Las plazas surgen en las poblaciones como espacios centrales donde se localizan los edificios de las diferentes instituciones civiles y religiosas. Espacios que acogen las celebraciones comunitarias festivas o de diferentes acontecimientos. Plazas singulares que, en ocasiones, cualifican a las poblaciones como ocurre en Almagro, San Carlos del Valle, La Solana o Villanueva de los Infantes. Espacios centrales de la ciudad desde donde parten las vías importantes del municipio. Y por todas estas razones, espacios singulares valorados por la población, que requieren la atención de los responsables municipales.
La plaza y la política
Dada la importancia de estos espacios centrales de cada población, su renovación, mantenimiento y ornamentación han llegado al debate de la política municipal como elementos centrales de la vida de muchos municipios. En ocasiones han sido motivos de cambios de los gobiernos municipales y argumentos centrales del debate electoral.
Por recordar dos ejemplos de nuestra provincia los cambios de las plazas de Carrión de Calatrava o de Manzanares. Curiosamente dos proyectos de especial calidad arquitectónica que presentaban diferentes problemas prácticos en su configuración.
La plaza de Carrión de Calatrava se remodeló absolutamente obviando las posibilidades que una adecuada actualización de problemas puntuales podría haber tenido lugar. Un nuevo diseño, nuevos materiales y una nueva concepción dieron lugar a una supresión de la remodelación realizada apenas unos años para acoger el nuevo diseño y acabado.
Algo parecido ocurrió en Manzanares donde existía un diseño de especial calidad realizado por el arquitecto Diego Gallego con previsiones de circulación perimetral. Las condiciones del pavimento elevado, en el interior, y las posibilidades de rotura de las piedras que podría haberse resuelto de forma económica y sencilla lleva a una propuesta de cambio total de la plaza que, en mi opinión, dista mucho de la calidad que tenía la anterior. Soluciones en las que la política mal entendida llevan a cambios de diseños de espacios urbanos y a inversiones, en ocasiones, difíciles de justificar.
La Plaza de Tomelloso
Por eso, atreverse en condiciones normales a remodelar la plaza central de la ciudad, con significaciones muy diversas como es la plaza de Tomelloso supone asumir riesgos importantes. Una plaza que García Pavón describe en reiteradas ocasiones por la presencia de sus elementos esenciales: el ayuntamiento en su frente con la fuerza de su color blanco y sus dimensiones que ocupan todo el frente del espacio urbano, el casino de san Fernando en uno de sus lados y la posada de los Portales en otro de ellos. La iglesia al lado del casino ya queda casi fuera del espacio urbano en el que concurren diferentes viarios importantes de la ciudad.
Cuando Pavón describe la ciudad en El reinado de Witiza dice: “El Ayuntamiento, que estaba a la derecha, parecía sin respiración, sin guardias, sin alcalde, y sin serenos cantores, decoración vieja de teatro repuesta sin motivo. Enfrente, la Posada de los Portales, con su aire norteño de solaneras, columnas, almagres y cales, posada de antiguos arrieros y tratantes que dormían en el suelo escuchando cocear las caballerías sobre la piedra todas las horas de la noche. Y a la izquierda del Casino la iglesia.
Plomo sobre piedra, torre chata y hechuras sin gracia, donde fueron bautizados cinco siglos de tomelloseros. Suspiradero de beatas, alivio de afligidos, oficina de funerales, catálogo de purpurinas y amenes. Tras este redondel de la Plaza, alrededor de este despeje, se extendía todo el pueblo llano, de cales con más de treinta mil almas alimentadas por la cepa y sus caprichos. De cuando en cuando una fábrica de alcohol, un agrio olor a vinazas, lumbreras en el suelo que alumbraban las bodegas subterráneas, tractores y remolques, carros olvidados en rincones, aparejos de mulas ya inexistentes. Paz, trabajo, mucho trabajo, contra un suelo terco y sin entrañas”.
La remodelación de la plaza
El proyecto de remodelación de la plaza de Tomelloso se inicia en la legislatura pasada y se encontraba en ejecución en medio de las elecciones municipales y tenía, por tanto, todos los ingredientes para ser tema del debate político. Pero el anterior y actual equipo de gobierno han sabido entender el tema de forma inteligente con una amplia explicación del proyecto, con una visión participativa en su elaboración para convertir el problema en una decisión asumida positivamente por la mayoría de los ciudadanos.
Un espacio con más de cuatro mil metros cuadrados de superficie, de forma irregular en el que confluyen la calle Nueva y Víctor Peñas por el Oeste que se prolongan en las calles Avenida de Socuéllamos y doña Crisanta por el Este. Por el norte la carretera del Campo y la calle de la Veracruz que lleva a la plaza del mercado Veracruz en la parte posterior del ayuntamiento.
Un espacio complejo en su forma en planta y en sus diferentes accesos. En el diseño anterior una rotonda central con fuente daba un protagonismo en este espacio a los vehículos con recorridos asfaltados que comunicaban las diferentes vías que llegaban y salían de la plaza. La plaza parecía ser un elemento residual cuya única función era servir de punto de unión entre los diferentes varios que confluían en la misma.
El protagonismo es para los ciudadanos
Ahora, el protagonismo es para los ciudadanos que usan el espacio público, un espacio esencialmente peatonal que quiere aunar los elementos básicos de un lugar de reunión, de actividades comunes y de estancia. Mantiene algunos de los elementos previamente existentes en pavimentos perimetrales y juega con los espacios demandados en la nueva ordenación: zona de posibles actividades comunitarias lúdicas y sociales, zonas de estancia y encuentro y espacios de circulación peatonal. Y para ello define un espacio libre amplio delante del ayuntamiento que va a permitir las celebraciones comunitarias y un conjunto de zonas de asiento en la parte posterior.
Espacios definidos y cualificados por los pavimentos, por los elementos de separación entre zonas y sobre todo por los ingredientes que hacen atractivas cada una de las zonas: vegetación, pavimentos cualificados y agua en esa zona que sale del pavimento o en el interior de los espacios rodados de asientos de madera. Un conjunto de elementos, materiales y espacios que deben permitir la vida ciudadana de manera amable en el desarrollo de la vida diaria de la población.
Materiales que van ocupando las formas definidas en el proyecto conformando diferentes ámbitos de estancia, de posibles celebraciones y reuniones comunes. Ingredientes necesarios en los espacios públicos de nuestra tierra con clima duro y estaciones diferentes que deben aunar las condiciones de cada una de ellas para acoger amablemente a los vecinos que se reúnen en la misma. Y junto a ello, ser el espacio de entrada a los edificios centrales de la ciudad: ayuntamiento, posada de los portales, casino e iglesia.
La plaza, inaugurada con la presencia de todos los vecinos, ha acogido las celebraciones de las fiestas de la localidad, actividad especial que ha sido una excelente prueba para comprobar su adecuación a la vida ciudadana. Un buen camino para cualificar la ciudad desde lo común.