Asistimos en los últimos tiempos a numerosas informaciones relacionadas con el currículo de políticos y personas de la vida pública de especial relevancia. Lo significativo no es que posean determinados títulos, hayan realizados másteres o tesis doctorales. Lo que ha resultado grave es que esos títulos y reconocimientos formativos tienen, en su origen, comportamientos faltos de ética e incluso, en algunos casos ilegalidades. Amistades y relaciones políticas con determinados profesores o estructuras académicas que permiten saltarse las normas establecidas por la Universidad, relaciones que utilizan sus poderes políticos para conseguir determinados títulos o reconocimientos. Comportamientos de este tipo llevaron a Cristina Cifuentes, presidenta de la comunidad de Madrid a dimitir y el actual presidente del Partido Popular está pendiente de una investigación para determinar sus actuaciones en relación con un máster que dice tener.
Tesis doctoral.
En esta situación y al objeto de confundir las cosas, el Partido Popular y Ciudadanos lanzan la acusación contra Pedro Sánchez de plagio en su tesis doctoral. La prensa de diferentes tendencias recoge la noticia. Especialmente la prensa amarilla (lo digo por sus subrayados de documentos) acusa al presidente de plagio. Y en estas circunstancias la mejor arma es la trasparencia. El presidente del Gobierno hace pública su tesis de manera que sea accesible a cualquier persona y se demuestra que no existe tal plagio.
Una tesis doctoral es un trabajo que realiza una persona que ha terminado una formación universitaria y quiere acceder al grado de doctor. Para ello debe realizar una serie de cursos y, sobre todo, realizar una tesis doctoral. La tesis es un trabajo en el que se parte de una hipótesis (una tesis) y se investiga para comprobar y validar dicha hipótesis ya sea experimentalmente o bien en base a la bibliografía y documentación existente sobre el tema. El doctorando que normalmente realiza su primer estudio con motivo de su tesis se apoya en opiniones reconocidas, cita publicaciones de autores importantes sobre el tema, documentos de todo tipo sobre el asunto que aborda y finalmente concluye la bondad o no de sus hipótesis iniciales. Para ello cuenta con el asesoramiento de un director o directora de tesis que le orienta y ayuda en este proceso de investigación. Y finalmente se presenta el trabajo ultimado y un tribunal de personas expertas en el tema escuchan la defensa de esta y califican el trabajo realizado. Pedro Sánchez ha realizado este trabajo, lo ha presentado en la Universidad y un tribunal ha valorado positivamente el trabajo con lo cual a partir de ese momento es doctor. Un título que es necesario en el mundo universitario y que reconoce la capacidad investigadora de la persona que lo ostenta.
En la actualidad existen diferentes programas que permiten con un texto determinado analizar si hay coincidencias con otros millares de textos y, por tanto, determinar si existe plagio o no. Lógicamente en cualquier escrito aparecerán coincidencias de temas conocidos por todo el mundo, referencias generales legales o administrativas o de otro tipo. Pero los análisis realizados a la tesis de Pedro Sánchez determinan que no hay plagio en su obra. El tema políticamente, a pesar de los esfuerzos de algún medio amarillo (insisto que por sus subrayados) por insistir en el tema quedan zanjados. Pero abren una reflexión sobre la vida política española que es la que nos debería importar a los ciudadanos especialmente.
Las tesis azules.
El recientemente nombrado presidente del Partido Popular y su secretario general han insistido últimamente en la posible actuación irregular de Pedro Sánchez tratando de ocultar su situación respecto de un máster que dice haber realizado y que se está investigando. Resulta difícil, además de posibles actuaciones de favor en su desarrollo, creer que tenga un máster cuando él mismo afirma no tener su trabajo fin de máster. Pero lo importante es constatar sus planteamientos políticos en este momento, sus tesis.
Yo creo que la tesis de Pablo Casado debería partir de la cita: “Cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí el suyo beneficio político” (Mariano Rajoy). En este caso la autoridad de la persona que pronuncia la afirmación y su interés político exigen citar su origen en cualquier tesis o trabajo de máster. Ha emprendido un camino en el que, sin reconocer que ha perdido el gobierno, se plantea insistentemente una valoración negativa de todo lo que sucede pretendiendo que, en ese horizonte, sólo él podría resolver las cosas.
Insistentemente acusa al gobierno de corregir y cambiar de opinión. Pero es que hay tantas cosas que corregir de las actuaciones de los años de gobierno del Partido Popular que resulta necesario rectificar cada día. La tesis de Pablo Casado debería tener un apéndice final sobre Venezuela que siempre es un tema muy socorrido en caso de apuro.
La tesis naranja.
La tesis de Albert Rivera parte de similares principios. Descolocado de su meteórica ascensión en las encuestas por el cambio de gobierno se suma a todo proyecto de crítica al actual gobierno y a sus malvados socios de Podemos y separatistas del resto del mundo. Y presenta sus dudas razonables sobre la tesis del presidente del gobierno. Pero resulta que lo que estaba equivocado (o mentido) era su propio currículo de estudios de doctorado en la Autónoma de Barcelona. Pedirá disculpas, lo borrará de su currículo en la red. Pero, cual es la penitencia por engañar a los ciudadanos que hay que imponer al azote de la corrupción y regenerador moral de la patria?
Sus abstenciones ante la moción de censura al gobierno del Partido Popular con sentencias reconocidas de comportamientos ilegales casan difícilmente con la voluntad de regeneración moral del país que dice propugnar. Y la triste defensa de su abstención en el caso de la exhumación de los restos del dictador le aproximan cada vez más a las tesis populares. La imagen de los dirigentes de su partido compartiendo sonrisas en el ascensor con los dirigentes del Partido Popular es todo un símbolo de la evolución de la tesis naranja.
A los ciudadanos nos interesan los comportamiento éticos y legales de nuestros dirigentes. Y por ello afortunadamente está llegando a nuestro país una exigencia que pide rigor en las carreras profesionales que dicen tener y en sus diferentes comportamientos. Pero sobre todo nos interesa conocer sus planteamientos políticos, sus propuestas de cara al futuro de nuestro país. Hemos vivido tiempos difíciles de gobierno del Partido Popular. Ayer el ministro Guindos, que dirigía Lehman Brothers en España y Portugal publicaba un libro explicando cómo había salvado la economía española. Paradójica presentación el décimo aniversario de la caída de Lehman Brother de consecuencias graves en la economía mundial, especialmente en la nuestra. Deberían ser tiempos de honradez política de comportamientos éticamente ejemplares de nuestros dirigentes, incluidos sus currículos académicos. Pero deberían ser sobre todo tiempos de tesis de progreso, de igualdad social y de defensa de derechos comunes.
