Las tradiciones tienen su base en determinados acontecimientos, creencias o actividades de la comunidad que las recuerda como memoria notable de la misma y las trasmite de generación en generación. La liturgia de la celebración de esas tradiciones es cosa distinta y adopta modalidades y formas diferentes con el paso de los años.
Las celebraciones de las fiestas de agosto de Ciudad Real tienen su base en la tradición de la celebración de la festividad de la Virgen del Prado y la construcción del edificio catedralicio que la alberga. Las formas de celebración de esta realidad, sus liturgias han cambiado a lo largo de décadas y es bueno revisarlas en base a la tradición que les sirve de base y contenido.
La construcción de la catedral
El edificio que precedió a la catedral, es la iglesia de Santa María, mandada construir por el rey Alfonso X el Sabio en 1255 cuando concedió el título de villa al núcleo de Pozuelo Seco de Don Gil. Cuando Villa Real pasó a tener el título de ciudad en 1420 (Ciudad Real) se decidió dotar de una catedral a la villa, acorde con su nueva condición.
De este momento solo se conservan tres rosetones en la fachada de poniente, una ventana ojival (tapada por la construcción de la Sacristía Vieja, pero visible desde el interior), los muros laterales y de poniente y la puerta de ese muro, a los pies, conocida como la puerta del Perdón del último tercio del siglo XIII.
Sobre su eje, se encuentra uno de los tres rosetones, decorado con tracería formada por diecinueve círculos de seis lóbulos y enmarcado por un cuadrado. La cabecera de esta iglesia sobre la que se construyó la catedral llegaría hasta lo que hoy es el crucero, es decir era más corta y de menor altura que la actual catedral.
A principios del siglo XV, ya se había empezado la construcción de la catedral gótica, en concreto el ábside y la cuarta bóveda. En el año 1514 estaba terminada la tercera bóveda de terceletes y hacia 1580 estaban completas la segunda y primera bóvedas.
Las dos torres proyectadas se construyeron en torno a 1550, pero solo se terminará una, de la otra solo se construyeron los dos primeros cuerpos que se utilizaron para ubicar allí la Sacristía Vieja y la Capilla de los Treviño, con un lenguaje renacentista.
La cubierta de las bóvedas las realizó Antonio de Écija, ya a mediados del siglo XVI con la licencia de construcción del cardenal Arteaga en 1553. En el siglo XVII se construyeron el Camarín de la Virgen del Prado y la Sacristía nueva, ya en un lenguaje barroco.
La iglesia parroquial de Santa María pasó a ser Santa Iglesia Basílica Prioral de Santa María del Prado de Ciudad Real en 1875 y a tener el cargo de Obispado del Priorato de las Órdenes Militares. En 1877 la Catedral se constituyó en sede de la diócesis de Ciudad Real. En 1931 fue declarada monumento y en 1967 pasó a ser también Basílica y Catedral en 1980.
La basílica del Prado
La catedral de Ciudad Real es un edificio basilical, de nave única y de grandes proporciones. Es la segunda catedral más ancha de España de estas características, tras la catedral de Gerona. La nave tiene 34 metros de altura, 53 metros de longitud y 18 metros de anchura. Una altura casi el doble de la anchura de la nave y una longitud del triple de la anchura configuran un interior singular como espacio religioso.
Diferentes capillas en sus laterales completan el edificio catedralicio: la antigua capilla de los Dolores, la capilla de los Treviño, la de la Virgen de los Dolores con la talla de la Virgen de los Dolores, obra de Antonio Lastrucci de 1940, que sustituyó a la que desapareció en 1936 atribuida a Salzillo y Martínez Montañés, la capilla del Santísimo, la del Cristo de la Piedad y la Sacristía Vieja y Nueva completan los espacios interiores.
En sus accesos la Puerta de los Reyes transición del Gótico al Renacimiento, la Puerta de la Umbría en el interior de un nártex abierto al exterior por un arco apuntado, contemporáneo, imitación al anterior de estilo renacentista y la Puerta del Perdón, en el muro de poniente del último tercio del siglo XIII.
La torre de la catedral
La primera torre de la catedral formaba parte de la iglesia parroquial de la época de Alfonso X que fue destruida para construir el nuevo proyecto. La torre se construyó a mediados del siglo XVI y se destruyó en 1755 a causa del terremoto de Lisboa. (En otros escritos se dice que la torre actual comenzó a construirse en 1625, antes del terremoto).
A partir de 1780 la iglesia estaba en una situación peligrosa tanto la torre como algunas partes de su cubierta. En 1817 Joaquín Tronconiz realizó un proyecto de restauración de la torre, supervisado desde la Academia por el arquitecto Joaquín Romero quien dirigió las obras, modificando el proyecto inicial y ejecutando los cuerpos en piedra y rematando la obra con un octógono de ladrillo cubierto con cúpula coronada por una linterna de plomo. La linterna, construida en 1901, se colocó en lugar del chapitel de pizarra que apenas duró hasta 1895.
El arquitecto diocesano don Sebastián Rebollar, ante el lamentable estado en que se hallaba el templo catedralicio había redactado su Memoria en agosto de 1901. Entre 1902 a 1904 se llevan a cabo obras de gran envergadura en la catedral que obligaron a cerrar el edificio durante esos años y reducían el uso de este al camarín. Pocos años después el arquitecto Telmo Sánchez hará nuevas obras de reparación de la torre.
Camarín
El camarín, y las escaleras que suben hasta él son del siglo XVII, de estilo barroco y fueron realizadas por encargo de Felipe Muñoz, contador de Hacienda. Es de planta cuadrada, cubierto por una cúpula de decoración barroca. En 1918 Ángel Andrade, diseñó el ventanal exterior del camarín en esa curiosa solución que abre el camarín al exterior. En el retablo hay una imagen de Nuestra Señora del Prado patrona de la ciudad.
Es una imagen barroca, tallada en 1950 por Rausell y Llorens, en madera policromada, que sustituyó a la de 1940 realizada por Vicente Navarro y policromada por Carlos Vázquez debido al deterioro de la madera.
El retablo del altar mayor tiene trazas de Andrés de la Concha y fue tallado y construido por el escultor de origen flamenco Giraldo de Merlo, con pinturas y estofados de Juan de Asten y los hermanos Cristóbal y Pedro Ruiz Elvira, entre 1612 y 1616. Ha sido restaurado ente 2003 y 2004. Su promotor fue Juan de Villaseca, natural de Ciudad Real y residente en Méjico.
Un edificio que es una muestra de las trasformaciones y cambios a lo largo de los siglos. Obras de conservación, de reparaciones, de añadidos y nuevas incorporaciones que conservan la tradición de la devoción a la Virgen del Prado, patrona de la ciudad. Una tradición con diferentes liturgias religiosas y profanas que van tratando de dar forma a la creencia religiosa y a los sentimientos que suscita la vivencia de generaciones que ven en esta presencia de la Virgen y en el edificio catedralicio que la alberga una de las señas de identidad de la ciudad.