Internet y los humanos, en la exploración de su propio individualismo, han conseguido demostrar la existencia de universos paralelos en uno solo. La comunicación ha cambiado y hoy en día cientos de miles de personas viven en universos distintos mientras comparten metro para ir a trabajar o se dan los buenos días en el ascensor. ¿Qué es verdaderamente un NFT?, ¿Por qué PlayStation ha estado dos años sin existencias de su nueva consola? Preguntas que para la mitad la población carecen de importancia y rigen los destinos de la otra mitad.
Imaginemos por un momento, que en el centro de todo ese amplio y basto multiverso, existe un bar. El Ready Player Club abre sus puertas cada día, y allí se juntan todos y cada uno de los extraños personajes que pueblan el multiverso. En una esquina de la barra, Alan Turing arroja un plato de manzanas contra el suelo enfurecido al grito de “Terminator tenía razón”, mientras la Inteligencia Artificial de ChatPGT lo recoge amablemente: “disculpe, vuelva a formular su pregunta, estoy aquí para ayudarle”. Desde un taburete junto a ellos, Ibai Llanos y Jorge Javier Vázquez les miran incrédulos.
Al fondo, un directivo de Microsoft intenta pagar la ronda de toda la mesa, pero Amazon y Disney tienen las copas llenas. Super Mario bebe con Mickey Mouse y Netflix está pasando lista. Todos ignoran al evangelista que grita en medio de la sala si quieren seguir el verdadero camino del metaverso. En la televisión, la final del mundo de League of Legends tiene en vilo a algunos de los presentes, pero otros discuten porque prefieren ver la final de la Kings League.
Todo esto se da cita en el Ready Player Club. Es la exploración del conocido desconocido, del mundo que hay más allá de la pantalla de nuestros teléfonos móviles. El verdadero multiverso. Ready Player Club es el Multiverso elevado a su máxima potencia. Todo aquello que, como en la última película ganadora del Óscar, ocurre a la vez y en todas partes. La oportunidad de examinar cada semana lo que ocurre en todos aquellos universos y mundos que no compartimos pero nos rodean.