La dieta mediterránea es mucho más que una forma de alimentarse; es el resultado de siglos de evolución cultural y un auténtico estilo de vida. Su origen se encuentra en los pueblos que habitan las costas del Mar Mediterráneo, una región caracterizada por la riqueza de sus influencias gracias a los movimientos migratorios, las conquistas y las rutas comerciales. Estos intercambios culturales han permitido enriquecer su gastronomía, integrando una variedad excepcional de ingredientes y técnicas culinarias provenientes de todos los rincones del mundo.
Este mosaico de influencias convierte a la dieta mediterránea en una de las más completas y equilibradas.
Destaca por su uso abundante de alimentos frescos y de temporada, con especial énfasis en los vegetales, como frutas, verduras, legumbres y frutos secos. Estas bases se complementan con productos de origen animal como el pescado, el marisco, los huevos y carnes magras, principalmente de ave. También es notable el papel protagonista del aceite de oliva virgen extra, no solo como una fuente saludable de grasas, sino como el corazón de sus sabores.
Además, la dieta mediterránea va más allá de lo puramente nutricional; fomenta prácticas de vida saludable como comer en compañía, disfrutar de las comidas pausadamente y mantenerse activo físicamente. Su impacto positivo en la salud ha sido avalado por numerosos estudios científicos, asociándola con la prevención de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad y ciertos tipos de cáncer. En 2010, la UNESCO la reconoció como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, subrayando su valor como una tradición viva que conecta a las personas con sus raíces y entorno.
Tostada de tomate con bacalao y aceite de oliva virgen
La tostada de tomate y aceite, un clásico de la gastronomía mediterránea, puede transformarse en una explosión de sabor con unos toques adicionales.
Elige un buen pan de hogaza, preferiblemente de masa madre para una textura crujiente y un sabor auténtico. Tuesta el pan ligeramente hasta obtener un punto dorado. A continuación, añade un chorrito generoso de aceite de oliva virgen extra. El tomate, puede prepararse según tu preferencia: rallado, restregado o cortado en finas rodajas.
Para darle el toque marinero, corona la tostada con lascas finas de bacalao desalado o ahumado, lo que te guste más. Finaliza con un toque de eneldo fresco o prueba con otras hierbas como perejil, albahaca o cebollino.