Guapísima -y qué actriz, madre mía, cuánta elegancia y distinción casi sin esfuerzo alguno- Jean Simmons como el gran amor del esclavo tracio.
Inolvidable tema de amor de Alex North, contrapunteando todos y cada uno de los encuentros de la pareja, a partir del primero sutilmente concebido a base de miradas de lo más reveladoras y flamígeras.
La película de romanos por excelencia. Un canto a la libertad del individuo por encima de cadenas de cualquier tipo. La demostración de que la misma en tantas ocasiones tiene un precio, trágico muchas veces.
“¿Quién es Espartaco?” “Yo soy” van diciendo progresiva y al unísono todos sus leales. Yo también soy Espartaco.
Otras frases memorables de tan mítica película:
“Hemos de ser leales con nosotros mismos” (Kirk Douglas)
“Algo ganamos con emprender la lucha… Con solo un hombre decir ´no quiero´ tembló Roma y 10.000 voces dijeron ´no´, eso fue lo maravilloso” (Kirk Douglas)
“Entre nosotros no cabe la despedida, mientras uno de los tres viva, seguirá la vida” (Kirk Douglas/Espartaco)
“-¿Tienes miedo de morir, Espartaco? –No más de lo que tenía de nacer” (Kirk Douglas/Espartaco)
“Cuida de mi hijo, Varinia, y si no llego a conocerle, cuéntale cómo he sido y lo que hemos soñado” (Kirk Douglas/Espartaco)
“Varinia, te quiero más que a mi vida, sin embargo, a veces, incluso cuando estás durmiendo a mi lado, me siento muy solo; imagino entonces que hay un Dios para los esclavos y le pido que nuestro hijo pueda nacer libre” (Kirk Douglas/Espartaco)