La provincia de Ciudad Real, con una cifra de negocio de 247,8 millones de euros (el 42,3% regional) en el sector de vinos y mostos, y el 51,7% de lo que factura el cooperativismo agroalimentario, mantuvo en 2015 su posición de liderazgo en este ámbito, aunque fuera inferior al 58,2% de 2010.
En segundo lugar se situó Toledo (24,2%), seguido de Cuenca (21,5%), Albacete (11,8%) y Guadalajara (0,1 %).
Es uno de los resultados que recoge el estudio “El cooperativismo agroalimentario de Castilla-La Mancha en cifras. El modelo de negocio que vertebra el medio rural”, presentado hace pocos meses por Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha, en el que consignan la importancia del sector cooperativo agroalimentario castellano-manchego.
Esta actividad, tal y como recoge el estudio, da empleo, cohesiona la vida en los municipios, juega un importante labor de sostenibilidad del territorio y es el motor económico de decenas de pueblos de la región.
En Ciudad Real, el sector del vino y el mosto, a granel y envasado, es uno de los más decisivos para su economía, como así refleja en datos.
Comercialización de mosto
Según el análisis de Cooperativas Agroalimentarias, la comercialización de mosto se redujo en un lustro (entre 2010 y 2015) en 16,8 millones euros y disminuyó en 3,5 puntos su participación en el total de ingresos de las bodegas.
El estudio reconoce que tras años de trabajo conjunto entre las políticas públicas, la tecnologización y profesionalización del sector, las ventas de vino a granel “poco a poco va dando pasos hacia atrás en beneficio del vino envasado (vinos con mayor valor añadido)”.
Así, las operaciones con grandes volúmenes creció un 6,8% en dicho periodo, de 439,5 millones de euros a 469,5, mientras que las de los caldos etiquetados pasaron de representar el 6% al 7,4% entre 2010 y 2015, aumentando en 9,8 millones euros sus ingresos (3% más).
Casi el 50%
El informe recoge la “importante” presencia de bodegas cooperativas de Castilla-La Mancha en el conjunto nacional, al copar el 49,5% del valor de la actividad comercial cooperativa en 2015.
Por provincias, destaca claramente el peso del sector vinícola en el territorio ciudarrealeño, con el 23,1% del total de entidades elaboradoras y transformadoras de vino, mientras que Toledo acapara el 11%, Cuenca, el 9,7%, y Albacete, el 5,6%.
Cifras de negocio
De la misma manera, constatan la fortaleza y profesionalidad del sector en Castilla-La Mancha, con un avance considerable en las cifras de valor.
En concreto, el negocio del vino en la comunidad en 2014 fue de 1.245,6 millones euros (21,3% a nivel nacional), superando a Cataluña en 26,6 millones euros, frente a los datos de 2010, cuando se situaba como segunda en resultados económicos, con 905,4 millones euros y el 18,3% nacional.
En estos años, la aportación de las bodegas cooperativas ha sido del 48,5% en cifra de negocio al conjunto de vinos y mostos en Castilla-La Mancha, y el 59,1 % del conjunto de vinos comercializados de España.
Su participación en el cooperativismo agroalimentario regional ha pasado del 39% en los resultados de 2010 al 46, 7% en 2015.
Atomización
No obstante, uno de los ‘males’ del sector vinícola en la región es la atomización, con “una excesiva concentración de cooperativas por debajo de 2 millones euros (131 cooperativas que comercializan solamente el 13,7% del sector en bodegas cooperativas, mientras que el 84,6% de las bodegas cooperativas con una facturación de 5 millones euros, representa el 37,5% de las operaciones comerciales.
Por su parte, 31 entidades con resultados de entre 5 y 30 millones euros, concentran el 53,7% del valor comercializado.
