«Un reparto de la riqueza que ha de hacerse mejorando el empleo, con mejores salarios y más estabilidad, y también mejorando los servicios públicos, los cuales consiguen que mejore la calidad de vida y que hacen que las vidas merezcan la pena ser vividas» afirma la secretaria general de Empleo y Políticas Sociales de CCOO en la región, Mª Ángeles Castellanos.
Castellanos ha remarcado que el diálogo social «nos hace resilentes» y advierte que «dejar operar al mercado maximizador de los beneficios monetarios nos debilita social y económicamente». «Avanzar sin dejar a nadie atrás implica que los avances en el PIB y en el PIB per cápita han de llegar a quienes con su esfuerzo están generando o han generado esta riqueza», ha informado CCOO en nota de prensa.
Admite que la economía de Castilla-La Mancha sigue creciendo, aunque «en 2019 el ritmo ha sido menor, pero se debe al comportamiento de la agricultura, un sector con menos producción en el último año, pero que mantiene niveles de creación de riqueza muy elevados y muy por encima de los niveles previos a la crisis de 2018».
Al comparar «los datos con los de hace 10 años», la secretaria general de CCOO de Empleo y Políticas Sociales ha señalado que en la región «el PIB ha crecido en más de 2.600 millones de euros, pero el empleo ha descendido en más de 91.000 personas».
«2020 es un año lleno de incertidumbres, pero también de certezas como el hecho de que las actuaciones públicas enmarcadas en el diálogo social han permitido una mayor adaptabilidad ante situaciones cambiantes como las que estamos viviendo. Frente a los discursos que promueven el individualismo como vía de salvación, es lo colectivo lo que nos permite avanzar de forma más incluyente y de forma más justa», ha afirmado Castellanos.
Además, ha asegurado que «si en los últimos diez años el PIB ha crecido en miles de millones de euros a costa de una importante destrucción de empleo, esto es que en los últimos diez años han ganado unos pocos que conforman las élites económicas y ha perdido la mayoría social». «Estos desequilibrios entre producción y empleo no se pueden desvincular de datos de niveles de pobreza y exclusión social porque tienen un vínculo directo».