La gran manifestación del campo castellano-manchego desarrollada el martes en Toledo, con miles de agricultores y ganaderos (7.000 según los organizadores) de todos los puntos de la región y medio centenar de tractores, contó con la participación del mundo cooperativo, que no sólo estuvo presente a través de sus asociados, sino que respaldó toda su tabla reivindicativa.
Más precios para los productos agropecuarios y más consideración social para el campo son, para el director de Cooperativas Agroalimentarias Castilla-La Mancha, Juan Miguel del Real, los dos retos por los que están luchando de manera conjunta para conseguir que haya una política que favorezca la rentabilidad de las explotaciones y que, al menos, cubra los costes de producción.
Las movilizaciones bajo el lema “Agricultores al límite”, a juicio de Del Real, fueron convocadas como respuesta a “la tormenta perfecta” que sufre el sector, al arrastrar desde el año pasado una crisis de precios de la mayoría de sus producciones que “están comprometiendo la rentabilidad y viabilidad de las explotaciones”. La situación “también afecta” de manera directa “a las liquidaciones de las cooperativas”.
A nivel de mercado se ha sumado “el impacto negativo” de la subida de aranceles por EEUU para el vino, el aceite y el queso, y “la incertidumbre” que se abre con el Brexit para todo el comercio agroalimentario con Reino Unido.
Así como para rematar “se está instalando en la sociedad el mensaje injusto de que la agricultura y los agricultores son los responsables de una parte importante del cambio climático y de los problemas medioambientales”. “Es todo lo contrario, explica Del Real, el agricultor vive del campo, del medio ambiente, y trabaja con asesoramiento técnico para garantizar la seguridad alimentaria”.
Por ello, Del Real lamenta la “desventaja” de los productoes españoles y europeos respecto a los de terceros países, porque “la reciprocidad no es proporcional” ante unos procesos laborales y productivos menos exigentes (poca trazabilidad o menos costes laborales) .
“Es la tormenta perfecta que ha hecho levantar la voz a los agricultores para decir que están ahí, que sus productos tienen que tener un valor que les permita vivir”, ha señalado, a la vez que ha pedido medidas para dar soluciones.
Corriente injusta contra los agricultores
En la misma línea se ha expresado Jacinto Tello, responsable del departamento de Medio Ambiente, Calidad y Seguridad Alimentaria de la organización cooperativa, quien ha rechazado la “corriente injusta” sobre la “imagen distorsionada” de la agricultura, cuando “es al contrario, y en su mayoría producen alimentos de manera sostenible”.
El técnico tambié nha recordado los requisitos medioamientales que ha de cumplir el sector primario y agroalimentario, con “el sistema normativo más exigente en salud pública, trazabilidad y exigencias sanitarias, frente a alimentos de fuera de la UE “con normas menos exigentes”.
Tello ha advertido que de seguir así con tantos obstáculos “corremos el riesgo de perder la soberanía alimentaria” en un sector estratégico para cualquier país. “No nos deberíamos permitir el lujo de dejar en manos foráneas la producción de alimentos”, ha remachado.