En su escrito semanal, el arzobispo recuerda que el mes de mayo está dedicado a la Madre de Dios. «Es un mes de auténtica gracia para los cristianos que viven lo que dice san Juan de Ávila:’Prefiero estar sin pellejo antes que sin devoción a la Virgen’, señala.
También este fin de semana, según añade, en pleno año jubilar de san José, esposo de la Virgen María, se celebra la fiesta de san José obrero, «que nos invita a pedir por tantos trabajadores que en estos momentos de la historia están viviendo momentos trágicos y dolorosos de paro». «Unas cifras que hacen que sean miles de personas y familias las que se quedan sin poder llevar y vivir una vida digna por la precariedad laboral o el paro que desangra una sociedad», añade.
«Desde nuestro amor a la Madre de Dios, Madre de la Iglesia y Madre de toda la humanidad que, con el Papa Francisco, reza y anhela un mundo distinto y que no se instale en la injusticia, en la guerra, en el terrorismo, en el paro, en el hambre, en las intemperies de un mundo que vive en todas las crisis generalizadas», concluye el arzobispo de Toledo.