Los productores de cebolla de Castilla-La Mancha esperan que las cotizaciones de esta tradicional hortaliza repunten en los próximos días, para poder dar salida de manera rentable a la producción que almacenan tras culminar la recolección hace varias semanas.
La cosecha actual en el territorio regional, líder en el cultivo de España, ha sido mayor que la pasada, con 754.020 toneladas, tras un retraso con respecto a otros años, debido a las lluvias primaverales y otoñales, aunque el verano sin excesivo calor favoreció el desarrollo de la planta y ayudó a prevenir la aparición y ataque de las plagas, sobre todo la conocida como trips, cuya afectación al infectar la planta hace estragos en las producciones de la zona.
En opinión del gerente de la Asociación de Productores de Cebolla de Castilla La Mancha (Procecam), Luis Fernando Rubio, la cebolla castellano-manchega, de gran calibre y duradera en su conservación, “tiene una oportunidad muy buena” en Europa, debido a las “importantes” caídas en países cultivadores como Holanda, con cerca del 50% menos, Alemania, con bajadas del 35%, o Reino Unido, donde la producción ha disminuido un 30%.
Según los datos de Procecam, Castilla-La Mancha es la más productora, con 11.026 hectáreas totales, de las 24.205 h españolas, de las que 8.521 h se han dedicado a cebolla temprana y media tipo Recas, con un volumen entre las dos de 584.238 toneladas, mientras que de otras variedades (rojas, blancas y dulces) se han cultivado 2.505 hectáreas y se han recolectado 169.782 t.
Dentro de la asociación, han sido 6.346 las hectáreas sembradas, 5.210 de Recas y media conservación, y el resto de superficie de otras tipologías.
Rubio destaca “el alto rendimiento” por hectárea de la cebolla castellano-manchega, con más del 50% de las 1.326.928 t que se comercializarán a nivel nacional, y con el 90% de las exportaciones españolas.
Sin embargo, la contención de cotizaciones podría dar al traste con las altas posibilidades de “que nuestra cebolla pueda comercializarse a precios altos”, en un escenario con una disponibilidad “incierta” de la hortícola en los mercados.
Por ahora, según los cálculos del portavoz de Procecam, las operaciones están siendo rentables, con pagos de entre 20 y 25 céntimos de euro el kilo, frente a unos costes producción de cerca de 12 céntimos.
Con todo, Rubio espera que las cotizaciones se incrementen y que los productores “recuperen los gastos de almacenamiento”.
Almacenada
Más pesimista es la visión de Ramón Martín, productor de Bolaños de Calatrava, localidad cuna de la cebolla, ubicada en pleno centro del Campo de Calatrava, que concentra unas 1.600 hectáreas y alrededor de 120.000 toneladas por campaña.
“La tenemos guardada, indica, y a la espera de alzas en su precio”, y apunta claves de mercado ante el parón de las cotizaciones. A su juicio, la gran producción española, sobre todo la castellano-manchega, con cebollas “muy voluminosas” tipo Recas, no responde a las necesidades del mercado. Al parecer, la industria (hamburgueserías, restaurantes o la pelada congelada) consume más esta hortícola, si bien el consumo doméstico demanda cebollas “de calibre menor.
Martín destaca el “óptimo” desarrollo vegetativo de esta hortícola muy implantada en Ciudad Real, que ha precisado de menor consumo de agua y ha favorecido la sostenibilidad y los niveles, en su caso, de la masa de la Mancha Occidental I.
El también vicepresidente de la Comunidad de Usuarios de esta masa ha defendido el uso de un recurso “vital para nuestra actividad”, una labor apuntala uno de los sectores económicos más importantes de la provincia y la región.
Otro productor de cebollas bolañego, que prefiere mantener su nombre en el anonimato, recuerda que los tres tipos de cebollas que se cultivan son de día corto, medio y largo, y se cosechan desde finales de junio hasta octubre.
También mantiene la expectativa de subidas de las cotizaciones, que en septiembre “fueron muy buenas” y que después decayeron hasta el punto de “no compensar”.
La recuperación “está siendo lenta y mínima y no hay alegría” en las operaciones de los productores, y en las posteriores salidas a mercados exportadores, donde la cebolla de mayor calibre tiene un buen foco de comercialización.
Actualmente, la cebolla castellano-manchega se exporta a los principales países europeos, y a otras latitudes como Sudáfrica, Taiwán, Indonesia, Malasia, Emiratos Árabes, Turquía o Israel.