El recibo de la luz de un consumidor español medio se ha encarecido cerca de un 12% y la factura del gas hasta un 4,5% desde enero de 2017, de acuerdo con el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital. Este dato viene en la misma línea que las previsiones del propio ministro que auguraba un encarecimiento del 10% del recibo de la luz en el último año, es decir, que el gasto medio de un consumidor ha subido de los 759 euros en 2016 a los 835 euros. Sin embargo, a lo largo de diciembre la factura de luz y gas se ha vuelto a disparar, por lo que se podría comenzar el año pagando más de lo que se preveía.
Ante las constantes subidas en las facturas en los últimos años, no resulta extraño que el 88,8% de los consumidores de Castilla-La Mancha opine que el precio de la energía en España sea uno de los más caros de Europa, según se desprende del ‘IV Estudio de Comparación Online hacia el Ahorro Inteligente’, realizado por el comparador Rastreator.com (www.rastreator.como). Precisamente, desde 2007 el precio de la luz y el gas ha subido el doble en nuestro país que en Europa, lo que convierte España en uno de los países donde más paga de todo el continente (Eurostat).
¿Cómo se intenta reducir la creciente factura energética?
La preocupación de la población castellano-manchega por el encarecimiento del recibo es evidente, más tratándose de un servicio de primera necesidad que puede suponer hasta el 5% de un salario medio nacional. Por ello, son muchos los hogares de la región que han tomado medidas de ahorro para controlar y reducir, en la medida de lo posible, ese gasto.
En primer lugar, el consumidor castellano-manchego adopta proactivamente medidas para modificar su patrón de consumo eléctrico. El 85% de la población de Castilla-La Mancha intenta reducir al máximo su consumo y un 47,5% lo concentra en las denominadas ‘horas valle’ cuando las tarifas son más económicas. Además, muchos han hecho el ejercicio de revisar los términos de sus contratos y cambiar a otra modalidad más adecuada a su perfil: el 51,3% de los castellano-manchegos ha cambiado de compañía suministradora de electricidad, el 47,5% ha contratado otro tipo de tarifa, y un 31,3% ha reducido la potencia contratada.
Por otro lado, están las medidas orientadas a mejorar la eficiencia energética de la vivienda, también están extendidas entre los ciudadanos de Castilla-La Mancha. Así, ocho de cada diez castellano-manchegos aseguran utilizar bombillas LED, el 78,8% usa electrodomésticos más eficientes o de menor consumo y el 70% ha invertido en un buen aislamiento de la vivienda.
Pero los consumidores castellano-manchegos son capaces de llegar incluso a medidas más extremas como, por ejemplo, pasar frío en invierno para ahorrar en calefacción, tal y como asegura hacer un 42,5% de ellos. De hecho, ésta es la región que más asegura estar en esta situación, superando en diez puntos porcentuales a la media nacional, que se sitúa en el 32,6%.
Fernando Summers, del CEO de Rastreator.com, asegura que “los consumidores castellano-manchegos se han mostrado muy concienciados en los últimos años en cambiar sus patrones de consumo para así ahorrar, en la medida de lo posible, en la factura energética. Entre todas las medidas posibles, se hace fundamental estudiar bien y conocer su consumo idóneo para poder valorar todas las opciones que ofrece el mercado. De hecho, uno de cada cuatro consumidores castellano-manchegos reconoce que nunca ha cambiado de proveedor energético por pereza, por lo que herramientas como las platafomas de comparación de precios son imprescindibles para facilitar la labor informativa a los usuarios”.