Javier Ruiz Martínez, director provincial de Onda Cero y “culipardo hasta la médula”, será el encargo de pronunciar el pregón de Carnaval de este año en Ciudad Real. Con una destacada trayectoria en el ámbito radiofónico, al frente de programas como «Castilla-La Mancha en la Onda» y «La Brújula en Castilla-La Mancha», Ruiz Martínez no es nuevo en este tipo de “charcos”, en los que le gusta meterse. Tiene experiencia como pregonero de la Semana Santa (2010), de la Feria (2023) y, el año pasado, fue también el presentador de La Pandorga. Su estreno como pregonero del Carnaval de la capital será el sábado, 1 de marzo, a las siete de la tarde en el Teatro Quijano. Para esa tarde el periodista y locutor radiofónico promete rimas, chascarrillos, canciones, ironía, mucho humor y alguna que otra sorpresa. Por supuesto, afirma, comparecerá en el escenario disfrazado (aunque no da pistas para preservar la intriga y el interés del público) y acompañado, “porque el Carnaval es para compartir”. Lo que sí adelanta es que su pregón, de inspiración chirigotera, será en verso y tendrá copla.

Ha sido pregonero ya en distintas celebraciones de Ciudad Real, ¿qué le supone pregonar ahora el Carnaval?
Es un orgullo muy grande, una satisfacción. No me lo esperaba, porque siento que ya estoy muy visto, pero si la gente de mi tierra cree que tengo que ser yo el pregonero, a muerte con ello. Además, vamos a pasar un rato divertidísimo, lo estamos preparando con mucho cariño.
Ha dicho que el pregón de Carnaval es distinto a los demás, ¿en qué se diferencia?
Hace 15 años fui pregonero de la Semana Santa de Ciudad Real, que tiene una importancia tremenda y es magnífica. El Carnaval es la antítesis. Es una fiesta que he empezado a valorar con el tiempo, pero me ha demostrado que es riquísima y muy emocionante. Una fiesta que en La Mancha prende que da gusto. El Carnaval toca la fibra de lo que somos: carne y alma. Es una manera de mirar la realidad. Es la gran fiesta del pueblo, que expresa de la manera que quiere su visión de la realidad.
Promete disfraz y sorpresas para este pregón, ¿nos puede avanzar algo?
Por supuesto que voy disfrazado y que va a haber sorpresas, pero no se pueden contar. Solo diré que va a ser un pregón muy «culipardo», de un “culipardo” para los “culipardos”, y que la vida siempre es mejor compartida. Así que compartiré escenario con personas que le van a dar realce, fuste, mayor vigor y músculo.
¿Podría adelantarnos algún detalle de la temática que abordará?
Será un pregón muy ciudarrealeño, con cosas que forman parte de nuestra esencia, guiños al pasado y también muy ligado a la actualidad, a la que le vamos a sacar chascarrillo y guasa. El Carnaval es la fiesta de la libertad, así que hay que decir las cosas que no se pueden decir. Tienes licencia para ello. Lo quiero hacer también bebiendo de la tradición juglaresca, trovadoresca, así que lo versificaré. Será un pregón versificado y coplero. Vamos a cantar.
Como director provincial de Onda Cero, ¿cómo influye su trayectoria profesional en su forma de pregonar?
La radio para mí es la vida y gracias a ella he conocido también muchos aspectos del Carnaval. La radio me ha enseñado a comunicar, a conectar con la gente. El Carnaval también lo aprendí a amar en la radio, con muchos programas especiales. Y esa experiencia de la radio, de la vida, la vuelco en el pregón.
¿Hay algún truco de la profesión que utilice para conectar con el público?
Hablar de lo que la gente sabe y entiende, que es lo que está en la calle. Y más si eres periodista, tienes que estar en la calle, cogerle el pulso de la realidad. De manera que el truco es hablar de lo que a la gente le interesa, de lo que habla cuando está de reuniones, de la actualidad y del entorno de la ciudad.
Se le ha reclamado ya en numerosas festividades, parece que su estilo gusta y transmite. ¿Cómo definiría ese estilo personal?
Soy de los que cree que vayas donde vayas tienes que soltar tu esencia. Y es verdad que al haber hecho tantas horas de radio y haber tenido tanta comunicación bidireccional con el oyente, que tú cuentas y el oyente te cuenta, te da un trato con la gente. Ese trato con la gente lo valoro mucho, también el sentido del humor. Me gusta reírme de todo lo que hay a mi alrededor, sacarle punta. Quizás algo de esto es lo que se transmite. Al fin y al cabo uno tiene que ser como es, en cualquier circunstancia. Y, sí, trataré de dar… no sé si ese toque Ruiz. No sé si existe eso. Lo que sí es que me gusta meterme en todos los charcos. Y que no hay cosa más bonita que dejarte la piel, desgastarte, levantarte la piel a tiras por la tierra. Y a eso vamos, y a pasar un rato divertido porque vamos a hablar de cosas que todos entendemos, y lo vamos a hacer de forma compartida. Y, bueno, si eso es el estilo Ruiz. Pues será eso. No tengo ni idea. Seguramente.
Se define como «culipardo hasta la médula», ¿cómo va a reflejar ese sentimiento en su pregón?
En cuanto se abra el telón se va a ver, por el tipo de disfraz que vamos a llevar. Para mí, ser «culipardo» es ser manchego, formar parte de La Mancha, el territorio más fascinante que tiene este país. Castilla es el alma, la esencia de España, pero La Mancha es “las alpargatas de España”. Es lo que sustenta y soporta a este país, por su capacidad de trabajo, por su capacidad de talento. La Mancha es tierra hospitalaria, tierra llana a la que viene todo el mundo. El manchego es un tanto “cachazudo”, tenemos esa fama. Pero está bien eso de ser mitad Quijote, mitad Sancho. La Mancha es cuna de talento, porque como no hemos tenido nunca nada, no había nada, sólo la llanura y el horizonte, nos lo hemos tenido que inventar. La Mancha es algo de realismo mágico, pero para mí fundamentalmente es surrealismo. Todo eso es ser “culipardo” para mí. Es ser una persona abierta al mundo, afable, cariñosa, con ganas de mezclarte con lo que venga.
El Carnaval de Ciudad Real tiene características propias, ¿cuál es su mejor recuerdo de esta fiesta?
De pequeño, mis padres me llevaban a la carpa, así que ya tenía yo ese sabor carnavalero. Y aprendí que es bueno disfrazarse cuanto antes para que no te reconozcan. El Carnaval juega con la confusión, con sacar lo más secreto. Es eso, la chanza, la broma, el deformarlo todo, la risa.
Hablando de disfraces, ¿es más de máscara o de disfraz elaborado?
Depende. La máscara tradicional hay que conservarla, hay que conservar el esperpento, la máscara divertida, el disfraz de cuatro paños, pero también el disfraz de alta costura, que me parece que hay auténticas obras de arte. El año pasado, en el pregón de Miguelturra, llevé un traje espectacular que voy a donar al Museo del Carnaval.
Si tuviera que definir el Carnaval de Ciudad Real en pocas palabras, ¿cuáles serían?
Espectacular, por su Domingo de Piñata, que me parece sensacional; exótico, porque refleja toda La Mancha; y divertido e irreverente, una faceta que no tiene que perder.
¿Qué mensaje transmitiría a los ciudarrealeños de cara a este Carnaval?
Que se diviertan, que vivir se vive sólo una vez y como no te espabiles se te ha pasado. Que sean dueños de su vida y que se diviertan con lo que tienen en su vida y con la gente de alrededor. Y que, al final, como Neruda, puedan decir «confieso que he vivido».
Precisamente, para quienes vivirán el Carnaval de Ciudad Real este año por primera vez, ¿qué consejo les daría?
Que se dejen llevar, que disfruten de la calle y recuperen la cultura de la máscara callejera. Y, sobre todo, que se disfracen. El Carnaval siempre con disfraz.
¿Y hay algún disfraz que aún no ha llevado y le gustaría?
De torero, por ejemplo. Ese para otro pregón.
Después de tantos pregones y presentaciones, ¿queda algún otro evento del que le gustaría ser maestro de ceremonias?
En principio, no. Como dice un buen amigo mío, “mi vanidad está colmada”. No lo tengo en mente, pero si la vida te pone una posibilidad delante, hay que aprovecharla. Y si la ciudad en la que naciste te reclama, lo único que puedo hacer es devolver a la tierra, a mis paisanos y mi gente todo el cariño que me han dado. Y si creen que lo tengo que devolver así, pues evidentemente que así será. La vida me ha enseñado a no esperar nada y a sorprenderme con lo que llega.
Con relación a ese lo que llega, ¿cómo ve el futuro de las fiestas y tradiciones de Ciudad Real?
Vivimos tiempos complejos, cambiantes y un poco turbulentos, pero si algo ha cobrado fuerza es la identidad y la conservación de lo nuestro. Aunque hay que tener cuidado con el ombliguismo y el nacionalismo, uno de los peores males que tiene la humanidad. Las tradiciones y las fiestas son la manera de expresión de un pueblo, su forma de ser y de pensar, lo que se transmite de generación en generación. La particularidad pero no como elemento divisivo, sino como enriquecimiento. En ese ámbito, en La Mancha tenemos un potencial enorme y, si nos lo creemos, seríamos la leche. Al final, la vida es un viaje de vuelta. Con el tiempo, todos volvemos a lo que fuimos de niños, a lo que nos contaron nuestros padres, a los recuerdos que marcan el ciclo de la vida. En ese sentido, las tradiciones no están en peligro porque es volver a lo inmutable. Seguirán porque forman parte de nosotros, quizás evolucionen, pero perdurarán.
En esta perpetuación de las tradiciones, ¿qué papel juegan, en su opinión, los medios de comunicación locales?
Contarlo, ser testigos y participar para hacerlo más grande. En general los medios de comunicación son importantes, y ahora más que nunca. El periodismo es importantísimo. Los medios de comunicación deben hacerse eco de lo que pasa. El mundo está como está, pero no hay que dejar de prestar atención a lo pequeño, que luego es lo más grande, porque es lo que moviliza a la gente. Aprendí de grandes profesionales de la radio que hablar de Semana Santa con sus marchas o del Carnaval con sus chirigotas no aleja a la gente, sino que la atrae, porque te diferencia y engancha con lo que les incumbe. Y la clave está en la emoción. Mi madre decía: ‘Pon la radio que te sienta’, y ese es mi objetivo final emocionar y hacer sentir.