Carlos Fuentes, nació en Panamá, y estudió Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México. Amante del idioma en el que escribía, llegó a decir que su lucha por conservar el español duró toda su niñez, pues estuvo “a punto de perder su idioma nativo cada 24 horas”.”El idioma quería decir para mí nacionalidad: era un conjunto opresivo de significados sujetos siempre a lucha, a reconquista”. “México es mi herencia, pero no mi indiferencia; la cultura que nos da sentido y continuidad a los mexicanos es algo que yo he querido merecer todos los días, en tensión y no en reposo. Mi primer pasaporte -el de ciudadano de México- he debido ganarlo, no con el pesimismo del silencio, sino con el optimismo de la crítica. No he tenido más armas para hacerlo que las del escritor: la imaginación y el lenguaje” decía en el discurso de la entrega del premio Cervantes en 1987.
Defensor de la lengua castellana y de sus posibilidades de desarrollo decía en el mismo discurso. “Hablo de un idioma compartido, con mi patria, con mi cultura y con sus escritores. Quiero ir más lejos, sin embargo. Esta lengua nuestra se está convirtiendo, cada vez más, en una lengua universal, hablada, leída, cantada, pensada y soñada por un número creciente de personas: casi 350 millones, convirtiéndola en el cuarto grupo lingüístico del mundo; sólo en los EEUU de América sus hispanoparlantes transformarán a ese gran país, apenas rebasado el año 2000, en la segunda nación de habla española del mundo. Esto significa que, en el siglo que se avecina, la lengua castellana será el idioma preponderante de las tres Américas: la del Sur, la del Centro y la del Norte. La famosa pregunta de Rubén Darío -¿tantos millones hablarán inglés?- será al fin contestada: no, hablarán español”.
Embajador de México en Francia entre 1972 y 1976, etapa de la que se recuerda su actuación de abrir las puertas de la embajada a los refugiados políticos latinoamericanos y a la resistencia española. Comprometido en su literatura con la realidad política y social que le ha tocado vivir ha sido delegado de Méjico en diferentes organismos internacionales. Ha sabido unir la actividad literaria y la reflexión política, en sus escritos está presente la realidad social histórica y política del mundo y especialmente de sus países cercanos, de los pueblos hispanos. Carlos Fuentes vivió de cerca las situaciones de miseria, la tiranía y las dictaduras de Latinoamérica y la decepción de algunas revoluciones. Con sus escritos quiso dejar testimonio de estas realidades, ofrecer remedio y consuelo para ese mundo tan confuso que le rodeaba. Sabía mirar a la historia de sus pueblos pero quería levantar las ilusiones hacia nuevos futuros. “El pasado está vivo en la memoria, el futuro presente en el deseo”.
En Castilla-La Mancha su presencia ha sido apreciada y nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Castilla-La Mancha con la asistencia de Felipe González, Jose Maria Barreda y la ministra Carmen Calvo. Junto a Lula de Silva, en presencia de los reyes de España, Jose Luis Rodríguez Zapatero y Jose Maria Barreda era armado caballero de las letras hispánicas en el Museo de Santa Cruz. Está bien que en estas tierras hayamos sabido apreciar los valores de este escritor excepcional del siglo XX. “A través del Quijote se puede recrear el mundo, como si el mundo estuviese siempre a un paso de la catástrofe y solo la palabra pudiese salvarlo, la imaginación sostenerlo y la acción proyectarlo”. “Cervantes fundó la novela moderna y nos dio a todos una manera nueva de ver el mundo, nos enseñó a recordar y desear a partir de una libertad nueva, y unió todos los géneros literarios previos para crear un género de géneros en el que tuviesen cabida todos los sueños, las memorias, los deseos, las imaginaciones, las debilidades y las fortalezas del ser humano”. La obra de Carlos Fuentes está repleta de sensibilidad, de un uso magistral del lenguaje, de historias sugerentes y de una forma de ver y soñar el mundo que seguro seguirá presente en nuestra cultura en estos tiempos confusos que vivimos.