Socuéllamos es una población que vive en torno a la agricultura y por ende y en La Mancha, por la viticultura y encontrarse una Torre, con mayúsculas, como esta en la llanura manchega es un auténtico espectáculo.
Este monumento arquitectónico hace referencia al mundo del vino y así se define Museo Torre del Vino. Este edificio, construido en el corazón de Socuéllamos, alberga un museo interesante y didáctico sobre como ha evolucionado el vino dentro de la sociedad y, por supuesto, todas las caraterísticas esperadas de diferentes variedades y elaboraciones.
El juego de pisar la uva y conseguir un número de litros puede ser un buen aliciente para hacer participe a los más jóvenes. En esta pequeña excursión desde Ciudad Real, un poco más de una hora, coincidí con Adán Israel, sumiller en un restaurante en Quintanar de la Orden, que no tenía ninguna duda en señalar que antes los niños tenían más relación con la cultura del vino.
Si seguimos analizando de este Museo, el municipio ha hecho una gran esfuerzo por dotar al municipio de un lugar emblemático y de unas instalaciones únicas. La sala de catas, el salón de posibles reuniones, cconferencias, las diferentes estancias, son un ejemplo de como la arquitectura tiene que tener una relación especial con el entorno y con la versatilidad.
Allí, me tocó hablar de enoturismo hace unos días como director de Enoturismo 360º e indicar algunas pistas de cómo se debe construir este turismo del vino en Castilla-La Manchay en sus viñedos, bodegas, con el patrimonio la cultura y la gastronomía. De verdad que el enoturismo también necesita lugares como este en el que se viva de una forma especial la cultura del vino.