“Ciudad Real no es una de las ciudades más contaminadas del país, es un sitio saludable para vivir desde el punto de vista de la atmósfera”, aseguró María Teresa Baeza Romero, de la Escuela de Ingeniería Industrial de Toledo, que impartió este viernes en el antiguo Convento de la Merced el taller-conferencia ‘¿Está contaminado el aire que respiras?’.
En esta actividad dirigida a niños, dentro del Maratón de Ciencia organizado por el Museo de Ciudad Real y la Fundación Impulsa Castilla-La Mancha, Baeza Romero explicó a los asistentes conceptos básicos sobre qué es el aire, de qué está formado y por qué está contaminado, así como qué se puede hacer para evitar que se contamine.
Muchas de las actividades que se realizan pueden contaminar, pero dependiendo de cómo se actúe se puede contaminar más o menos, comentó Baeza Romero, que animó a los chavales a tratar de convencer a sus padres de no usar el coche para ir al cole, coger si acaso el autobús o ir andando o en bici, además de explicarles que es preferible no usar calefacciones de gasoil sino de “otros combustibles como el gas natural que es menos contaminante”. También si se recicla indirectamente se produce un ahorro de “un montón de contaminantes”, agregó la investigadora, que resaltó que de la acción de todos depende la calidad del aire.
“Cómo la contaminación puede forzar que se formen las nubes” fue uno de los experimentos que se realizaron en el encuentro, en el que cada uno de los asistentes creó su propio contador de partículas siguiendo las instrucciones de Baeza Romero, que indicó que en Ciudad Real capital uno de los contaminantes particulares que suelen aparecer es el polvo sahariano, ya que no hay, a diferencia de otros municipios, “ni demasiada calefacción de gasoil ni chimeneas tradicionales que producen mucho hollín”.
Uno de los problemas que aparece en el estío es la contaminación de ozono en Ciudad Real, donde se superan “los valores límites varias veces durante el verano”. El ozono es un contaminante secundario que se forma debido, sobre todo, a las emisiones de los coches y los procesos de combustión a alta temperatura en presencia de luz, expuso la investigadora, que indicó que, al producirse “la inversión térmica, se forma una especie de gorro encima de la ciudad que hace que no pueda moverse el aire”. Estos niveles elevados aparecen en verano parte por el tráfico y parte por el ozono que llega de Puertollano, “una de las ciudades más contaminadas de Castilla-La Mancha, aunque depende del momento, y lo bueno es que está muy bien controlado todo. Es la ciudad con más estaciones de monitorización de la contaminación en la región. Si hay algún problema, se sabe pronto, lo cual es muy importante”.
Además del taller de Baeza Romero, el antiguo Convento de la Merced acogió la conferencia ‘Neuromagia. Ciencia a la carta’, de la doctora en Farmacia y profesora de la UCLM, Cristina Pintado Losa.