Es curioso, o a lo mejor no tanto, soy agnóstico y, sin embargo, adoro esa época del año conocida como Navidad. No la celebro especialmente, pero sí contiene varios aspectos que me encantan. Tal vez porque la asocio a mi verdadera patria, a la infancia… y a inolvidables estados de ánimo y pletóricos momentos de felicidad.
Para mayor paradoja, me gusta sobre todo por aquellas cuestiones que a lo mejor son rechazadas por muchos o no son las más destacadas por un considerable porcentaje -creyentes o no- o no se quieren reconocer como tales, creyentes o no, y precisamente por lo que a veces más se la echa en cara… Por las luces de colores, por la alegría de los niños, por el turrón Suchard, por el Corte Inglés, por el reencuentro con los amigos y alguna familia (por supuesto, también valoro este período por la solidaridad bien entendida, esa que habría que practicar todos los días del año, y alejada de esa mal entendida caridad que ya la pusiera magistralmente al pairo del genial Berlanga de la no menos genial “Plácido”) y por… las películas sobre este ambiente que inundan las salas o emiten en las diferentes plataformas o innumerables cadenas de televisión, hace ya décadas por la única cadena existente, y ahora por cualquiera que se decida a programarlas.
Las hay variadas y de todos los pelajes. En una aplastante mayoría, las mejores son también norteamericanas, pero también se pueden encontrar estimulantes aportaciones francesas, españolas o italianas.
Les presento mis diez favoritas de todos los tiempos, esas a las que volver a ellas en este tiempo me genera una inmensa dicha. Claro, que si tengo que elegirlas dentro de diez minutos, igual sustituiría algunas, según el momento. El caso es que hay muchísimas.
1) ¡QUÉ BELLO ES VIVIR! (Frank Capra) (It´s a wonderful life) (USA, 1946)
La película de la Navidad por excelencia. La que con más intensidad y hondura refleja el llamado espíritu navideño. Además, creo que jamás se ha expresado mejor en una pantalla ese estado abstracto, intangible, que supone la felicidad absoluta, en estado puro. La muestra de esta afirmación es ese plano final de James Stewart corriendo por las calles de su ciudad una vez recuperadas las ganas de vivir gracias a la intermediación del “querubinesco” ángel Clarence, necesitado de ganarse sus alas vía salvación de la vida de un hombre desesperado. Pero es también la certificación de que nadie es un fracasado si tiene amigos. Y trata sobre lo fundamentales que llegamos a resultar en la vida de los demás. Un reparto irrepetible y una dirección prodigiosa de Frank Capra, impermeable al paso del tiempo, da como resultado una obra redonda, maestra, que pareciera cincelada por el mismo Dios en el que ni creo ni dejo de creer, pero que me encantaría que si existiera se aproximara a lo aquí irradiado. Y con sentido del humor.
2) MUJERCITAS (Mervyn Le Roy) (Little women) (USA, 1949)
Esta es, tras “¡Qué bello es vivir!”, la otra película felizmente inevitable sobre este tema que no ha podido faltar en los hogares españoles -ya ni les cuento norteamericanos- desde tiempo inmemorial. Desde aquel en que gozábamos de una sola cadena de televisión que nos la repetía invariablemente, año tras año, para permanente disfrute de los que ya comenzamos a adorarla desde nuestra más tierna infancia hace ya unas cuantas décadas. Esta adaptación, cuarta de las cinco existentes hasta la fecha (sexta con la de este mismo 2019, bueno existe alguna más si nos remitimos al cine silente), de la popular novela de Louise May Alcott es una deliciosa propuesta sentimental. Entrañable producción. Un canto a la familia, a la solidaridad, al sacrificio en el mejor sentido del término, a los buenos sentimientos, a la protección de los más débiles. Así pues, de lo más apropiada para estas fechas. El discurso de Mary Astor a una de sus hijas sobre lo que espera de ellas en la vida o la despedida de la pequeña Margaret O´Brien son momentos emocionantes y perdurables que en esta época del año parece que se saborean mejor… o probablemente de una manera más especial.
3) PESADILLA ANTES DE NAVIDAD (Henry Selick) (The Nightmare before Christmas) (USA, 1993)
Otra versión completamente diferente de la Navidad y no por el hecho de que sea con corte y confección de animación, que también. Es la apuesta amablemente irreverente sobre este tiempo de ese genio de la imaginación más desbordante, de la ilustración más envolvente, del romanticismo más desesperado, de los diferentes, de los que también tienen todo su legítimo derecho a mostrar otros puntos de vista sobre este tiempo. Me refiero a Tim Burton… aunque quien la firmara en esta ocasión fuera su colaborador Henry Selick. Aquí ofreciendo una fantasía gótica deslumbrante, un cuento de horror poético sobre el rey de Calabazas, Jack Skellington, su singular relación con su amada la frágil Sally, el émulo profesor Finkelsein y un reino, Halloween, lleno de vitalidad. Una manera diferente de contemplar la Navidad extrayendo belleza de la fealdad, luz de la oscuridad. La obra cumbre del cine de horror animado –junto a “La novia cadáver”, de idéntico mago responsable- que entremezcla con espectacular talento parlamentos shakesperianos, el musical más tenebrosamente clásico, el melodrama dickensiano, los mitos del cine de la Universal, la estética expresionista y las historias a la inversa de Santa Claus.
4) EDUARDO MANOSTIJERAS (Tim Burton) (Edward Scissorhands) (USA, 1990)
Una noche de Navidad es el detonante de uno de los cuentos más hermosos, por no decir el que más, que se hayan rodado jamás. Una anciana le cuenta a su nieta de dónde procede la nieve, a la vez, ajusta cuentas con su romántico y especial pasado. Otra de esas películas que no es necesario que transcurra en la Pascua -como “Pesadilla antes de Navidad”- para estar imbuida de su espíritu, aunque no sea precisamente esa la pretensión de su hacedor, el genial Tim Burton, sino la de legarnos una inolvidable y fascinante fábula, con ecos de “Pinocho” y “Frankenstein” (lo que sirve para un precioso homenaje al un veterano Vincent Price), sobre la diferencia, la bondad, la belleza del alma, los sentimientos auténticos en detrimentos de la hipocresía y la intolerancia. Siempre que la reviso, asisto extasiado, entre la hipnosis y la emoción, a la increíble belleza de sus imágenes y a esas no menos increíbles y celestiales notas musicales de Danny Elfman. Triste y conmovedora, utiliza la estética gótica, la expresionista, la de casa de muñecas, dando como resultado una obra maestra del cine moderno, del cine de cualquier época y lugar. Conmovedor Johnny Depp.
5) DE ILUSIÓN TAMBIÉN SE VIVE (George Seaton) (Miracle on 34th Street) (USA, 1947)
Un clásico en toda regla del cine navideño, popularísima en su momento y un tanto caída en el olvido en la actualidad, y eso que en 1994 se efectuó un “remake” en color, “Milagro en la ciudad”, que no estaba mal pero que fue incapaz de capturar la magia del original. Entretiene y emociona a partes iguales y en dosis muy elevadas. Está manufacturada en el mejor estilo hollywoodiense de la época. Y ofrece un reparto irrepetible, desde la pareja protagonista (Maureen O´Hara/John Payne con p… gran actor), hasta los veteranos secundarios (Edmund Gwen, el de Calabuch, o Thelma Ritter) pasando por una descollante estrella infantil (una jovencísima y adorable Natalie Wood). Es la historia de un anciano que debe sustituir a un Santa Claus encargado de repartir juguetes en unos grandes almacenes… pero que alberga una sorpresa. Esta “Milagro en la calle 34”, tal es su título original, continúa resultando embriagadoramente entrañable, aromática.
6) LOVE ACTUALLY (Richard Curtis) (Love actually) (USA-GB, 2003)
Constituyó el debut en la dirección del gran guionista de la comedia romántica de estos últimos 30 años, el inglés Richard Curtis. Un exponente que no renuncia a casi ninguno de los lugares comunes y a las claves del género en su registro más realista/bullanguero/estilizado, para obsequiarnos con un colorista, refulgente, luminoso, irresistible, encantador mosaico resplandeciente de gentes que van y vienen en fechas tan señaladas. Combina con maestría esta nueva entrega de vidas cruzadas. Una película que respira por doquier alegría, felicidad, diversión, humor blanco del bueno, contagiosa música y ganas de vivir. Formidable Billy Nighy en su papel del veterano rockero Billy Mack. Y siempre un seguro de vida Emma Thompson, Alan Rickman formando un matrimonio puesto a prueba, Liam Neeson (un padrastro viudo) o Colin Firth (el escritor).
7) GREMLINS (Joe Dante) (Gremlins) (USA, 1984)
Bajo el auspicio del tantas veces felizmente inevitable Steven Spielberg, el brillante y divertido cineasta Joe Dante le daría la vuelta al calcetín a los tradicionales cuentos navideños de toda la vida. Los geniales e inefables monstruitos diseñados para la ocasión por el especialista Chris Wallas, no sólo interpretan villancicos con caras de buenos chicos, sino que se abren las gabardinas para mostrar al vecindario sus vergüenzas. Y no sólo se dedican a destrozar en cuerpo y alma una ciudad por la que campan a sus anchas, sino que trituran en el mejor estilo palomitero centurias de clichés acumulados en torno a este tipo de historias, no sólo por el protagonismo de los bichos, sino porque, por ejemplo, la historia de la novieta del chico, Zach Galligan, resulta terrible. Pertenece a ese cine ochentero, del que lógicamente no éramos conscientes de su importancia -bueno, algunos lo reivindicamos desde su origen- y arraigo en ese momento, pero con el que los desprejuiciados y los que no nos identificábamos con actitudes y corriente sesudas o falsamente intelectualoides, que disfrutaba sin sonrojo ni complejo alguno.
8) EL EXPRESO POLAR (Robert Zemeckis) (Polar Express) (USA, 2004)
Un prodigio, una verdadera preciosidad. Un extraordinario, mágico y animado viaje al país de los juguetes gobernado por Santa Claus. Basado en un famoso cuento norteamericano de Chris Van Allsburg, el nunca suficientemente ponderado Robert Zemeckis, creó un espectáculo visual inolvidable que incomprensiblemente no obtendría en taquilla el resultado esperado, pero que estoy convencido que será un trabajo reivindicado con el paso de los años. Tiene imágenes y pasajes tan asombrosos como la llegada al Polo Norte o esa montaña rusa ferroviaria. Otras virtudes: su decidida apuesta por la ensoñación y la ilusión, la divertidísima utilización efectuada del cuerpo de Tom Hanks y una magnífica banda sonora de Alan Silvestri.
9) PLÁCIDO (Luis García Berlanga) (Plácido) (España, 1961)
Bajo una festiva y hasta fiestero manto navideño, se cobija una de las más demoledoras y feroces críticas contra ciertas prácticas caritativas esgrimidas en la España del momento, pero válidas para cualquier otro momento o lugar. Aquello de “siente un pobre a su mesa”, aunque sea el día de Nochebuena, adquiere en manos de Berlanga una dimensión ácida y esperpéntica de elevadísimo voltaje. Cómo poder olvidar a ese formidable Cassen con ese motocarro que lleva la estrella de Belén o alojado en los urinarios públicos con su familia. Verdaderamente magistral. Una visión diferente, carpetovetónica, verdaderamente singular y genial de la Navidad. Para quien esto firma, una de las diez mejores películas del cine español.
10) DUBLINESES (John Huston) (The dead) (USA, 1987)
El testamento cinematográfico y personalísimo del grandísimo John Huston. Su despedida del mundo de los vivos, utilizando la paradójica y melancólica coartada de la Navidad para exponer una lúcida reflexión sobre la vida, la muerte, lo irrecuperable, el final de todo y la fugacidad de nuestra existencia. El ya casi agonizante cineasta tiró de lucidez, sinceridad y transparencia, dejando arrinconado cualquier atisbo de ampulosidad, algo en lo que precisamente nunca cayó a lo largo de su carrera. Además, supongo que cuando ya se está viéndole el rostro a la Parca, uno se deja de inútiles accesorios, o al menos él así se manifestó. Una obra deslumbrante en su profunda y emotiva sencillez narrativa.
Una mención especial para esa sensacional –desconocida hoy en día- comedia sentimental de Henry Koster titulada “Hablan las campanas, interpretada por Loretta Young y Celeste Holm en los papeles de dos adorables y tenaces monjas que tratan de conseguir un hospital para niños. Revisada hace escasamente dos semanas, podría figurar perfectamente en cualquiera de esos 10 puestos.
Y como accésit, esa maravillosa secuencia de la estupenda “La gran familia” de Fernando Palacios (1962) en la que Chencho se pierde en la Plaza Mayor de Madrid el día de Nochebuena con un desesperado y ya afónico Pepe Isbert gritando incesantemente su nombre.
Si apelo al registro humorístico, la secuencia de Adoración al Niño de la placentera “La taberna del irlandés” de John Ford no tiene tampoco desperdicio.
Pero están también (según las voy revisando cualquiera podría acceder a los puestos más destacados): “Las cuatro hermanitas”, “Navidades blancas”, “Siguiendo mi camino” (y ese indispensable “White Christmas” entonado, desgranado inmejorablemente por Bing Crosby), “Algo para recordar”, “Cita en St. Louis”, “Feliz Navidad”, “Smoke”, “Cena de Navidad”, “Family man”, “¡Muchas gracias, Mr. Scrooge!”, “Christmas in Connecticut”, “Te volveré a ver”, “El hombre que vino a cenar”, “Last Christmas”, “Solo en casa”, “Solo en casa 2: Perdido en Nueva York”, “Jungla de cristal”, “Mickey descubre la Navidad”, “Un padre en apuros”, “Una Navidad de locos”, “S.O.S. Ya es Navidad”, “El apartamento”, “La joya de la familia”, “Como en casa en ningún sitio”, “Milagro en la ciudad”, “Noche de fin de año”, “Vaya Santa Claus”, “The holiday (Vacaciones)”, “Arthur Christmas. Operación regalo”, “El Grinch”, “Klaus”, “Sobreviviendo a la Navidad”, “Bad Santa”, “Historias de Navidad”, “La mujer del obispo”, “Elf”, “El bazar de las sorpresas”, “No somos ángeles”, “Krampus – Maldita Navidad”, “Serendipity”, “Batman vuelve”, “Un cuento de Navidad”, “A casa por Navidad”, “Los fantasmas atacan al jefe”, “Los Teleñecos en Cuento de Navidad”, “Fred Claus, el hermano gamberro de Santa Claus”, “Jack Frost”, “El día de la bestia”, “Cuento de Navidad” (L. Marin), “Cuento de Navidad” (Desmond Hurt), “Un vecino con pocas luces”, “Entre pillos anda el juego”, “Navidades negras”, “El pequeño tamborilero”, “Recuerdo de una noche”, “Fanny y Alexander”, “Tienes un e-mail”, “Navidades, ¿bien o en familia?” “Todo lo que quiero para la Navidad”, “Mientras dormías”, “La mujer del predicador”, “Holiday inn”, “Vaya Navidades”, “Barcelona, noche de invierno”, “Buscando un beso a medianoche”, “Carol”, “Noches blancas. Tres historias de amor inolvidables”, “Juan Nadie”, “Los tres reyes malos”, “The snowman”, “White Reindeer”, “Tangerine”, “Fiesta de empresa”, “Los amigos de Peter”, “El diario de Bridget Jones”, “Happy Christmas”, “Metropolitan”, “Noche silenciosa, noche de muerte”, “Tokyo godfathers”, “Kiss kiss bang bang”, “Natividad: La historia”, “Tres padrinos”, “La primera noche de mi vida”, “Un invitado por Navidad”, “Noel (El milagro de Noel)”, “Navidades en julio”, “Oratorio de Navidad”, “La grandeza de vivir”, “Se armó el Belén”, “La Navidad con Ángela”, “El regreso de Navidad”, “Crónicas de Navidad”, “Crónicas de Navidad 2”, “La dama y el vagabundo”, “Los Reyes Magos”, “Cuento de Navidad de Charles Dickens”, “Cuento de Navidad” (Phillips), “Operación Reno”, “El milagro de las campanas”, “Enamorarse”, “Medianoche en el jardín del bien y del mal”, “¡Oh, qué guerra tan bonita!”, “Yanquis”, “El largo camino a casa”, “Navidades en junio”, “Testigo silencioso”, “La Navidad mágica de los Jangle”, “Al morir la noche”, “Operación Feliz Navidad”, “¡Se armó el Belén!” (Sáenz de Heredia), “Herencia navideña”, “Un millón en la basura”, “La primera Navidad”, “Matar a Santa”, “El chico que salvó la Navidad” … y un casi interminable etcétera.
A todos los lectores de Lanza Digital y todas las gentes de buena voluntad y cinefilia… Feliz Navidad.