En tiempos en que nos invaden los términos innecesarios en inglés y otros idiomas es una alegría encontrarse con palabras sonoras de nuestro lenguaje que nos remiten a nuestra vida cotidiana, que nos recuerdan la belleza y musicalidad del castellano.
Andamio
Andamio dice el diccionario de la Real Academia que es un armazón de tablones o vigas puestos horizontalmente y sostenidos en pies derechos y puentes, o de otra manera que sirve para colocarse encima de ella y trabajar en la construcción o reparación de edificios, pintar paredes o techos, subir o bajar estatuas u otras cosas etc. Una curiosa definición referida a sistemas tradicionales muchos de ellos ya en desuso. Es también el tablado que se pone en plazas o sitios públicos para ver desde él alguna fiesta, o con otro objeto.
En el excelente Diccionario de arquitectura y construcción elaborado a partir del Banco de términos de la edificación (BANTE) que iniciaron en la Universidad de Valladolid Juan Monjo y Santiago Vega se dice que un andamio es una construcción provisional que sirve como auxiliar para la ejecución de las obras, haciendo accesible una parte de ellas que no lo son y facilitando la conducción de materiales al punto de trabajo. Y a partir de ahí definen el andamio colgado, el colgante, el andamio de almas, el de báscula, de borriquetas, de burros, de castillete, de liras, de mechinales, de parales, de pie, de puentes volados, el revocador, el fijo y el tubular.
Hoy en obras de cierta envergadura los andamios son los tubulares formando una estructura metálica con sus elementos de protección y seguridad, con las fijaciones a la pared, con las cruces que les dan estabilidad. Estructuras que permiten acceder a partes del edificio que sólo son visibles desde la distancia y que adquieren una nueva significación en la cercanía a las que nos conducen estas gigantescas construcciones auxiliares. La proximidad de los objetos contemplados nos da una nueva visión de cada uno de ellos. Esculturas, pinturas, yeserías, pensadas para ser contempladas desde la distancia, ahora se observan con el detalle de la cercanía que nos permite conocer las condiciones de su ejecución. Al subir al andamio en muchas de las piezas aparece la pegatina “scaffolding group” y recuerdo el poema del arquitrabe de Gil de Biedma que recordaba que el arquitrabe está en peligro grave y hay quien levanta andamios para que no se caiga: gente atenta. (Curioso que en inglés scaffold signifique a la vez andamio y cadalso).
Perpiaño
Leo un ensayo sobre el arquitecto Frank Lloyd Wright escrito por un investigador francés y traducido al castellano en el que figuran en numerosas ocasiones la palabra perpiaño que reconozco debo buscar en el diccionario. Perpiaño: piedra que atraviesa toda la pared. El diccionario de arquitectura aclara que es una pieza dispuesta a tizón y que atraviesa el grosor del muro o pared. Una palabra que proviene del latín perpetaneus que significa ininterrumpidamente.
Una forma de expresar la contundencia de la pieza que ocupa todo el grosor del muro desde el exterior al interior con una función estructural, pero sobre todo con la presencia formal de un elemento que define el edificio en el lugar donde se inserta. Una palabra que quiere poner de manifiesto la presencia de elementos constructivos que son a la vez estructurales y definidores de la forma. Sus dimensiones, sus formas de geometría rotunda, sus colocaciones, habitualmente en zonas de borde, de esquina, subrayan su carácter fuerte, la energía de su presencia en el conjunto de la construcción. En las formas de la torre que se levanta sobre sus apoyos en perpiaños, en los remates de la esquina del edificio, en los apoyos de las hiladas de la base del edificio, en esos elementos esenciales de la estructura y la construcción aparece el perpiaño con su fuerza y el peso de su volumen.
Envero
La mejor de las palabras de esta semana ha sido esta. Envero es un término empleado en viticultura para indicar una de las fases del ciclo de maduración de la uva. … A partir de ese momento, el pigmento de la uva ya no es verde, como ocurría cuando las bayas estaban inmaduras y debían su color exclusivamente a la clorofila.
“Por Santiago y Santa Ana, pintan las uvas…y para la Virgen de Agosto van estando maduras”. El refranero agricultor nos ayuda, a comprender el ciclo de la vid, ahora en proceso de envero, uno de los momentos más plásticos y visuales del viñedo.
En una nota de prensa de la denominación de origen Mancha dicen: Cada variedad presenta evoluciones diferentes, incluso la propia maduración del fruto es distinta de una comarca a otra. En tintas, la variedad tempranillo (o cencibel) suele ser una de las primeras en ser recogidas, junto a otras varietales blancas, de gran potencia aromática, como la chardonnay, verdejo o moscatel. Los técnicos en bodega aprecian en la uva tempranillo sus aromas y frescura en boca, con una juventud frutal que tiene sus devotos en los mercados exteriores para los vinos con denominación de origen La Mancha.
Con el envero, la uva, no solo adquiere el color apropiado a su variedad, sino que también se adentra en la recta final de la propia maduración. La baya gana en compuestos fundamentales para el mosto como los azúcares, modelando su acidez hacia los parámetros finales que determinarán su recogida definitiva. En las próximas semanas, llegará el trabajo riguroso y paciente de los técnicos de campo, con controles habituales para vigilar la maduración de la uva. Aunque con un calor intenso que supera los cuarenta grados, los viñedos manchegos adaptados a estos rigores térmicos, están en su etapa final, donde lo ideal es según técnicos y viticultores, mantener las temperaturas estivales en niveles habituales, con noches frescas, ya en agosto, por debajo de los 20 grados.
Caminando por la Mancha llego al andamio y observo en su parte baja y en las esquinas de la torre los perpiaños que la conforman. Y en ese camino atravieso un viñedo, cuidado de forma minuciosa, en el que el envero de las uvas empieza a dar una tonalidad nueva al campo. Las palabras de nuestro idioma tienen el sonido y la calidad que han adquirido con el paso del tiempo con la sabiduría de las referencias a nuestra vida y muestran la alegría y sonoridad de nuestra lengua.