El Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha ha recuperado la buena costumbre de convocar los Premios de Arquitectura y Urbanismo. Una actividad que se celebraba años atrás promovida por la Consejería de Cultura y que había quedado interrumpida por razones diversas durante años. Ahora se recupera con una convocatoria que incluye varias categorías para dar cabidas a propuestas de diferentes características: 1. Premio COAM de Arquitectura referido a obra nueva, vivienda y rehabilitación 2. Premio COAM de Urbanismo y Paisaje. 3: Premio COAM emergente de obra nueva y rehabilitación, 4: Premio COAM Miguel Fisac de obras realizadas fuera de la comunidad autónoma, 5: Premio Difusión de la Arquitectura 7: Distinción de honor este año para el arquitecto Rafael Moneo. Dado el tiempo sin celebrarse los premios este año se incluía una convocatoria singular para proyectos realizados en los últimos años referidos a las mismas convocatorias que los anteriores.
Ámbitos diversos que quieren abrir las posibilidades de reconocimiento en tareas y propuestas diferentes que, de esta manera, encuentran sus posibilidades de reconocimiento a la vez que se abren nuevas ideas en contenidos plurales y diversos por razones de sus contenidos, de sus escalas o de las personas que los abordan.
Los premios como modelo
El premio tiene una primera finalidad, la de presentar ante la sociedad modelos de buenas prácticas, de realizaciones ejemplares que pueden servir de referencia para futuras actuaciones. Desde esta perspectiva es esencial la selección de las propuestas que pueden presentarse ante la colectividad como propuestas de calidad. Y por ello es importante que el jurado, dando por supuesto su trasparencia y calidad, sea suficientemente cualificado y plural para acoger las propuestas que mejor representen los intereses comunes de aquellos que convocan el premio y del trabajo que realizan aquellos que concurren a la convocatoria.
En este caso, el Colegio de Arquitectos ha creado un amplio jurado integrado por profesionales que representan a diferentes escuelas de arquitectura, a arquitectos de diferentes administraciones y al propio colectivo de los arquitectos. El grupo de personas finalmente integrante del jurado avala los necesarios criterios de pluralidad, de calidad y de análisis riguroso de las propuestas presentadas. El número de propuestas presentadas, después de años de sequía, pone de manifiesto el interés de la convocatoria como ámbito profesional de diálogo, de contraste de propuestas, de búsqueda de conocimiento de la actividad en diferentes lugares y por un colectivo numeroso como el de los arquitectos que trabajamos en Castilla-La Mancha.
Aristóteles decía en su Ética Nicomáquea: “Es más fácil contemplar a nuestros prójimos que a nosotros mismos, y sus acciones que las propias, y las acciones de los hombres buenos cuando éstos son amigos suyos, son gratas a los buenos… El hombre dichoso necesitará de tales amigos, ya que quiere contemplar acciones buenas y que le pertenecen”. El ser no es sólo sentir o pensar, sino sentir el sentimiento, pensar el pensamiento. La vida consiste en percibir y conocer y convivir es percibir juntos y conocer juntos
Los premios como aliciente
Los premios son también un reconocimiento que anima a aquellos que realizan su trabajo buscando la calidad de este en diferentes ámbitos. La arquitectura se enfrenta en estos tiempos a dificultades en muchos ámbitos. El desarrollo de la normativa que quiere establecer criterios de calidad hace que cada día los proyectos aborden un cúmulo de referencias legales que hay que superar en ámbitos de conocimiento plurales, revisados y modificados constantemente.
Los trabajos realizados para la administración se han convertido en un proceso de contraste con un funcionariado cada día más empeñado en el cumplimiento de las múltiples normativas legales, en muchas ocasiones alejadas de los criterios de calidad, y con resultados muy dispares. Y junto a ello un mercado inmobiliario donde la incertidumbre de precios, la oferta de productos de calidad y de profesionales de la construcción hace difícil el proceso de desarrollo de las obras.
Los arquitectos españoles asumimos la responsabilidad total de los proyectos desde su diseño a su ejecución. Soluciones constructivas, estructuras de los edificios, instalaciones y su desarrollo detallado, control de desarrollo de la obra compartido en su ejecución con los arquitectos técnicos, desarrollos administrativos y en ocasiones los trámites finales legales hacen que el trabajo adquiera una complejidad y dificultad especial. Y ello con la presencia en obra de técnicos de diferentes ámbitos: controles de calidad, seguridad y salud, controles culturales o administrativos que tienen más competencias en diferentes ámbitos, pero reducidas responsabilidades en muchos de ellos.
Por ello, cuando el resultado final es bueno, el premio surge como reconocimiento de esta compleja tarea, llena de valores gratificantes para el que la realiza y para aquel a quien va destinada, pero realizada a través de un camino difícil y complejo. Los premios quieren reconocer esta tarea en la labor de muchos arquitectos que realizan con dignidad, calidad y buen hacer su trabajo profesional.
La comunidad profesional
El reconocimiento de los valores de personas que trabajan en ámbitos similares se ha calificado en muchas ocasiones de corporativismo, de defensa de intereses comunes. Pero en la entrega de los premios de arquitectura prima por encima de ello el deseo de comunidad, de reconocer a otros que trabajan en proyectos similares y lo hacen con calidad, de encontrar lugares comunes donde intercambiar experiencias, de definir relaciones que enriquezcan el trabajo y ayuden a su desarrollo. Las actividades que contribuyan a divulgar la buena arquitectura que se realiza en Castilla-La Mancha, que permitan dar a conocer las obras realizadas con especial cuidado y resultado, son un buen ejercicio que el Colegio Oficial de Arquitectos como órgano de colaboración puede y debe promover.
Y en ese esfuerzo sería buena la implicación de colectivos profesionales, de administraciones que deben aspirar a que sus proyectos tengan la máxima calidad, a la vez que sirvan de instrumentos de desarrollo social y económico dentro de la comunidad autónoma y de personas individuales que aspiran a que sus promociones, sus proyectos tengan la máxima calidad.
Los premios en muy diferentes ámbitos se han convertido, en ocasiones, en una presencia del que los convoca por encima de aquellos a los que se premia por su actividad ejemplar. Pero siguen siendo buenos instrumentos de consolidación de la sociedad y de sus valores éticos comunes. Y la buena arquitectura, el buen urbanismo sigue siendo una realidad necesaria en nuestra sociedad. Por encima de especuladores y de negociantes que deterioran su realidad. Porque la ética, el buen hacer tiene necesariamente un carácter social. Y por ello el que actúa correctamente, el que realiza su trabajo con honestidad y calidad merece el reconocimiento colectivo.