Se sienten criminalizados, piden “sentido común” ante la medida recogida por Desarrollo Sostenible para impedir el uso de las máquinas entre 15 y las 18 horas, e incluidos los motores o maquinaria ligera cuyo funcionamiento genere deflagración, chispas o descargas eléctricas, como sierras, radiales, soldadores, motosierras, o desbrozadoras.
También piden “más medios” a la Administración a la hora de extinguir un incendio en el medio natural, donde está prohibido encender fuego, y se quejan de “la subida de costes” que supondrá la obligatoriedad de “llevar un tractor adicional con un arado o vertedera, para que su conductor vaya vigilando los trabajos”.
La resolución de la Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad se justifica en la “situación de sequía consolidada” en la región por el “déficit hídrico y las temperaturas por encima de la media histórica”, y la casi imposible reversión de la situación.
Aunque las restricciones fueron consensuadas con las organizaciones profesionales agrícolas, varios propietarios de cosechadoras de la provincia de Ciudad Real cuestionan la resolución de la publicada este martes por el Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM).
Retrasos
“Es una locura”, sostiene Carmelo Pizarro, agricultor y ganadero de Agudo, que también ofrece estos días servicios a otros cerealistas con su cosechadora.
“Si ahora que estamos con 32º, 33º o 34º ya nos limitan, cuando sea verano tenemos que dejar las cosechadoras y empacadoras en casa”, protesta y, por ello, muestra la “indignación” del colectivo.
Igualmente, el productor lamenta “los retrasos” de la administración a la hora de resolver las solicitudes de autorización para la excepción de limitación en el uso de la maquinaria y equipos en los montes y áreas rurales. “Encima que tenemos las máquinas paradas, hicimos el trámite por vía electrónica, hemos preguntado y nos dicen que no saben cuándo nos darán las autorizaciones”, relata.
Y los cultivos herbáceos no dan tregua porque “se seca lo poco que estamos cosechando para hacer heno”. Cada hora que pasa, asegura, es “vital” para segar el escaso fruto, así como “los agricultores nos aprietan, con razón”.
Pizarro defiende la labor de los agricultores, “a los primeros que nos perjudica un fuego y los primeros que estamos con nuestros aperos para apagarlos”, aunque “no vemos bien la solución que nos han dado de parar las cosechadoras”.
Sentido común
En la misma línea, Santiago Aparicio, que también presta servicios de siega (su empresa tiene dos cosechadoras) en la comarca de Ciudad Real, ve “de poco sentido común” las normas de la resolución. “Una paja arde igual a la hora que sea”, refiere, porque “no hay humedad, y tiene el mismo nivel de combustión”. “La única diferencia, agrega, es que a las 15 horas hay más calor ambiente”, aunque “la forma de prender es la misma”.
Asegura que la resolución de la Junta es para “justificar que están haciendo algo”, y repercutirá directamente en su labor, “que tendremos que adelantar por la mañana y prorrogar a última hora del día”, aunque en conjunto «tampoco nos molesta».
Aparicio, miembro de la empresa ‘Santiago Aparicio e hijos S.L.’, que también cultiva más de 300 hectáreas de cereales y leguminosas en Ciudad Real (principalmente) y Picón, explica que los cosecheros y agricultores conocen los riesgos y utilizan las medidas de ecología natural para prevenir incendios. Como es el caso de las leguminosas, “que es imposible de ardan”, y por ello, los conductores de las máquinas “dejamos los equipos por la noche en los rastrojos de guisantes o en barbechos”.
Por ello, lamenta “que se estén fijando siempre en los que trabajan en el campo” y que este tipo de medidas suponga “otra subida de los costes de producción”, al tener que llevar a otra persona que supervise las labores de cosecha.
Replica, igualmente, sobre las causas de los fuegos forestales “no siempre por las cosechadoras”, a la vez que reclama “más medios” para los retenes organizados en los pueblos, «que son muy escasos». «Hay que actuar con proporcionalidad», indica, porque «para extinguir un fuego de 20 kilómetros se necesitan medios aéreos» y «no se pueden atajar con personas y mochilas con 15 litros, con el peligro que entraña».
Aparicio, por último, también ha resaltado la necesidad de seguir cosechando, este año con entre un 60% y 70% en verde, para «evitar la evaporación» y para que haya pasto para el ganado.