El sector agroalimentario de Ciudad Real se presenta como una gran oportunidad de desarrollo a la hora de apostar por la economía circular en la provincia.
El nuevo modelo productivo que invita a practicar las tres erres, reducir, reutilizar y reciclar, frente a la cultura de usar y tirar, es la mejor alternativa en el agro, pero también en el ámbito industrial, para frenar el uso abusivo de los recursos naturales (energía, agua y materias primas), y reducir la generación de residuos.
Es una de las observaciones de la estrategia impulsada por el Gobierno de Castilla-La Mancha para desarrollar la Ley de Economía Circular aprobada en la región el pasado 28 de noviembre, a propuesta de la Consejería de Desarrollo Sostenible.
La norma es pionera en España, según explica Marta Gómez Palenque, directora general de Economía Circular del Gobierno de Castilla-La Mancha, y está permitiendo poner las bases hacia un modelo cíclico en cada provincia que, gráficamente, se expresaría en alargar hasta el límite la vida de productos, bienes, servicios o envases, y en reparar y reciclar otros.
Es un desafío que marcará los retos medioambientales en la región para los próximos años, a partir de un análisis que ha identificado las potencialidades y debilidades de cada territorio.
Los objetivos, entre otros, son reducir la cantidad de desperdicios alimentarios y de residuos públicos (vertederos) y empresariales como los plásticos de un solo uso, producir de manera más sostenible e incrementar la reutilización. Son retos, que según Palenque, se han puesto en evidencia en la pandemia de la Covid-19, con el aumento exponencial de restos y materiales sanitarios, cuyo diseño y usos hay que adaptar.
“La crisis sanitaria afortunadamente pasará pero seguimos teniendo una gran crisis climática que hay que afrontar con un cambio en el modelo de producción y de consumo”, sostiene la dirigente. Son principios para salvar al planeta del agotamiento de recursos con los ya se han comprometido universidades, empresas, ciudadanos y administraciones.
No queda más opción, a juicio de Palenque, que aprovechar la nueva coyuntura para implementar “procesos tecnológicos apoyados en la innovación”, y en el caso de regiones poco industrializadas como Castilla-La Mancha, ligados a la “generación de empleo”.
Por ello, la Estrategia regional de Economía Circular y los planes de acción provinciales están enfocados a “favorecer el crecimiento económico y laboral, a luchar contra el cambio climático y a mejorar el medio ambiente”.
Se trata de aprovechar los recursos y las materias primas de cada comarca siguiendo el ciclo de la naturaleza “sin dejar de mirar hacia atrás y a lo que hacíamos antes” pero aplicando la nuevas tecnologías.
Un diamante en bruto
En el caso de Ciudad Real, es un diamante en bruto, según su diagnóstico individualizado. La provincia tiene importantes “potencialidades para el desarrollo” que le permitirán anotarse buena parte de los 30.000 empleos ‘verdes’ previstos en la región. Las principales palancas de cambio son, explica Palenque, el dinámico sector agroalimentario que vertebra su territorio y el futuro prometedor en el campo de las energías renovables en enclaves como Puertollano.
La agroalimentación, explica Palenque, contribuirá al cambio a través de sistemas más sostenibles en los ciclos productivos y la elaboración de alimentos. Una transición que viene dada “por el uso eficiente del agua, la energía y el suelo.
Este sector es eje “del 80% del plan de acción en Ciudad Real, donde tiene un amplio abanico de oportunidades”. Permitirá a productores e industria “optimizar los recursos”, supondrá un ahorro en costes y ofrecerá una oportunidad para las nuevas generaciones, a la hora de renovar “uno de los ámbitos más masculinizados y envejecidos”.
Son aplicaciones insoslayables, recuerda Palenque, porque la Política Agrícola Común (PAC) está vinculada al cumplimiento de exigencias medioambientales.
Ámbito industrial
Por su parte, el foco de innovación en el ámbito industrial viene dado, según la directora general, por proyectos como la planta de biorrefinería Clamber o el Centro del Hidrógeno en Puertollano. “Son centros tecnológicos con grandes posibilidades” como el aprovechamiento de la biomasa para ganar en competitividad económica.
De la misma manera, las infraestructuras turísticas en torno a los dos parques nacionales (Cabañeros y Las Tablas) y los dos naturales (Ruidera y Valle de Alcudia y Sierra Madrona) del territorio ciudarrealeño, y la pujanza del agroturismo y el enoturismo “son otros potenciales a tener en cuenta” para desarrollar un modelo más limpio y eficiente.
La directora general celebra, igualmente, el desarrollo de Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (Edusi) en varios ayuntamientos de la provincia y “la implicación” en los objetivos de la estrategia de otras administraciones como la Diputación.
De origen a origen
La economía circular tiene su origen en el término ‘from cradle to cradle’, que se traduce como ‘de la cuna a la cuna’. Sus postulados que abogan porque los residuos que se generan en el consumo o la industria vuelvan al principio. Es decir, que los desperdicios se conviertan en materia prima y los productos se reutilicen.
Es un modelo hacia el que transita la mayoría del planeta y que ya está en la agenda política: en España con la Agenda 2030 y en Castilla-La Mancha con la Estrategia de Economía Circular.
“El modelo económico en el que estamos instaurados y que conocemos como lineal, centrado en extraer, producir, consumir y tirar, nos ha llevado a un escenario donde la sobreexplotación de los recursos está amenazando su disponibilidad para el desarrollo de las actividades económicas, y está degradando los ecosistemas a nivel regional, a nivel nacional y a nivel global”, explica Palenque.
En resumen, recuerda que el objetivo de la estrategia regional es optar por “el máximo y mejor aprovechamiento de los recursos que tenemos en nuestras manos y de las materias primas”, frente “al consumo usar y tirar”.
El proyecto, incide, es transversal y por ello cuenta con la participación de administraciones, tejido empresarial, consumidores, agentes sociales, investigadores y docentes, que están organizados en grupos dentro de la comisión creada el pasado 27 de mayo.
Precisamente, este martes 16 de junio, el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha ha acordado la adhesión de la comunidad al ‘Manifiesto por una recuperación económica sostenible’. Así, reafirma su apuesta por un desarrollo sostenible, en el marco de la reconstrucción económica y social, frente a los efectos causados por la pandemia, y en consonancia con el Pacto Verde Europeo.
Residuos sanitarios en la pandemia
La crisis sanitaria ha disparado el consumo de mascarillas de un solo uso y también de guantes, y ha generado un gran volumen de residuos de materiales no reciclables.
Desde el Gobierno regional, Marta Gómez Palenque insta a la ciudadanía a ser responsable a la hora de depositar estos medios de protección en los contenedores de fracción resto (gris o verde), es decir, donde se tiran los desechos de la basura doméstica.
“Han venido para quedarse durante mucho tiempo” y por ello han desarrollado durante la pandemia una campaña de concienciación y divulgación para realizar correctamente el desecho.
Por su parte, este tipo de residuos en los hospitales y centros de salud son considerados infecciosos “y llevan otro tipo de tratamiento”.
Sin embargo, en línea con los nuevos tiempos, a juicio de Palenque, mascarillas y guantes necesitan incorporar los principios de la economía circular en su confección. “Ya existen investigaciones para elaborarlos con materiales más respetuosos con el medio ambiente, más sostenibles, más reciclables y más biodegradables”.