Y aunque es posible que no haya mantenido el excelso nivel de sus comienzos en modo alguno resulta desdeñable lo conseguido en los últimos tiempos (pongamos siete años), desde la magistral DEL REVÉS hasta la preciosa y emotiva COCO, pasando por más que apreciables secuelas o cuartas entregas de LOS INCREÍBLES o TOY STORY, por no hablar de las recientes y atractivísimas ONWARD y LUCA, o la formidable SOUL.
LIGHTYEAR supone la vigésimo sexta entrega (prácticamente una por su año desde su origen en1995) de la factoría y supone también el origen del intrépido astronauta (“hasta el infinito y más allá”) Buzz Lightyear, el héroe que inspiró al juguete que aparecía en la fundacional TOY STORY junto a su inseparable amigo cowboy Woody, contándonos las primeras andanzas del guardián espacial.
Y de acuerdo que tras un comienzo espectacular, esperanzador, la historia se va desinflando un tanto, dejándose vencer por cierta pereza o rutina, pero tanto su calidad técnica (un valor siempre seguro por parte de Pixar), como el encanto que desprende su protagonista y algunos característicos (ese gato robot), como ciertas reflexiones sobre la propia existencia o la familia, no tienen desperdicio alguno.
El saldo es francamente pasable, pues al igual que la última entrega de JURASSIC WORLD (DOMINION) y pese a cierto desdén crítico generalizado, procura entretenimiento y distracción. No es poco.
Y tal vez el hecho de que Pixar se propulsara de manera estratosférica en sus inicios, es lo que provoca que tal vez no se aprecie como debiera una producción digna y respetable como ésta.