TABUCHI. SOSTIENE PEREIRA Y EL TIEMPO ENVEJECE DEPRISA.
El 25 de marzo pasado ha muerto Antonio Tabuchi, y su recuerdo está unido, para mí, algunas novelas de su amplia trayectoria.
Sostiene Pereira está ambientada en Lisboa en 1938, bajo el régimen salazarista. Pereira es un periodista que escribía crónica negra y ahora dirige la sección cultural del periódico de su ciudad de forma tranquila y sin complicaciones políticas.
Pererira conoce a Monteiro Rossi, que ha publicado una tesina que suscita su interés y al que le propone escribir necrológicas de personajes célebres todavía vivos, escritos anticipadamente de modo que puedan estar listos en caso de fallecimiento. Monteiro, en cambio, escribe unas reseñas sobre Marinetti o Gabriele DDBC##1Annunzio, atacándoles por su adhesión al fascismo. Pereira empieza a reconocer el régimen bajo el que vive, la violencia, el clima de intimidación, la censura a la que es sometida la prensa. Ha querido evadirse de esta realidad pero se hace presente en su vida aunque no quiera.
Las conversaciones con el médico Cardoso también le llevan a reflexionar sobre los cambios personales. Cuando Monteiro Rossi pide a Pereira que aloje a su primo, que está reclutando jóvenes en el Alentejo para luchar contra Franco en la Guerra Civil Española debe tomar partido de forma clara. Son descubiertos y Monteiro Rossi es asesinado por la policía política, la PIDE, en casa de Pereira. A partir de este crimen Pereira se afianza en sus creencias y consigue saltarse la censura y publicar, en su propio periódico, un artículo de denuncia del homicidio y del régimen, para, inmediatamente, huir de Portugal y del fascismo. Pereira defiende como periodista y como persona aquello en lo que cree y por lo que lucha. Sostiene Pereira.
La otra novela que me ha parecido representativa de su forma de pensar y escribir ha sido “El tiempo envejece deprisa” toda una serie de relatos en las que está presente su modo de pensar y su forma de enfrentarse a la vida en una sociedad como la italiana. En los relatos de este libro parecen sus personajes se enfrentan con el tiempo, que huye, se oculta, reaparece para pedirles cuentas. Un ex agente de la antigua República Democrática Alemana, que espió a Bertolt Brecht, visita la tumba del escritor para contarle un secreto. Un oficial italiano que ha sufrido radiaciones de uranio empobrecido en Kosovo enseña a una muchacha el arte de leer el futuro en las nubes. Un militar retirado que explica a la muchacha cómo hay hombres que construyen casas y otros que las destruyen. Historias en la que el tiempo, que se diluye entre las manos, es el hilo conductor. Y por eso el libro se abre con la cita de Critias, “Persiguiendo la sombra, el tiempo envejece deprisa”.
En La oca al paso, reúne una colección de artículos que han aparecido en la prensa española e internacional y que subtitula: Noticias desde la oscuridad que estamos atravesando. Releídas así, de forma continua, dan una visión singular de la vida política contemporánea. Tabucchi dice estar con un pie dentro y otro fuera como corresponsal en Italia para el extranjero y corresponsal de Italia en el extranjero.
En Los ladrones de palabras cuenta como Prodi, en la Cámara, define a una serie de jóvenes, que Berlusconi contrata para hacer de propagandistas de sus ideas y los adoctrina, como mercenarios. La mayoría de Berlusconi protesta porque se está deslegitimando su acción con esta forma de nombrar su actividad. Pero cómo denominar esa propuesta sino como mercenaria, como el pago de una acción de propaganda política costeada por el propio gobierno.
Tabuchi ha sido el defensor de sus ideas, de la coherencia y de la libertad de expresión aunque eso le haya costado graves enfrentamientos personales. Pero al final de su vida puede defender con claridad aquello que ha pensado. Por desgracia en el mundo del periodismo, de la escritura y menos aún de la vida política, hay pocas personas que como él hayan mantenido a lo largo de su vida sus ideales y su forma de pensar.
DIEGO PERIS SÁNCHEZ.