AIRPLANE en el original, o ATERRIZA COMO PUEDAS en el español, es un continuo desfile de gags a cuál más disparatado y efectivo. Diría que casi en un ochenta o noventa por ciento resultan de lo más efectivos y logrados. Un porcentaje elevadísimo para una obra artística sea cual fuere su soporte. El de esnifar pegamento, el puñetazo al Hare Krishna que proclama paz y amor o el de la hilera de viajeros esperando para hacer entrar en razón a una niña con todos los contundentes métodos materiales que puedan suponer, son solo un mínimo ejemplo de la enorme cantidad que proporciona.
No es menos cierto, además, que abrió un camino que acabó vulgarizándose hasta extremos insoportables. Ahí está si no para corroborarlo la interminable serie de SCARY MOVIE.
Su intención primera supongo que fue la de darle la vuelta al calcetín a grandes títulos de Hollywood de carácter dramático o catastrofista, desde el más evidente AEROPUERTO y toda su saga, hasta ese comienzo “spielbergiano” a lo TIBURÓN. Es decir, carece de petulantes pretensiones, salvo la siempre sagrada y suprema de entretener al espectador, y eso me genera un plus, una mayor simpatía aún.
Constituyó igualmente el fulminante despegue de una segunda carrera en la trayectoria del buen y simpático actor estadounidense canoso Leslie Nielsen. Numerosos grandes característicos del cine norteamericano de cualquier época (en este caso nombres como el patriarca de los Bridges de nombre Lloyd, Robert Stack, Peter Graves o el mismísimo y mítico baloncestista Kareem Abdul-Jabbar) le arroparon brillantemente, así como una joven pareja protagonista muy resultona y que posteriormente tampoco acabaría ofreciendo muchas otras alegrías. Me refiero a Julie Hagerty y Robert Hays.
Todo acompañado musicalmente por una formidable y elocuente banda sonora del maestro Elmer Bernstein que siempre imprime ritmo con sagacidad y talento a unas imágenes de gran dinamismo y de un surrealismo contagioso.
Curiosamente, puede provocar hoy en día que resulte manido o un tanto redundante un título que precisamente sería el primero en crear escuela de un subgénero que repetiría después esquemas y situaciones hasta el hartazgo… pero ya sin su chispa y frescura. Pero esta es la auténtica, la única, la original, la fetén. Comicidad en estado puro.
Leí una vez que Groucho Marx se sentiría orgulloso de esta película. No quisiera especular sobre gustos ajenos, pero estoy bastante de acuerdo con esta aseveración. Es una casi inmejorable muestra del absurdo elevado a la enésima potencia.
(Este lunes 16 de mayo en La 2 a partir de las 22:00 horas)