Un “gran foro” establecerá las “líneas maestras” del acuerdo estratégico para la paz y la convivencia de Castilla-La Mancha, que según ha indicado este miércoles el vicepresidente segundo de la Junta de Comunidades, José García Molina, podría llegar a las Cortes castellano-manchegas el próximo mes de febrero.
Así lo ha indicado este miércoles en rueda de prensa García Molina, quien ha informado del viaje que llevó a cabo el pasado lunes a Bruselas, donde mantuvo varias reuniones dentro de los trabajos de elaboración de este acuerdo, relativo a la amenaza del terrorismo yihadista.
En ese foro, que el vicepresidente segundo de Castilla-La Mancha ha esperado que se pueda llevar a cabo en la Universidad regional, tomarán parte todos los actores con los que su cartera ha venido trabajando y del mismo tendrán que salir las líneas rectoras para remitir ese acuerdo al Parlamento regional.
Este acuerdo, que García Molina espera que sea refrendado por unanimidad de todos los grupos políticos, ha de ser la “base” sobre la que fundamentar un plan de actuación en todo lo que tiene que ver con la prevención de la radicalización y las actitudes violentas que tienen que ver con el terrorismo.
Algo parecido, ha agregado, de lo que ya se está llevando a cabo con el País Vasco. Una Administración con la que la Vicepresidencia Segunda se está reuniendo este miércoles, en concreto con la Secretaría General de Derechos Humanos y Cooperación y la Dirección del Gobierno Abierto, “para profundizar en las líneas de su plan, que pueden ser muy provechosas”.
Refugiados y prevención
El vicepresidente segundo ha dicho que en el tiempo que el Gobierno castellano-manchego lleva preparando este plan ha podido conocer “de primera mano” la realidad de la gente que llega a España para alcanzar una vida mejor, “inmigrados y especialmente refugiados”. “En las conversaciones que hemos podido tener nos damos cuenta que se están dando procesos de estigmatización de personas que vienen huyendo de lo que queremos combatir: el terrorismo”.
Con todo, ha destacado que se está viviendo un tiempo en el que parece que Europa se está “replegando sobre sí misma”. “Hay una cierta preocupación de que no podemos escoger podemos el camino del retroceso en los derechos fundamentales sobre los que se ha construido el proyecto europeo”, ha indicado.
“Hay un cierto temor por fenómenos que estamos visualizando como los refugiados pero también por el auge de la extrema derecha. Este tipo de radicalizaciones ponen en entredicho, como mínimo socavan, los valores de paz, convivencia y entendimiento como señas de identidad del proyecto europeo”, ha apuntado, para agregar que eso “atenta sobre todo contra nuestro porvenir”.
Por ello, ha manifestado que la mejor forma de combatir el auge de estos extremismos y radicalizaciones es una doble vía: las políticas de seguridad que ya se están haciendo y la prevención, puesto que “nos hemos dado cuenta de que cada vez surgen fenómenos menos identificables”.
“La lógica de la prevención debe reinar y es una idea absolutamente compartida por todo el mundo. Frente a aquellos proceso que pueden poner en peligro la convivencia pacífica dentro del estado derecho entre diversos, Europa tiene que recuperar su pulso y una de las formas es hacer una apuesta muy clara por la prevención”, ha argumentado.
Las reuniones
En concreto, sobre la reunión con el secretario general Conseil Europeen Des Oulema Marocains, Khalid Hajji, ha apuntado que les dio a entender que era “muy importante” regularizar tanto la creación de las mezquitas como la formación de los imanes porque cuando no se hace emergen “salas de oración más o menos clandestinas”.
Con el coordinador de la lucha contra el terrorismo de la UE, Gilles de Kerchove, García Molina ha destacado la conversación que mantuvieron sobre la iniciativa de la Unión Europea basada en una red que genera programas de concienciación en los procesos de radicalilzación y en la que colaboran organizaciones policiales, del tercer sector, profesionales de la educación y de los servicios sociales.
Por último, con el eurodiputado Pier Antonio Panzeri, miembro de la Comisión Parlamentaria Mixta Marruecos-Unión Europea, ha señalado que se habló de programas que se llevan a cabo con jóvenes para que se formen en la Unión Europea y que puedan volver en sus tierras de origen a volver trabajar.
“Consideramos que trabajar por sociedades más libres e igualitarias necesita también sociedades más seguras, y que este auge de los extremismos ponen en peligro no solo el proyecto europeo sino también los valores sobre los que se sustenta”, ha indicado, para defender que este acuerdo “no es una adorno de la tarea política y así nos lo han hecho saber en la Unión Europea”.
