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Trastorno bipolar

El trastorno bipolar es una alteración mental en la que la persona que se ve afectada tiene marcados o extremos cambios en su estado de ánimo, difíciles de explicar. La variabilidad depende del grado de cambio apreciado en el diagnóstico y síntomas descritos dentro de esta patología clínica.

Hay fases en las que el paciente se siente muy deprimido, muy bajo de moral e, inexplicablemente, experimenta un cambio repentino y posteriormente entra en una fase mucho más activa y feliz. Puede existir otra variabilidad en el estado de ánimo derivada hacia un malestar angustioso o padecer un momento de gran irritabilidad y nerviosismo.

En los períodos de tiempo en los que el paciente se encuentra muy activo y mucho más energético que en situaciones normales, decimos que está padeciendo un episodio maníaco. Si se sienten bajos de moral y muy deprimidos, evidentemente están pasando por episodios más depresivos. Estos altibajos que se observan en este problema no son iguales a los altibajos que otras personas padecemos, por otro lado, totalmente normales.

 

Trastorno del sueño, sensación de decaimiento

Los cambios anímicos son muy extremos y vienen acompañados por trastornos de otra índole, como son los del sueño, ausencia de clarividencia mental o sensación de decaimiento casi continuo. Los síntomas bipolares son tan fuertes que pueden desembocar en otras alteraciones colaterales que te impiden hacer una vida normal y acudir a tu trabajo.

Las personas con trastorno bipolar, pueden recibir ayuda psicológica y tratamiento farmacológico para poder estabilizar su estado de ánimo. Los síntomas empiezan en la adolescencia y en la madurez temprana, pero puede debutar también en personas adultas y deben tratarse adecuadamente.

 

Duración de la enfermedad

La duración de la enfermedad depende del grado de afección y aceptación de la persona que la padece. Pero los tratamientos son largos y la persona debe entender que el proceso es lento. Los síntomas van desde un estado de ánimo estupendo o más que eso, nerviosismo incontrolado, problemas de sueño, más activos a veces, verborrea, agitados, irritables, aturdimiento mental, etc… a todo lo contrario; decaimiento inesperado, malestar, angustia, negativismo, cansancio, olvidos, problemas de concentración, muy preocupados por todo y pensamientos de muerte o suicidio.

Este problema y su tratamiento debe ofrecerse inmediatamente a la persona afectada que junto con la familia ayudan siempre en el pronóstico y mejora de la calidad de vida del paciente.

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