La organización agraria, que ha valorado la declaración de emergencia cinegética para el conejo de monte en muchos municipios de la región, ha explicado que estas especies también están ocasionando “numerosos estragos” en los cultivos, “más teniendo en cuenta que no se está realizando ningún control cinegético como consecuencia del estado de alarma”.
Por eso, ha solicitado que se activen cuanto antes las medidas que el Gobierno regional suele poner en marcha cuando se detecta el incremento de los daños en las explotaciones y adaptar la normativa a las medidas de control y prevención del COVID-19, ha informado Asaja en nota de prensa.
Incluso, ha explicado que las modalidades de caza para el control de daños suelen ser los recechos y esperas diurnas y nocturnas, que se practican de forma individual y que, por tanto, son más apropiadas para cumplir con los requisitos y condiciones derivados de la alarma sanitaria.
El mismo Gobierno nacional remitió a todas las comunidades autónomas, con fecha 14 de abril y en pleno estado de alarma, una comunicación por la cual se recomendaba “mantener el control poblacional de jabalíes, debido a los problemas causados por su proliferación en las explotaciones agrarias” y, de hecho, otras regiones ya han tomado medidas para evitar no solo daños en las explotaciones agrarias, sino también para impedir la difusión de enfermedades en la cabaña ganadera, explican desde Asaja.
No obstante, desde la organización agraria han puntualizado que no solo los jabalíes están haciendo estragos, sino otras tantas especies de caza mayor, como el corzo o el ciervo y que, por tanto, deberían contemplarse a la hora de actuar.
“Los perjuicios ocasionados están alcanzando niveles incompatibles con la rentabilidad de la actividad agropecuaria”, por lo que la organización agraria ha insistido en la necesidad de actuaciones urgentes.
Por último, ha recordado que está demostrado que “la caza sigue siendo la mejor herramienta, por no decir la única, para gestionar, conservar y controlar las especies cinegéticas, por lo que no cabe considerarse como una mera actividad recreativa ni deportiva y, además, en el contexto del coronavirus, se trata de una necesidad inminente si queremos garantizar el buen desarrollo de los cultivos de la región”.