tener su primera experiencia con el mundo del vino, con la cultura del vino.
Los niños aprenden cómo se elabora el vino y cuál es la historia de este alimento especial dentro de la dieta mediterránea. Incluso realizan una cata, pero que nadie se asuste, en este caso es del propio zumo de la uva, del mosto.
Una visita a Campo de Criptana se puede completar con un recorrido por la vecina Alcázar de San Juan, centro de la Denominación de Origen La Mancha, y lugar lleno de sitios para disfrutar de un enoturismo de origen. En esta localidad se puede realizar una visita a una fábrica que elabora una de las cervezas artesanas más curiosas, las de Salvaje. Son cervezas, pero muy relacionadas con el vino, ya que entre sus variedades incluyen la elaborada con una segunda fermentación con mosto de chardonnay y una segunda con maceración en botas de brandy. Disfruten del paseo y de los gigantes, como si fueran niños.