Desde hace unos días, las bodegas y cooperativas de Ciudad Real y de Castilla-La Mancha están recogiendo la uva de esta campaña, de gran calidad. La producción prevista es ligeramente superior a la del pasado año pero dentro de la media, según las estimaciones de la Administración regional, entidades agrarias y cooperativas, que apuntan a volúmenes de vino y mosto de entre 40 y 42 millones de hectolitros a nivel nacional, un 29% más que en 2017 (muy afectado por las heladas y la sequía), mientras que para Castilla-La Mancha, con el sector vinícola más dimensionado de España, prevén un crecimiento del 22% y 23,5 millones de hectolitros (el año pasado fueron 19,5) . Por su parte, Ciudad Real copará el 40% de la producción regional, y registrará un alza interanual del 15%.
El estado fenológico ha sido altamente favorable en la mayoría de los viñedos de la región, según ya están comprobando los viticultores en todas las cuencas vinícolas castellano-manchegas y provinciales, con más madera y masa foliar, un óptimo punto de maduración, y una graduación equilibrada.
Esta calidad será la que un año más marque la retribución económica a los viticultores, tras el examen a la uva en los remolques que se recepcionan en las cooperativas, en el que analizan parámetros como el PH, la acidez o el ácido glucónico y premian, con mejor puntuación, a los que garantizan la excelencia del fruto.
Tras el inicio del trabajo en campo, el portavoz sectorial vitivinícola de Cooperativas Agroalimentarias Castilla-La Mancha, Juan Fuente, respalda la previsión de una cosecha cualitativamente “excepcional”, de “un gran potencial” para los vinos, y con cantidades “en la media”.
Destaca la escasa presencia de mildiu y el oidio, enfermedades que suelen aparecer con el exceso de humedad en la viña, como ha ocurrido este año tras las abundantes precipitaciones de la primavera.
Para Fuente, será “un gran año” de vendimia, mientras que a nivel comercial la nota dominante es un enlace regional con un mínimo stock (6,7 millones de hectolitros), tras un magnífico año de ventas, con precios dignos y unos vinos cada vez más adaptados a los mercados más exigentes.
En cuanto al mercado y a los precios, las fuentes consultadas esperan que, debido a la escasa cosecha internacional (por las bajadas previstas en los países competidores), los precios de la uva mantengan las cotizaciones del último año, y se recuperen “del bache” registrado a final de campaña.
Año ideal
Los socios de una de las cooperativas referentes en la provincia, Bodegas El Progreso, están cortando desde hace 10 días uva de variedades con el ciclo de maduración más corto -chardonnay, tempranillo de secano y verdejo- en el inicio de “un año ideal”, según Jesús Julián Casanova, el presidente de la entidad.
Como en años anteriores, están haciendo controles técnicos para contrastar los parámetros químicos, la temperatura y la actividad fermentativa de la uva, con distintas calificaciones (A, B o C) en función de la puntuación obtenida.
La sociedad tendrá un incremento del 15% en la producción (en 2017 fueron 65 millones) hasta los 75 u 80 millones de kilos de una “de excelente calidad” entre todas las variedades de uva que recogerán (tempranillo de regadío, syrah, merlot, macabeo, cabernet sauvignon blanc o airén).
Será el mismo crecimiento que registrará el grupo de segundo grado Vidasol, integrado por las cooperativas Los Pozos de Daimiel, El Progreso de Villarrubia de los Ojos, Cristo del Prado de Madridejos, Castillo de Consuegra, y Sociedad Cooperativa Oleovinícola de Bolaños), cuya presidencia ostenta también Casanova. En la pasada campaña el grupo elaboró 85 millones de litros de vino y mosto, lo que representó un descenso de un 30% respecto a una campaña normal y que este año en buena parte recuperarán.
Crecimiento
El presidente de la cooperativa Virgen de las Viñas de Tomelloso, Rafael Torres, también habla de cualidades “excepcionales” del fruto, tal y como están comprobando los viticultores de la compañía con las variedades que han empezado a vendimiar como la chardonnay, moscatel, sauvignon blanc, verdejo y macabeo, para seguir con el tinto tempranillo, y después, ya bien avanzada la campaña, con las autóctonos como la airén
Las previsiones apuntan a un crecimiento de los resultados de la temporada de 2017, y podrían alcanzar los 200 millones de kilos de uva, y 160 millones de litros de vino y most, aunque “hay que esperar al final”.
Los pagos se realizarán “igual que en años anteriores”, según indica, es decir, en función de los niveles de grado, acidez, potasio y glucónico establecidos por los técnicos de la cooperativa, cuyas mediciones también otorgan distintas categorías (A,B o C) a cada entrada de uva.
Sobre la estructura tecnológica, Torres destaca la “innovación y renovación” que de manera continuada hacen de su maquinaría, “con los equipos más punteros”, como la reciente ampliación de la embotelladora, “para mejorar el suministro a clientes y seguir creciendo”.
La sociedad vinícola más grande de Europa también crea empleo en vendimia, subraya su máximo representante, en la temporada de vendimia, y duplica el personal de plantilla (90).
Gran campaña comercial
La Cooperativa Nuestro Padre Jesús del Perdón, de Manzanares, también registrará alzas en producción y pagos en función de la calidad del fruto en la vendimia ya iniciada. Pondrá un punto y seguido a una inédita campaña comercial 2016-2017, con los mejores resultados de los últimos años, según su presidente, Félix Cano, al haber cerrado el año (este 31 de agosto) con unos ingresos de 60 millones de euros (catorce más).
Por ello, esperan recuperar los seis millones de kilos de uva que perdieron en la campaña precedente, por la grave sequía y las altas temperaturas, y aprovechar “la fortaleza” del viñedo con “una calidad extraordinaria”.
También llevan el último tercio del mes vendimiando las variedades cabernet sauvignon y chardonnay, con el sistema de pago basado en el compromiso adquirido hace dos campañas, para marcar las diferencias cualitativas de la uva de vinificación en origen.
Conquistando mercados
El propio consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, asegura que la producción de esta vendimia “nos va a permitir seguir conquistando el mercado con esa apuesta que entre todos hemos hecho por la calidad con una reducción del rendimiento medio por hectárea en Castilla-La Mancha y volviendo a apostar por las variedades que demandan los consumidores, por ejemplo en la reestructuración de viñedo“.
Se trata de que los viticultores reestructuren “con las variedades que al final los consumidores eligen al comprar una botella de vino, bien en la restauración o en la distribución”.
Por su parte, la Sectorial Vitivinícola de ASAJA de Castilla-La Mancha ha constatado, de la misma manera, la recuperación de la producción de uva respecto a campañas anteriores, con una excelente calidad y “una comercialización fluida y buenos precios”, con una media del 19% más.
La organización defiende la “diferenciación del pago de la uva por calidad” y recuerda la obligación de los operadores de dar a conocer a los viticultores los precios de su producto antes de entregar la cosecha, a los que aconseja trasladar cualquier deficiencia o anomalía en la compraventa a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA).
Valdepeñas
En el ámbito de la DO Valdepeñas, la vendimia también se ha retrasado hasta los últimos días de agosto, y se ha iniciado con las variedades de brotación y maduración temprana como las varietales chardonnay y merlot.
El secretario de la Interprofesional, Manuel Cruz, señala que septiembre se generalizará la campaña, dentro de un escenario con una materia prima “excepcional”, tras “el buen año climatológico, que ha traido abundantes lluvias, humedad y temperaturas más bajas de lo habitual”.
Por ello, los precios de la nueva campaña podrían abrirse con cotizaciones rentables, como las 6 pesetas el kilogrado para blancos y las 5,80 para tintos con que arrancó la temporada de 2017 en esta denominación
La producción estará por encima de los resultados de 2017, “excepcionalmente corta”, en el que se recogieron 92,9 millones de kilos de uva, 55, 3 millones de tinta, y 37,5 de blanca.
Igualmente, según los datos facilitados por la DO, fueron vendidos 51,7 millones de litros de vino embotellado, el 83% de tinto, con algo más de 43,3 millones de litros, el 13% de blanco, con 6,8 millones, y el 3% de rosado, con 1,6 millones de litros.