
"La expectación por el próximo Zelda no podía ser mayor en torno al año 2002..."
Como veníamos diciendo, las dulces notas de una ocarina marcaron el lanzamiento de uno de los mejores videojuegos de la historia de la compañía de Kyoto. Con la introducción de la serie en el 3D, Nintendo pegó el petardazo mundial y consiguió colocar Zelda a la cabeza de los juegos más vendidos, no sólo para los entendidos, sino también para el gran público.
De máscaras y sombreros mágicos
El éxito no quería dejarse pasar y en tiempo récord los desarrolladores consiguieron exprimir aún más tanto el motor gráfico de Ocarina of Time como la capacidad de Nintendo 64 y sacaron una nueva entrega tan solo dos años después. Eiji Aonuma repetía como director tras el éxito de Ocarina of Time en este título que se considera de los más oscuros de la serie: The Lengend of Zelda Majora’s Mask. Los viajes en el tiempo y la música de la ocarina se sustituían por máscaras macabras y un bucle temporal antes de que la luna colisionase con la tierra.
Otro éxito que llegaba y otra consola que se iba. A partir de ahora la cosa se complica. Llegaban al mercado una portátil, Game Boy Advance y una de sobremesa Game Cube. La primera apostó por juegos que regresaban al estilo clásico, con vista desde arriba y entornos en dos dimensiones, pero también puzzles intrincados y complejos y buenas historias. La gran sorpresa provino de de Game Cube, para la que tanto Miyamoto como Aonuma guardaban un as bajo la manga, o eso creían.
El juego que casi acaba con la franquicia
La expectación por el próximo Zelda no podía ser mayor en torno al año 2002, especialmente con las espectaculares imágenes que la casa de Mario Bros había hecho públicas. Sin embargo, los nipones hicieron uno de los movimientos más extraños en su historia, sacaron The Legend of Zelda: The Wind Waker. Un arriesgado movimiento que en palabras del mismo Aonuma años después «estuvo a punto de convertirse en el final de la franquicia». La razón fue que la compañía decidió alejarse del concepto «realista» que hasta entonces había buscado y se decantó por uno más cartoon y colorido que no gustó nada a los fans.
Nintendo se tambaleaba al lanzar un juego que muchos consideraron infantil en mitad de una corriente entre los fans de requerir videojuegos más adultos en la reivindicación de una industria más adulta. The Wind Waker tuvo muchos problemas de ventas, especialmente en Japón, pero hoy es considerado uno de los mejores de la saga y absolutamente de culto entre los más fans.
La línea de juegos de Zelda más «infantiles» continuó en una de sus consolas más exitosas, Nintendo DS, mientras que la siguiente generación de consolas se cocinaba en el horno. Una nueva generación de consolas se avecinaba y con ella, por supuesto, un nuevo Zelda. Esta vez Nintendo no defraudó y lanzó: The Legend of Zelda: Twilight Princess. La consola era Nintendo Wii y por fin llegaban aquellas imágenes que la gente esperaba desde hacía años. Como no podía ser de otra manera, Nintendo arriesgaba con Twilight Princess y fue uno de los primeros juegos en los que manejábamos la espada con nuestro mando. Millones de copias vendidas y solo Dios sabe cuántas televisiones rotas por un mando que sale volando contra la pantalla volvieron a colocar a los de Kyoto en la cresta de la ola.
La princesa del crepúsculo y la espada del cielo
Sin embargo el mundo inundado por el mar y gráficos de animación de The Wind Waker frente a los adultos acontecimientos de Twilight Princess poco tenían que ver. Comenzaban así las elucubraciones sobre cuál sería la cronología real de los juegos de esos héroes y villanos que no paraban de reencarnarse una era tras otras. A Nintendo debió de picarle el gusanillo con eso de la cronología pues decidió sacar The Legend of Zelda Skyward Sword, que ellos mismos promocionaban como el primero de los Zeldas.
Con Skyward Sword prácticamente nacía el universo Zelda. Varias líneas temporales que partían de los acontecimientos de Ocarina Of Time y que reflejaban los diferentes caminos sufridos por nuestro héroe para salvar a la princesa Zelda y con ella el país de Hyrule. Todo estaba preparado.
Cuando ya parecía que Nintendo se había estancado en la franquicia, comenzaban los rumores de una nueva generación de consolas y, con ella como no podía ser de otra forma, otro Zelda. Nintendo anunció su consola híbrida entre portátil y sobremesa Nintendo Switch, que saldría de lanzamiento con un nuevo juego de Zelda: Breath of the Wild. Pero, como decían en el tráiler de The Wind Waker: todos los juegos tienen historia, pero sólo uno es leyenda. Y esta la concluiremos la semana que viene.