De los cientos de expedientes de agricultores y ganaderos tramitados por las organizaciones provinciales de Asaja de Castilla-La Mancha, solo se han aprobado 9 expedientes de Agricultores a Título Principal (ATP). Así, solo un ínfimo 1,2% de profesionales ya instalados en la actividad agraria o ganadera recibirán las ayudas, siete de Ciudad Real y cinco de Toledo.
En un comunicado, la organización agraria ha señalado que el 95% de los solicitantes que no son jóvenes incorporados se van a quedar fuera, con los planes de mejora aprobados y una puntuación muy alta.
Los técnicos de Asaja han corroborado también que solo unas 240 solicitudes son resoluciones provisionales con derecho a cobro, una vez superada la puntuación de corte por falta de presupuesto. Esta puntuación, que en febrero la Consejería de Agricultura estimaba en 50 puntos, finalmente se ha establecido en 64 puntos.
Así pues, muchos Agricultores a Título Principal, que pretendían hacer una inversión de mejora en su explotación, han quedado fuera a pesar de cumplir los requisitos, por falta de puntos.
El secretario general de Apag, Antonio Torres, ha manifestado su “indignación” con esta decisión de la Consejería, “que discrimina a los agricultores de provincias como Guadalajara, ya que la Orden establece una baremación por puntos en base a criterios que, especialmente en esta provincia es difícil cumplir, al ser mayoritariamente cerealista”.
La orden prima, por ejemplo, las inversiones en regadío y ahorro de agua y los cultivos estratégicos como la viña, el azafrán, los frutales o el olivar, según Asaja.
La organización también ha lamentado que la Consejería, “en una actuación totalmente inusual, ha enviado cartas a las entidades colaboradoras –nominativas a cada agricultor y/o ganadero solicitante– en las que se comunica en resolución provisional, incluso el importe de la ayuda que les corresponde, en lugar de enviarles directamente la resolución denegatoria”. Además, los solicitantes han tenido que asumir el coste de la tramitación de estos expedientes, que por su complejidad precisan de una elaboración técnica cualificada.
Asaja considera que, una vez más, la Consejería “ha hecho uso de una estrategia que incrementa el malestar de los agricultores y ganaderos, utilizar las ayudas europeas en el discurso político y anunciar en reiteradas ocasiones los millones de euros destinados a las distintas ayudas pero que, finalmente, por falta de presupuesto, llegan a un porcentaje irrisorio de los profesionales del campo en la región”.