“El machismo está agotado y busca refundarse ante el avance del feminismo”, tratando de recuperar los instrumentos del modelo cultural histórico, buscando un retroceso sobre los valores androcéntricos para mantener su posición de poder. Miguel Lorente estuvo ayer en Toledo presentando su último libro “La refundación del machismo. Poskultura y guerra cultural”, un acto organizado por CCOO CLM, que tuvo lugar en el Círculo de Arte de Toledo.
Lorente, exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género, profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada y médico forense especialista en violencia de género, estuvo acompañado por la secretaria regional de Mujeres y Políticas LGTBI de CCOO CLM, Rosario Martínez, y por Francisca Bravo, periodista de El Diario.es CLM y que fue la encargada de moderar la presentación.
El machismo es consecuencia de una injusticia que produce un daño objetivo y que está basado en la mentira de que el hombre es superior a la mujer, cuando no es así. Esta es la primera postverdad que nació en el Neolítico, creándose a partir de ahí un modelo cultural androcéntrico que tiene que seguir aliméntandose de bulos para mantener el poder.
El machismo es cultura y no conducta, y hay que erradicarlo a través del cambio individual para que de esta forma pueda producirse un cambio social y que este traiga un cambio cultural. De hecho “estamos ante una oportunidad histórica de cambiar la transformación cultural androcéntrica hacia una transformación cultural feminista”, subrayó Lorente.
“Nos encontramos ante una transformación social intensa e imparable, pero puede ser más lenta y dolorosa” por el avance de la ultraderecha que intenta reforzar el modelo androcéntrico con un discurso negacionista e intentando desmontar la red de igualdad. Se está negando la violencia machista cuando cada año se producen de media la alarmante cifra de 60 crímenes machistas, denunció Lorente, a la vez que manifestó que es preocupante además que una parte de la juventud reivindique una masculinidad normalizando la violencia dentro de la pareja, considerando más de un 15% de jóvenes de entre 15 y 24 años que si la violencia es de poca intensidad no es un problema, y esto hay que abordarlo desde la educación, educando en valores y en igualdad, porque esta es la forma de cambiar la realidad.
El machismo ha ido pasando por diferentes fases a lo largo de la historia con una primera de cesión (dejando que las mujeres estudien, voten o trabajen); una segunda de resistencia (dificultando que las mujeres puedan ir consiguiendo más logros y avances en derechos); una tercera de reacción (cuestionando a las mujeres por dejar sus roles de género), y una cuarta, en la que estamos ahora, de ataque y guerra cultural, las posiciones conservadoras consideran que el avance en derechos y en igualdad es una guerra cultural.
Ante este ataque hay que seguir peleando, para lograr ese cambio social y ese cambio cultural tan necesarios, que tienen que hacer las personas que forman la sociedad para que logremos erradicar el machismo y avanzar en igualdad.