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28 marzo 2024
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La vida vuelve a los mercados de abastos

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Mercado de Abastos / Elena Rosa
Noemí Velasco / Maite Guerrero / Graci Galán / CIUDAD REAL / VALDEPEÑAS / PUERTOLLANO
Los mercados de abastos de la provincia, garantía del comercio de cercanía y del producto fresco, empiezan a recuperar la normalidad. La afluencia comienza a aumentar en Ciudad Real y Puertollano, aunque en algunos como el de Alcázar de San Juan han notado incrementos de hasta el 30% en medio del confinamiento. El servicio a domicilio ha sido una de las fórmulas para mantener las ventas

Los mercados de abastos empiezan a recuperar la normalidad en toda la provincia después de semanas de confinamiento. A la par que el miedo a contraer el coronavirus disminuye en la población, que se nota más protegida con mascarillas, hidrogeles y demás recomendaciones sugeridas por las autoridades sanitarias, aumenta el trasiego en estos centros de actividad económica que arropan al comercio de proximidad. Eso sí, algunos de los mercados de la provincia, localizados desde Alcázar de San Juan, a Almagro o Puertollano, han notado repuntes en las últimas semanas, al igual que muchos supermercados.

En Ciudad Real en los últimos días las colas de gente han rodeado el mercado. La concejala de Consumo, Ana Belén Chacón, explica que desde la declaración del estado de alarma “solo hay una puerta abierta y una persona para controlar los aforos”. El objetivo es evitar las aglomeraciones de gente, y también, aumentar la sensación de seguridad a la hora de adquirir productos de primera necesidad. Además hay disponible hidrogel, han repartido mascarillas y recomiendan el pago con tarjeta.

La crisis provocada por el Covid-19 conlleva otra económica y el apoyo al comercio local es garantía de que el dinero revierta en la ciudad. Chacón celebra la respuesta de la ciudanía. “Al principio del confinamiento, la mayoría de la gente acudía a las grandes superficies, pero según ha avanzado, las personas han demandado cada vez más productos frescos y la venta ha ido en aumento en el mercado”, explica.

“Subir la persiana de un comercio local cuesta mucho dinero”. La concejala de Consumo insiste en la importancia de que los negocios pequeños sigan activos, también como garantía de “calidad, de trato cercano y directo”. En la mayoría de las ocasiones, el tendero se convierte en un profesional que, de forma amistosa, asesora al cliente, ya sea sobre fruta de temporada o dulces de elaboración propia. A veces son los mismos agricultores los que proporcionan el producto en el puesto, sin intermediarios.

El reparto a domicilio

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Los tenderos preparan los pedidos en venta directa y a domicilio en Ciudad Real / Elena Rosa

Casi desde el principio, el reparto de comida a domicilio ha sido una de las garantías para dar salida a la mercancía, de forma coordinada entre los comercios. A tu casa no llega el pescadero y el frutero cada uno por su lado, sino que llevan la merluza y las fresas de manera conjunta. El Ayuntamiento señala que en las últimas semanas “los pedidos a domicilio han aumentado un 80 por ciento”.

Personas de mediana y de edad avanzada han sido las que más han agradecido el servicio, que ha promocionado el Ayuntamiento. No solo lo hacen por no salir a la calle, sino que se evitan llevar peso o tener que coger el coche. Además, Chacón destaca que “es muy cómodo, porque por ejemplo puedo hacer la compra desde el trabajo”.

En medio de la tragedia, la concejala de Consumo advierte que “estamos aprendiendo muchas cosas buenas”. Los pequeños comercios se han reinventado, y los consumidores han aprendido “nuevas formas de relacionarse, de utilizar internet y de comprar”. Bajo su punto de vista, el reparto a domicilio es “una iniciativa estupenda”, que ha venido para quedarse.

El nuevo “día a día” de los comerciantes

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Pili, frutera del mercado de Ciudad Real, habla de la venta en tiempos del Covid / Elena Rosa

De la Puerta de Toledo, al hospital y a la zona de la universidad. Pili García, una de las más veteranas del mercado, confirma que los repartos llegan a toda la ciudad. Las personas que viven a las afueras de Ciudad Real, en anejos como La Poblachuela, son las que en las últimas semanas han tenido menos opciones de realizar la compra, por lo que los comerciantes del mercado de abastos han dado respuesta a su necesidad.

Frutas y Verduras Pili, al igual que el resto de comercios, está abierta de 9 a 14 horas desde que se decretó el estado de alarma. Antes, el horario era de 8 a 15 horas, y también abrían los jueves y los viernes por la tarde. Las mañanas son para el trato directo con la gente, con “los consumidores más fieles del mercado”. Dice que desde que Ciudad Real pasó a la “fase cero” han empezado a acudir algunas clientas mayores después de varias semanas, y “da alegría verlas”.

Por las tardes tocan los repartos. En Frutas y Verduras Pili realizan una media de “veinte repartos al día”. Los clientes se comunican por llamada o por Whatsapp, y dice la frutera que es fundamental “tratarlos como si estuvieran delante de ti”. Si la gente no pregunta por la fruta de temporada, Pili ofrece fresas, albarillos, nísperos, cerezas y sandía, “que viene muy buena”. En los últimos días, la gente ha consumido mucha piña y la semana pasada el buen tiempo animó a hacer gazpacho, con tomate y pepino.

Una mala racha, larga

Abre mercado

En las últimas dos semanas, los ciudarrealeños tienen más fácil llegar hasta el mercado. Una de las recomendaciones de las autoridades fue salir a comprar en tiendas situadas en el entorno de los domicilios. Ángel Puerto, que está al frente de una pollería con charcutería, hace referencia a una clienta fija que le confesó que “se había arreglado por su barrio, Pio XII”, pero que tenía ganas de volver al mercado.

Las ventas han bajado, “a la mitad”, dice Ángel, pero “no queda más remedio que aguantar el tirón como podamos”. El tendero lamenta que “muchas de las clientas empezaron a venir la semana pasada, pero falta gente”. A su juicio, va a ser “una mala racha, larga”, porque “los gastos son los mismos”. Eso sí, reconoce que los repartos a domicilio han sido claves para mantener las ventas. “No se ha dado mal, tenemos repartos todos los días”, afirma.

Poco optimista es José Ramón Ruiz Turrillo, pescadero, que apunta que “desde el bajón que tuvimos en los primeros días del confinamiento no hemos mejorado”. “Las ventas no están como antes”, apunta. La “incertidumbre” domina en su comercio, que clama por llegar a la “fase 1”, con la confianza de que traiga más afluencia en la calle y en las tiendas de siempre. Sin duda, el paro y los ERTEs tampoco contribuyen a generar buenas expectativas.

Cambian las rutinas de los clientes

El coronavirus ha trastocado las rutinas y hoy en día poca gente va a comprar todos los días. En la frutería, Pili señala que “la gente compra para la semana y se lleva postre para 4 o 5 días”. Y en Ultramarinos José Manuel, “los clientes se llevan panes más grandes, que aguantan 2 o 3 días”. Ahora bien, la mayoría compran “igual que siempre”, más allá de los repuntes de ventas de productos como la harina.

Todo el mundo está cansado de esta situación, de la pandemia, los contagios y de las restricciones, hartos también de estar encerrados, y en los últimos días los tenderos, que reconocen estar “más animados”, han notado que “hay menos miedo”. “No sé si será bueno o malo”, reconoce José Manuel. Mucho ha cambiado desde Semana Santa, cuando las galerías estaban vacías y casi todos los pedidos eran a domicilio.

El reparto a domicilio funciona en Valdepeñas

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Los vecinos mantienen la distancia de seguridad en el mercado de Valdepeñas / Lanza

El servicio de reparto a domicilio también está funcionando muy bien durante el estado de alarma por la pandemia del coronavirus para los puestos del mercado municipal de Valcentro, en Valdepeñas, tal y como indica Julia Cejudo, concejala de Desarrollo Empresarial y Comercio de la localidad.

El mercado municipal es pequeño. Hay siete puestos abiertos (tres carnicerías, una frutería, una pollería, una pescadería y una tienda de venta de jamones) más el supermercado. Otros tres puestos están cerrados, pero no por causas relacionadas por el Covid-19, sino por jubilaciones, y hay otros dos cerrados porque en la “fase 0” no se les permite abrir o no les resulta rentable, como son La Cantina y la churrería.

Cejudo explica que los propietarios de los establecimientos le comentaron que al principio de decretarse el estado de alarma la gente iba poco al mercado y hubo un gran descenso de las ventas. “Vendían más a través del reparto a domicilio, que funciona muy bien”. “En opinión de los propietarios, la gente tenía miedo a salir a la calle y prefería ir a un supermercado a comprarlo todo. Ellos siguieron con los clientes más habituales y desde la semana pasada está comenzando a ir más gente”.

La concejala recuerda que el Ayuntamiento aprobó en pleno la reducción de tasas para establecimientos que no han podido abrir por causa del coronavirus, de la que podrán beneficiarse los dos que no han abierto por este motivo mientras estén cerrados.

También recuerda que desde la Concejalía de Desarrollo Empresarial se ha publicado un listado con los establecimientos de la localidad que realizan reparto a domicilio, en el que figuran los de Valcentro, entre otros. “El Ayuntamiento se lo ofreció primero a los puestos del mercado municipal”.

Por lo que respecta a las medidas de protección frente al coronavirus, Cejudo señala que en Valcentro utilizan mascarillas, guantes y gel hidroalcohólico. Además, indica que el público acude al mercado municipal de una manera muy organizada, guardando las distancias.

Reinventarse

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Nécoras y cigalas en el mercado de Valdepeñas / Lanza

Desde la Frutería Javi y Araceli, de Valcentro, sus propietarios manifiestan que se han tenido que reinventar. “Acostumbrados a la venta directa, ahora la mayoría de los pedidos son por teléfono. Antes teníamos reparto a domicilio, pero la compra la hacían los clientes aquí y luego se la llevábamos”.

Ahora hacen el pedido por teléfono y se lo llevan contando con mucha seguridad. Usan mascarillas y gel desinfectante, con el que se lavan las manos al llevar los productos. El pago se suele hacer con tarjeta. “Se va pagando con efectivo en los últimos quince días, pero hay más pagos con tarjeta. Intentamos dar el servicio con seguridad”.

Indican que sus ventas a particulares han subido en esta situación. “Antes trabajábamos con unos 45 establecimientos de hostelería, a los que ya nos les servimos, pero las ventas que hacemos compensan el 80% de las pérdidas de la parte de la hostelería, lo que nos permite subsistir”.

Javi apunta que el servicio a domicilio supone el triple de trabajo, ya que hay que coger el pedido, que lleva más tiempo, sobre todo en el caso de personas mayores, y llevarlo. “Se pierde tiempo, aunque al no haber atascos, se tarda menos en llegar a los sitios”. Comenta que siguen trabajando las cuatro personas que trabajaban antes.

También señala que el 90% de los clientes están concienciados y guardan las distancias. Sin embargo, a algunos, como las personas mayores, hay que recordarles que deben mantener las distancias.

Asimismo, explica que los puestos de Valcentro se están echando una mano, así como a los clientes y, cuando le hacen un pedido a alguno de ellos, si les solicitan llevar productos de otros puestos o del supermercado, los llevan también a la vez. Añade que “en los últimos diez días la gente se está animando a venir a comprar, aunque con miedo”.

También apunta que los veterinarios que suelen inspeccionar los puestos no se han pasado para darles instrucciones y que han sido ellos los que se han ido adaptando a la situación.

Packs de seguridad en Puertollano

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El Mercado de Puertollano ofrece nuevo horario / G.G.

En Puertollano, el servicio a domicilio también ha sido una de las claves para mantener las ventas en el mercado muncipal durante la cuarentena. Son unos 40 puestos los que tienen abiertas sus puertas, en horario de 8.30 a 14 horas. Las primeras semanas fueron muy difíciles ante la escasez de clientes, pero han sabido adaptarse a la situación actual con nuevos servicios.

En un primer momento se adhirieron a este servicio a domicilio una decena de establecimientos comerciales. En una segunda fase, y tras el éxito obtenido, fueron otros seis los que se sumaron a este listado para que la población pueda pedir sus compras y se las lleven a casa con total comodidad.

No obstante, las medidas higiénicas se han ido incrementado y modificando conforme lo requerían las circunstancias. Ahora la limpieza de las zonas comunes se realiza con hipoclorito a diario. Si en tiempos previos al Covid-19, el personal de limpieza realizaba estas tareas una vez que todas estas dependencias estaban cerradas, en estos momentos se realiza de manera continua también durante el tiempo en el que permanece abierta esta instalación. También hay una mayor ventilación natural, ya que cada cierto tiempo las puertas de acceso se abren de manera automática.

Además, en cada una de las puertas de acceso se han ubicado dispensadores de gel hidroalcohólico para la desinfección de manos de los clientes a la entrada y salida, se ha marcado el suelo en cada uno de los puestos con la distancia de seguridad permitida, con bandas de posicionamiento, y el Ayuntamiento de Puertollano ha repartido un pack para estos vendedores con 20 mascarillas, una garrafa de cinco litros de gel hidroalcohólico y dos pantallas protectoras para ganar en seguridad.

Un periodo de adaptación de estos pequeños comerciantes de nuestro día a día en esta “nueva realidad” que además se verá apoyada con una campaña promovida desde el Ayuntamiento de Puertollano, a través de un video promocional, porque ahora más que nunca hay que “invitar a la ciudadanía a que se acerque al pequeño comercio de Puertollano”, justifica Petra Sánchez, concejala encargada del mercado municipal.

Sin largas colas en Manzanares

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Los tenderos de los mercados de abastos de la provincia son garantía del producto de proximidad / Elena Rosa

Desde la tercera semana de confinamiento la venta es “prácticamente la misma” en el mercado de abastos de Manzanares. La concejala de Consumo, Silvia Cebrián, explica que “la gente ha ido a comprar con normalidad”, lejos de la semana previa al estado de alarma, en la que “se dispararon las ventas masivamente, porque la gente tenía miedo de no poder salir de casa o de que cerrarán las tiendas”.

En el mercado de Manzanares hay carne, pescado, fruta, encurtidos, panadería… Silvia Cebrián insiste en que “hay que apoyar a los comercios de proximidad, de cercanía, que nos ofrecen el mejor servicio, con el trato más amable y familiaridad en la atención”. “Si compramos en el mercado apoyamos a los pequeños empresarios, autónomos y trabajadores locales, que siempre lo necesitan, pero ahora con mayor motivo”, apostilla.

Justo en estas fechas, el Ayuntamiento promueve la campaña ‘Me gusta mi mercado’, que incluye premios y regalos. Este año no la han convocado, para evitar aglomeraciones, y esperan hacerlo posteriormente. Silvia Cebrián destaca que “el vecindario tiene que conocer que el mercado ofrece todas las garantías”, incluidos los más jóvenes, que son los más reticentes a acercarse.

Abierto martes, jueves y sábado, en estos días el mercado de Manzanares es una alternativa a las grandes colas que tienen otras grandes superficies de la localidad. Existe control del aforo para evitar la masificación en las galerías, pero “todavía no se ha dado el caso de que la gente tenga que esperar fuera”. El Ayuntamiento también ha aumentado las labores de desinfección y limpieza, hay geles hidroalcohólicos en las entradas y en varias ocasiones han repartido mascarillas a operarios y usuarios.

En las medianas poblaciones se adaptan a los tiempos del Covid

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Sin aglomeraciones en el mercado de abastos de Almagro / Lanza

En Almagro, como en tantas otras medianas localidades de la provincia, el mercado de abastos también funciona varios días a la semana con una decena de establecimientos. Han estado abiertos todos los negocios, salvo la churrería, debido a las restricciones impuestas en la primera etapa del estado de alarma. Hace diez días abrió de nuevo sus puertas con churros para llevar.

El alcalde en funciones, Jesús Santacruz, confirma que “al igual que la mayoría de los comercios de alimentación, los del mercado se han adaptado a los tiempos y han ofrecido reparto a domicilio”. “Las instalaciones han funcionado con normalidad, con la afluencia más o menos habitual, y creo que en general todos están contentos”, señala.

Sin aglomeraciones en las instalaciones, que son muy amplias, ya que hay puestos cerrados y no por el coronavirus, Santacruz afirma que “la gente ha hecho un uso muy razonable del mercado, conscientes de la importancia del distanciamiento social y del uso de las mascarillas”. También han reforzado la limpieza.

Repunte de ventas en Alcázar

Donde no han notado en gran medida los efectos del coronavirus ha sido en el mercado de abastos de Alcázar de San Juan, situado en la plaza de España. Jesús Ruiz, encargado de las instalaciones, destaca que la mayoría de los establecimientos han permanecido abiertos, y algunos han tenido “incrementos de ventas de entre un 20 y un 30 por ciento”. Los únicos que han estado cerrados han sido el bar, la floristería y otro comercio cuyo personal estuvo en cuarentena, tras estar en contacto con un positivo.

Al igual que las grandes superficies, los pequeños comercios que están en el mercado de Alcázar han notado un aumento de las ventas, muchas de ellas a domicilio. “Es un mercado con una veintena de establecimientos, incluido un supermercado, que funciona”, señala Jesús. Desde 1992 asumieron la gestión de las instalaciones municipales los comerciantes, y en la mayoría de los puestos hay 3 o 4 empleados.

Fruteros, pescaderos y el supermercado han sido los más beneficiados. Jesús señala que “el supermercado notó en las primeras semanas una subida de las ventas de entre un 20 y un 30 por ciento”. Ahora, sigue “por encima de un 15 por ciento”. Pero es que los fruteros y la pescadería también han experimentado picos de actividad. Los peor parados, las carnicerías, con menos trasiego en las últimas semanas, “quizás con tal de no engordar”.

Debido a la gran afluencia, el sábado pasado tuvieron incluso que cerrar las puertas. Hasta entonces no había hecho falta, “porque las instalaciones son muy amplias”, pero al mediodía la gente se empezó a concentrar entre una pescadería y frutería, y era imposible mantener las distancias de seguridad. “Ha sido el único día con problemas y fue por casualidad, ya que en otros puestos no había casi gente”, apunta el encargado.

Aparte del control de la afluencia, los comerciantes del mercado de abastos han insistido en las últimas semanas en la limpieza. “Estamos gastando 3 veces más de lejía y me quedo corto”, señala Jesús. Cada día, el personal de limpieza utiliza entre 4 y 6 cajas de lejía, cada una con 12 litros. Los viernes y los sábados refuerzan la limpieza, y cada dos días echan “un desengrasante buenísimo”. Además, al principio de todo, el Ayuntamiento hizo una desinfección, y los puestos tienen geles hidroalcohólicos. Así es como los pequeños comercios adoptan las rutinas que formarán parte de la “nueva normalidad”.

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