El avance del coronavirus comienza a contagiar seriamente a la economía mundial, con una afectación destacada al sector del vino, tras conocerse este sábado la cancelación de la feria alemana Prowein -prevista para el día 15 de marzo y la más importante muestra internacional de vino, junto a FENAVIN-, además de Foodex Japón, cuyas puertas iban a abrirse el 10 de marzo, antes de su suspensión, a la búsqueda de nuevas fechas.
Las bodegas ciudadrealeñas consultadas por Lanzadigital definen la situación como de “parón”, como señala Jesús Julián Casanova, el presidente de la Cooperativa El Progreso, de Villarrubia de los Ojos, una de las más antiguas de España y participante habitual en ambas ferias. “No asistir a Prowein y Foodex puede implicar, a corto plazo, tal vez perder el coste de inscripción y los billetes, pero, lo más importante, es que impide ver a nuestros clientes habituales y celebrar las citas con otros nuevos que ya habíamos cerrado”. Como resalta, “esto nos obligaría a viajar de forma concreta a cada país para ver a nuestros clientes y como ahora tampoco se puede viajar, dada la situación internacional, lo cierto es que podemos hablar de varios meses de parón a la vista”.
Casanova no puede valorar aún los efectos que puede tener esta situación en la cuenta de resultados, “pero este escenario es un factor más que resta”. Pese a todo, valora muy positivamente el hecho de que los españoles “se estén tomando con más calma la posibilidad de contagio que los países del entorno”, algo que se debe, a su juicio, “a la confianza que tenemos en nuestro sistema sanitario, mientras que en otros países no tienen esta suerte”.
Las partidas de vino ya vendidas no pueden ser recogidas por sus compradores
Por su parte, Rafael Torres, presidente de una de las cooperativas que más vino producen en el mundo, Virgen de las Viñas, de Tomelloso, muestra su preocupación por varios motivos, “en una situación que no sólo nos afecta a quienes vendemos vino, sino a quienes hacen otros productos muy importantes para esta región”, como destaca.
Por un lado, explica, las partidas de vino ya vendidas no están pudiendo ser enviadas ni recogidas por sus compradores, “una situación que si se prolonga y llega a junio, con el vino vendido sin retirar, nos causaría problemas de cara a la capacidad de almacenar la próxima campaña”. De alargarse en el tiempo estas circunstancias, Torres también destaca la posibilidad de que se produjese un problema de liquidez, “puesto que nosotros pagamos puntualmente tanto a los proveedores como a los cooperativistas, pero si no se retira el vino ya vendido, no podemos cobrarlo”, en cuyo caso, tendrían que pedir financiación y ayuda a las Administraciones. Pese a esta coyuntura, en la que, a la cancelación de Prowein y Foodex se suma su reciente suspensión de una misión a Rusia, el presidente de la cooperativa tomellosera muestra su optimismo y confía en que la situación se resuelva pronto, de modo que vuelva la normalidad al sector.
Hay que recordar que Prowein contó el pasado año con la presencia de una treintena de bodegas de Castilla-La Mancha, 7 de ellas de Ciudad Real, según datos del ICEX, el mismo número que acudieron a Foodex Japón en su pasada edición, del total de 16 empresas castellanomanchegas participantes.
