La palabra patrimonio tiene en castellano referencias a lo material, a los bienes que posee una persona o institución. El Diccionario dice que el patrimonio es la hacienda que alguien ha heredado de sus ascendientes,elconjunto de los bienes y derechos propios adquiridos por cualquier título, susceptibles de estimación económica. Y cuando hablamos de patrimonio histórico parece que nos referimos a estos bienes materiales que tienen reconocido un valor histórico.
En inglés la definición de patrimonio histórico se expresa con la palabra ‘heritage’, herencia que insiste más en el aspecto de bienes que hemos recibido de los que nos han precedido. Y lo que recibimos de nuestros antepasados es esencialmente su memoria, el conjunto de saberes, conocimientos, ideas acumuladas a lo largo de los años que se conservan en documentos, libros, tradiciones, edificios, ciudades y paisajes, Ese conjunto de valores de tiempos anteriores es lo que conforma el patrimonio.
El patrimonio y el poder
La definición de lo que conforma nuestra memoria pasada ha estado definida por los poderes de cada momento. El poder religioso revindica el conjunto de elementos que ha sido capaz de crear la vivencia religiosa, el poder de la nobleza revindica lo que ha creado su actividad. Y así nuestro patrimonio histórico está integrado por iglesias, conventos, palacios, castillos y referentes de los diferentes poderes dominantes.
Pero desde finales del siglo XVIII y primeras décadas del siglo XIX se produce en el mundo un proceso que ha cambiado su configuración: la revolución industrial. Un proceso que supone el descubrimiento de nuevas máquinas capaces de modificar nuestro trabajo y forma de obtener lo que necesitamos, la producción de nuevos materiales, nuevos sistemas de trasporte y como consecuencia de todo ello una nueva forma de organizar las ciudades que pierden su protagonismo agrícola para convertirse en ciudades industriales. La memoria de este cambio esencial de la sociedad está en el conjunto de elementos que llamamos patrimonio industrial. Un conjunto de realidades que conforman la memoria del trabajo del hombre: construcciones, maquinaria, archivos documentales, fotografías, medios de trasporte… Una realidad presente en las grandes ciudades y también en las pequeñas localidades que han mejorado su vida con la instalación de pequeñas infraestructuras capaces de generar trabajo y riqueza.
La industria agroalimentaria
La industria más cercana en muchas de estas poblaciones como Corral de Calatrava ha sido la relacionada con la actividad agrícola, la que suponía la trasformación de los productos del sector al que tradicionalmente han estado vinculadas. En Corral, el aceite y el vino han sido dos sectores que han generado esa actividad. Y como memoria de esa actividad se conservan una almazara y diferentes bodegas. La almazara de Corral conserva la estructura originaria y la maquinaria necesaria para la obtención del aceite. Un edificio de gran sencillez con una planta rectangular de 8×13 metros a la que se adosa una zona delantera de 3×13 metros donde se albergaba el proceso de la obtención del aceite, desde la llegada y limpieza de la aceituna al proceso final. Un molino con tres ruedas troncocónicas, una presa con cuatro pilares metálicos, los capachos, las zonas de limpieza y filtración explican todo el proceso de una actividad que estuvo viva hasta 1988.
El otro sector con diferentes instalaciones es el de las bodegas. La de Manuel Marín comenzó su actividad en 1950 y ocupa un solar de 638 metros cuadrados. Tres jaraíces de madera, una primera nave de tinajas de hormigón y una segunda con tinajas de barro en un espacio cubierto con estructura de madera. La bodega de Antonio Marín según el Catastro de Hacienda data de 1917. En este caso, grandes tinajas de hormigón a ambos lados de una nave rectangular, construidas en el propio espacio por expertos de Villarrobledo. Tinajas de 6400 Kg cada una de ellas que suponía una capacidad de 117.000 litros en total. Y junto a estas dos instalaciones, pequeñas bodegas en solares y viviendas que producían el vino de las familias.
La otra gran instalación de la industria alimentaria ha sido la fábrica de harinas, una producción que tiene un arraigo histórico con la presencia de los molinos harineros en los cauces del río. La fábrica construye un edificio de estructura sólida con dos plantas y que, con el paso del tiempo, va incorporando la maquinaria necesaria para una buena producción. La imágenes de1927 recogen la memoria de las personas que trabajaban en la instalación, desde el dueño a los trabajadores, sus mujeres y sus hijos.
La producción cerámica
Otro sector esencial en la producción industrial de Corral ha sido el de la fabricación cerámica que se recoge históricamente desde mediados del siglo XIX. La fábrica del siglo XX producía ladrillo hueco doble, sencillo, rasilla y teja de cubierta. Una instalación que requería espacios de grandes dimensiones con naves de cocción, espacios de secado y almacenamiento. Y que, como otros sectores de la industria, necesita espacios para la obtención de la materia prima. En este caso, canteras hoy convertidas en espacios de ocio para la población como el Charco. La instalación, hoy en día sin uso, conserva parte de las estructuras constructivas con espacios de especial interés.
En Corral surgieron en su momento otras industrias como la fábrica de conservas, la de gaseosas, la fabricación de hielo o la de pirotecnia. En la actualidad actividades que generan empleo y desarrollo económico como Industrias Arenas.
El patrimonio industrial nace con rapidez considerado como un signo del progreso de la sociedad. Pero la evolución de las técnicas, las nuevas necesidades comerciales, sociales y económicas hacen que también tenga una rápida obsolescencia. Pero es un patrimonio de especial interés por la singularidad de su arquitectura, por sus maquinarias y técnicas de trabajo. Y sobre todo porque es el testimonio del trabajo de generaciones pasadas. El patrimonio industrial es el paisaje del trabajo del hombre.
Paisaje e industria del territorio
El libro que ahora publica el ayuntamiento de Corral de Calatrava, dentro de la colección Cuadernos de Corral de Calatrava recoge estas actividades que han sido parte esencial de la vida de la población. Un recorrido que estudia la historia de las instalaciones industriales en la población en diferentes momentos, en un territorio con importantes valores históricos y naturales como quiere señalar el proyecto Geoparque Campo de Calatrava. Una publicación promovida por el ayuntamiento que quiere conocer el patrimonio de su municipio y hacerlo llegar a todos sus vecinos con estas publicaciones.
Y sobre todo un proyecto que es el reconocimiento de las personas que han trabajado en la localidad haciendo prosperar su economía y sus vidas. Por ello al final del libro se recogen dos documentos. La relación de empresas que desarrollaban su actividad en los años sesenta respondiendo a la demanda de reconocer las actividades molestas que pedía el gobierno civil. Una relación en la que muchos vecinos reconocerán sus nombres o los de sus familias. La publicación “Paisaje e industria del territorio” quiere dejar constancia de ese patrimonio industrial del municipio, pero sobre todo manifestar el reconocimiento de aquellos que lo han hecho realidad y conservan viva la memoria de su pueblo.