Matarranz, si llega a la Alcaldía, se muestra dispuesto «a coger el maletín y viajar a Madrid» y proponer reuniones con Telefónica, Google o Iberdrola, y con la Cámara de Contratistas de Valencia para «presentar un proyecto de ciudad».
A su juicio, hay que exigir «una explicación clara» de los proyectos que se anuncian, conocer en primera persona y con los promotores «qué se ofrece y cuál es el retorno» y verificar si eso «incardina o no con el proyecto de ciudad».
En una entrevista con Europa Press, el candidato también ofrece una alternativa de índole nacionalista pero en términos similares al implementado por Teruel Existe, y otros territorios «que se unen para reclamar el cumplimiento del mandato constitucional».
En materia de empleo, se propone «buscar de forma proactiva situaciones de inversión privada que creen puestos de trabajo en Cuenca» de acuerdo a su proyecto de ciudad, movilizando para ello «el talento de los ciudadanos». «Esta ciudad no está peor dotada de talento», añade, convencido de que hay que «poner en valor lo que tenemos, defender el proyecto que queremos construir juntos y gestionar» creando «empleo cierto, no grandes anuncios» y ofreciendo un futuro a los jóvenes.
De otro lado, cree que Cuenca «debe recuperar la capitalidad de la provincia» y afrontar el problema de despoblación existente. Así, recuerda que +Cuenca Ahora se incardina en el movimiento de la España Vaciada «en defensa de unos territorios que han sido relegados a un papel secundario y que alzan la voz y reclaman su derecho enarbolando su talento, su capacidad».
Matarranz está dispuesto también a abordar la situación de los trabajadores municipales y «que oigan en primera persona que su compromiso es capital para este proyecto de ciudad». «El mal no ha estado nunca en ellos» sino en la falta de capacidad de negociación de los gobiernos municipales explica el candidato de +Cuenca, que considera que los funcionarios «tienen que trabajar conforme a objetivos» para «recuperar la energía, y la ilusión y el compromiso que un día tuvieron» y ofrecer «un servicio mejorado» en la relación con el administrado.
Junto a los problemas actuales de la ciudad ve «el síntoma de un mal profundo» al que se refiere y define como «la vieja política», un sistema de gobierno basado en «ropas viejas que hay que desechar».
HALO DE ESPERANZA
Dicho esto, defiende la «situación de tremenda urgencia» que existe de «cambiar el rumbo del Gobierno» actual, para lo cual ofrece una alternativa «que quiere ser transparente y participativa» y centrada en el vecino pero «no a modo de consulta, sino para incorporarlo al equipo de Gobierno» y que los conquenses valoren que habrá una papeleta en su mesa electoral «que le suponga un halo de esperanza, un cambio disruptivo para cambiar las cosas».
«Ofrecemos una nueva forma de entender el Gobierno, con transparencia, con compromiso entre lo que se dice y lo que se hace, si hay un error y no se avanza no habrá que esperar para descubrirlo. Si cualquier ciudadano siente y nota que quiere ser protagonista de la gestión de sus asuntos, de la vida de sus vecinos, está invitado a este proyecto», precisa.
En este camino, el único pacto al que alude el candidato de +Cuenca Ahora es «con los ciudadanos», pues su compromiso es un contrato ciudadano, y esperan «un apoyo lo suficientemente mayoritario para cambiar el Gobierno e iniciar un camino» en el que «empezar, reconocer la capacidad, el derecho y la independencia como ciudad para ponernos en un mundo que es global».
«Deberíamos tener 25 concejales pero que ellos decidan, contrasten, evalúen su deseo y se sientan capaces de decidir como parte capital del programa», finaliza Matarranz, que apunta que +Cuenca Ahora estará «donde los ciudadanos quieran que estemos».
