La escultura ‘Mi hermano Marcelo’ de Victorio Macho ha regresado a Roca Tarpeya después de permanecer desde el 17 de junio en la Catedral de Palencia en la exposición organizada para festejar el VII centenario de la puesta de la primera piedra de su construcción.
Junto con la escultura de ‘La Madre’, ésta es la obra más significativa y emotiva de todas las realizadas por Victorio Macho, que siempre llevó consigo en sus múltiples estancias y que fue admirada por todos, informó la Real Fundación de Toledo en un comunicado.
La obra, una representación en mármol y granito gris sin pulir de la figura de su hermano muerto, formó parte de la primera exposición realizada por el artista, inaugurada el 20 de enero de 1921 en el Museo de Arte Moderno de Madrid, obteniendo un gran reconocimiento y admiración hasta del rey Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia.
Pocos meses después, el 2 de mayo del mismo año, fue colocada en la Sala Capitular de la Catedral de Palencia, con la idea por parte de Victorio Macho de donarla al cabildo, como así fue, para su exposición permanente allí.
Al no obtener el beneplácito de los canónigos, la obra fue arrinconada y olvidada dentro de los muros catedralicios y ante esto, Victorio Macho, un año después de su instalación, retiró la escultura con la frustración de no haber conseguido su deseo.
Viajó al lado de Victorio y siempre fue una obra clave en otras exposiciones en donde el artista participó, Bienal de Venecia, Bogotá y Lima.
Tras su vuelta a España en 1952, el escultor la instaló en su casa de Toledo en Roca Tarpeya, en un espacio, la cripta, concebido expresamente para poder ser contemplada con el recogimiento con el que Victorio desea. De aquí ha salido en dos ocasiones, y las dos hacia Palencia, su ciudad natal.
La primera, en 1983, junto con veintiuna esculturas y quince dibujos que formaron parte de una exposición, organizada por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Palencia con colaboración del Ayuntamiento de Palencia con la finalidad oculta de que el legado del escultor permaneciera para siempre en la ciudad.
El segundo viaje a Palencia fue en junio de 2022, para participar en la exposición ‘Renacer. La catedral transformada’, que obtuvo gran éxito y a la que acudieron más de 65.000 visitantes.