Luciana tiene, en la actualidad una población de 371 habitantes según el censo de 2023. Un municipio que pertenece a la comarca de Montes. El año 1960 llegó a tener 1170 habitantes. La estadística de la Junta de Comunidades lo sitúa entre los municipios con situación extrema en cuanto a la despoblación.
El relieve del municipio está definido por la vega del río Guadiana, y por algunas sierras ribereñas: de los Canalizos (922 metros) y Valpérez (867 m) al este; del Campillo (834 m), de Villarreal (811 m) y del Águila (835 m) al sur. La altitud oscila entre los 922 m al noreste (Horca de Vaca) y los 500 m a orillas del Guadiana.
El paisaje de Luciana
La localidad se encuentra en la confluencia de los ríos Bullaque y Guadiana y la desembocadura del río Tirteafuera en el Guadiana también se encuentra dentro del término municipal. Un municipio con valores singulares en su entorno con la proximidad de un paisaje fluvial de gran interés. La presencia del río, de espacios libres arbolados en la zona situada entre el municipio y el recorrido del río Bullaque son toda una oportunidad. Estos espacios naturales tienen de partida ingredientes básicos y esenciales en su definición y valoración.
El primero de ellos es la presencia del propio rio con condiciones singulares. El rio Bullaque nace en el cerro Laguna a 1043 metros de altura dentro del término municipal de Retuerta del Bullaque y desemboca en el Guadiana en el paraje de las Juntas, en Luciana. En Luciana, el rio llega a su encuentro con el Guadiana en un punto de especial belleza. El rio tiene aquí un cauce amplio que tiene notables variaciones estacionales y que, en época de lluvias, invade grandes zonas próximas al mismo. El paso del rio, en las épocas en que es posible, se realiza por unos elementos que sobresalen del agua y van permitiendo el salto entre ellos, sin que exista pasarela para ese recorrido. La zona del encuentro con el Guadiana y el recorrido por sus márgenes son excelentes paseos de itinerarios por la naturaleza y una buena lección de medio natural con fresnos, sauces, tarayes y eneas. También lugares para ver los aprovechamientos hidráulicos de otros momentos como el molino prácticamente abandonado.
La vegetación de la zona es el resultado de diferentes actuaciones en épocas diversas. Junto al río hay una vegetación de borde de ribera tanto de arbustos como de arbolado de gran interés. Un ecosistema perfectamente adecuado al entorno, a las condiciones de humedad y temperatura y que conforma un conjunto más próximo al cauce fluvial de gran interés. Junto a ello, en una zona propiedad de la Junta de Comunidades, una actuación propia de las décadas anteriores con una gran plantación de pinos que definen una zona que se ha ido consolidando en un crecimiento rápido un espacio de vegetación y arbolado agradable, aunque no es el más específico de la zona y de sus condicionantes naturales. Por otra parte, en las zonas más próximas al pueblo se van conformando diferentes espacios que se resuelven con tratamientos entre urbanos y naturales. El gran paseo de eucaliptos tiene ya un porte importante conformando un acceso significativo desde la carretera que delimita el núcleo urbano a la zona del río.
El trazado de caminos y paseos marcan líneas en el territorio que conforman el paisaje de los lugares. Itinerarios que establecen formas de recorrer el espacio, puntos de visión singulares del mismo y que surgen adaptándose a la topografía, a las necesidades funcionales del espacio y de los usos que el hombre va conformando en el mismo.
El paisaje y el hombre
Los paisajes son antrópicos porque han sido construidos por el hombre y porque es desde la visión del hombre desde la que se define su realidad. En esta zona próxima al municipio se han ido consolidando diferentes actividades. En el espacio próximo al río con sus superficies de pinares y arbolado de fresnos, sauces y especies del entorno fluvial se han habilitado zonas de estancia, de aparcamiento, de posibles comidas y actividades de descanso y ocio en la naturaleza.
En zonas más próximas a la población espacios de uso deportivo, lúdico, educativo con unas condiciones especialmente atractivas. Y junto a ello nuevas iniciativas que desde la decisión de la política municipal pueden o ya se están implantando: huertos en suelo municipal que sirven de ocio y de fuente de recursos para muchos colectivos, talleres de diferentes actividades.
Por sectores de actividad los trabajadores afiliados lo son en un 25 % en la agricultura, un 46% en la industrial y un 21% en el sector servicios. La planta de la población tiene forma en L con un desarrollo lineal paralelo a la N-430 definiendo en su interior la Avenida de la Constitución. Al otro lado de la carretera un conjunto de calles perpendiculares a la carretera va ordenando los viarios con formas irregulares: calle Nuestra Señora del Rosario, José Antonio Merino, Santa María Egipciaca o calle Guadiana. En sentido transversal las calles Alberquillas, ocho de Marzo o Cecilia Mateo van definiendo las manzanas de formas irregulares. En el final de esta zona las calles Mingonietos, Siglo XX y Pozo tienen un trazado regular que habla de modernas construcciones de la década de los sesenta. Entre la calle Antonio Merino y Nuestra Señora del Rosario se abre la plaza consistorial donde se localiza el ayuntamiento en su frente y la iglesia parroquial em su lado izquierdo
La iglesia parroquial
Un proyecto del arquitecto Cubillo que tuvo, en los años cincuenta un amplia vinculación con la provincia de Ciudad Real. El alzado del edificio construido tiene el gran paño de ladrillo tosco en su parte superior en la anchura de los tres huecos centrales que dan acceso a la nave principal. A ambos lados, el ladrillo tiene la forma de la cubierta de los cuerpos laterales de la nave de menor altura. La pequeña proporción de los tres huecos contrasta con las dimensiones del paño frontal de ladrillo con una pequeña campana en el hueco central y un remate metálico superior.
El interior es un espacio lleno de luz con las ventanas de pequeñas dimensiones que recorren cada espacio entre dos pilares y las ventanas superior de la nave central (tres huecos en cada vano de la estructura). El espacio del conjunto, pintado de blanco, tiene una luminosidad especial. Este tratamiento se repite en el color blanco del techo que tiene una forma estriada con una composición en el centro del crucero donde las formas estriadas marcan el encuentro de la nave principal y la transversal. Las formas del techo se separan ligeramente de los paramentos dejando así una banda de encuentro en sombra.
El pavimento de baldosa hidráulica con colores ocres contrasta con los paramentos laterales y el frente del ábside pintado en color amarillo con dos franjas de madera y el círculo central del sagrario. La iglesia conserva la sobriedad de su composición inicial con una decoración de la máxima austeridad en la que las proporciones del conjunto y la luminosidad interior mantienen los valores del espacio religioso.
Un municipio con un entorno natural de especial belleza con trazados y arquitecturas de gran sencillez.