Así lo ha anunciado el responsable confederal de la Industria Alimentaria de CCOO-Industria, Vicente Canet, tras la reunión mantenida en Lleida con los secretarios generales de esta federación en Cataluña, Aragón y Castilla-La Mancha, las tres comunidades autónomas donde se localizan la mayoría de las 19 plantas del grupo Vall Companys, según ha informado el sindicato en nota de prensa.
CCOO ha destacado que en Castilla-La Mancha hay “sólo dos plantas, pero de las más grandes”. Estas en concreto son Frivall, en Villar de Olalla (Cuenca), y Frimancha, en Valdepeñas (Ciudad Real). Entre ambas, suman en torno a 850 falsos autónomos “y apenas 140 trabajadores asalariados”, ha explicado el secretario general de CCOO-Industria en la región, Ángel León.
De las cerca de 700 personas que trabajan en Frimancha, sólo 38 son trabajadores directos de la empresa, mientras que otros 200 pertenecen a Servicarne y el resto a “otras falsas cooperativas y subcontratas instrumentales”. De su lado, Frimancha tiene un centenar de personas en plantilla y otras 200 son falsos cooperativistas de Servicarne, según CCOO.
Desde el sindicato han explicado que tanto en Castilla-La Mancha como en el resto de España la mayoría de los falsos autónomos del grupo Vall Companys están encuadrados en Servicarne, la mayor cooperativa de trabajo asociado de España y que se encuentra “en el punto de mira” de CCOO, que ha pedido al Ministerio de Trabajo que la retire su autorización administrativa para operar, y de la Inspección de Trabajo que, como el sindicato, considera que Servicarne “no es una cooperativa sino un instrumento de las empresas cárnicas para reducir fraudulentamente costes laborales”.
“En consecuencia, la Inspección está ordenando a las empresas cárnicas que contraten como asalariados y den de alta en el régimen general de la Seguridad Social a los trabajadores de Servicarne que trabajan para ellas y que no son cooperativistas sino falsos autónomos. Las actas de la Inspección conllevan la imposición de sanciones que hasta ahora suman más de 200 millones de euros”, ha detallado CCOO.
Del mismo modo, ha señalado que en la región la Seguridad Social ya ha comenzado a dar de alta a los 200 trabajadores de Servicarne que considera que están contratados de forma irregular por el grupo Vall Company en Frivall.
“Pero Frivall utiliza cerca de otro medio millar de falsos autónomos a través de otras falsas cooperativas o empresas instrumentales. De hecho, tras el inicio de la actuación de la Inspección contra Servicarne, Frivall maniobró para esquivarlo: CCOO ya denunció el pasado mes de abril ante la Inspección de Trabajo de Cuenca que Frivall estaba presionando a los 426 cooperativistas de Servircarne con los que contaba entonces para que firmaran la baja voluntaria en la cooperativa y se incorporaran con un nuevo contrato a otras cooperativas o la subcontrata Sertradec”, ha lamentado CCOO.
En cuanto al matadero de Frimancha, donde la Inspección aún no ha emprendido actuaciones, el sindicato ha apuntado que en él trabajan unas 300 personas, de las que alrededor de 100 son asalariadas de Frimancha y las otras 200 cooperativistas de Servicarne.
“Situaciones de fraude”
CCOO ha exigido a Vall Companys que “acabe con estas situaciones de fraude y explotación laboral e incorpore inmediatamente a la plantilla de las empresas del grupo a los trabajadores que prestan servicio en ellas, pero que lo hacen como falsos autónomos”.
“En caso contrario, CCOO convocará una huelga en todas las empresas cárnicas de este grupo agroalimentario, convocatoria en la que ya están trabajando los servicios jurídicos del sindicato y que se concretará a finales de octubre o primeros de noviembre”, ha manifestado.
CCOO ha considerado que Vall Companys, que es líder en el sector cárnico en España con una facturación superior a los 1.500 millones de euros, es “el grupo que mayor fraude comete con el uso de falsos autónomos, en el que sustenta casi toda su actividad”, señalando que en 2016, los gastos de personal del grupo ascendieron a 100 millones de euros, mientras que los gastos de subcontratación se situaron en los 239 millones de euros.
“Esta manera de actuar de Vall Companys supone una competencia desleal para el resto de las empresas cárnicas, que han tenido que copiar los métodos fraudulentos del grupo leridano para poder subsistir”, ha alertado.
Por otro lado, CCOO-Industria ha puesto en marcha la campaña ‘El semáforo’ con el objetivo de sensibilizar e informar a la sociedad sobre qué empresas y qué productos cumplen con los criterios de seguridad alimentaria, legalidad laboral y justicia social.
Así, las empresas que no subcontraten tendrán el color verde, mientras que las que trabajen con falsas cooperativas, como Vall Companys, llevarán el color rojo. “Se trata de que el consumidor conozca esta calificación cuando vaya al supermercado y, a la vez, de concienciar a las grandes compañías de distribución para que no trabajen con empresas que reciban el color rojo”, ha concluido Vicente Canet.