Utilizando para ello como base la famosa obra teatral de Hecht y MacArthur llevada con anterioridad a la pantalla en 1931 y 1940 por Lewis Milestone (“Un gran reportaje”) y Howard Hawks (“Luna nueva”), respectivamente. Todavía después de la que ahora nos ocupa, Ted Kotcheff dirigiría un tercer remake ambientado en el mundillo televisivo con el título de “Interferencias”.
Diálogos agilísimos y venenosos, personajes que se portan como raposas (si exceptuamos a la puta y el condenado) y un pulso narrativo que nos remite a los mejores tiempos de la gran comedia estadounidense, son algunas de las características de este brillantísimo ejercicio de puro cine dirigido con inusitado vitalismo y corrosividad por un veterano maestro en las postrimerías de su carrera.
Perro pulgoso Walter Matthau y Jack Lemmon vuelven a formar una pareja explosiva, en la que réplicas y contrarréplicas se suceden de manera enloquecida. No deja de ser un tardío, pero ilustre, exponente de la “screwball comedy”.