La bajada del número de desempleados en Castilla-La Mancha en el mes de julio, siempre positiva, “debe abordarse con la máxima prudencia de acuerdo al actual momento de emergencia económica y social como consecuencia de la crisis sanitaria de coronavirus y teniendo en cuenta que la región presenta 23.072 parados más respecto a julio de 2020”, como afirma CSIF en nota de prensa.
Como señala el sindicato, los datos publicados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, que revelan un descenso de 1.625 parados, sitúa la cifra total de desempleados en la comunidad autónoma en 186.107 personas, la cifra más alta para un mes de julio de los últimos cuatro años.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) subraya la necesidad de “articular medidas comunes para combatir la precariedad de un mercado laboral que cuenta con un 62,7% de paro femenino; el 91,3% de los contratos firmados en julio fueron temporales; la estacionalidad y dependencia a determinados sectores continúan marcando la evolución de las incorporaciones, además de que se ha producido la mayor caída de la población activa de la región, 50.700 personas, de acuerdo a los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicados la semana pasada por el Instituto Nacional de Estadística”.
CSIF vuelve a recordar la importancia de las administraciones públicas en la vertebración del tejido laboral de la región, así como en el correcto uso de los fondos públicos, los cuales deben destinarse a políticas activas y eficientes de generación de puestos de trabajo y no en subvenciones como de manera inapropiada ha concedido el Gobierno regional a CCOO, UGT y Cecam: 38,4 millones de euros desde 2014.
La vigilancia de las condiciones de trabajo en todos los ámbitos y sectores, la aplicación de las medidas de seguridad y el fomento de la contratación indefinida son tres ejes fundamentales que recaen en la responsabilidad de gobernantes y agentes sociales.