El director general de la central nuclear de Trillo (Guadalajara), Aquilino Rodríguez, ha asegurado que para la central “no es perentorio” la construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares en Villar de Cañas (Cuenca), pero ha reconocido que otras centrales “tendrían que ampliar su Almacén Temporal Individualizado (ATI)” para hacer frente al almacenamiento de los residuos.
Así lo ha indicado Rodríguez en una rueda de prensa este jueves en Guadalajara, donde ha señalado que el ATI de la central de Trillo tiene una capacidad para 80 contenedores, aunque ha admitido que no todas las centrales “tienen esa capacidad”, y ha alertado de que “si no se hace el ATC nunca”, los ATI “tienen que ser reconfigurados para aumentar su capacidad de almacenamiento”.
Para la central de Trillo “no sería muy acuciante” no disponer de un ATC, tras la decisión del Gobierno de España de paralizar su instalación en la localidad conquense, pero Rodríguez ha comentado que para prescindir de esta infraestructura habría que “hacer cambios en la política y estrategia del combustible gastado”.
Según ha subrayado, “siempre” se ha pensado que como paso intermedio para almacenar definitivamente los residuos de alta actividad “habría que tener un almacenamiento temporal” y el ATC “se refiere a eso”.
Prevención de riesgos laborales
De otro lado, ha señalado que la central ha puesto en marcha un plan de choque para mejorar el sistema de prevención de riesgos laborales. “Estamos trabajando en ello, aunque es pronto para decir que está dando resultados, ya que es una carrera de largo recorrido”, ha destacado.
Sobre esta cuestión ha indicado que, en lo que va de año, “solamente ha habido dos accidentes leves con baja”, cuando el pasado año 2017, en el mismo periodo, la central llevaba cuatro accidentes.
Por otro lado, a preguntas de los medios sobre la gestión de recursos, ha destacado que la central tiene autorización de explotación hasta el año 2024, y ha añadido que tienen la “ventaja” de que son la última central de todas que tiene que renovar, y de esta forma podrán ver “qué ha ocurrido con las otras”.
La central, según ha dicho, “no está igual que hace 30 años”, ya que “se renueva tecnológicamente todos los años, se modifica y se mejora”, por ello ha destacado que “no hay motivos que limiten su vida”, ya que “otros países van por delante en esa materia” y permiten una vida útil de las centrales hasta los 50 o 60 años.
El director general ha indicado que la central “no puede operar pensando en si va a tener continuidad” pues “tiene que ganarse la continuidad, el derecho a existir en el día a día”. Esto se producirá, a su juicio, “con buenas cifras de producción energética, accidentabilidad y sobre todo con seguridad”. En cuanto al nivel de rentabilidad de la central, Rodríguez ha aseverado que es “bastante bajo”, ya que soportan una fiscalidad “muy alta”.
