La presidenta nacional de Afammer, Carmen Quintanilla, participó en el Seminario Internacional de Estudios Europeos ‘La despoblación de las regiones: Una amenaza para la igualdad de oportunidades’, junto a la presidenta de Afammer-Castilla y León, Claudia Ibáñez. Organizado por EZA y USO, el acto tuvo lugar en la localidad leonesa de Villafranca del Bierzo.
En el encuentro, que contó también con representantes de Portugal como Joaquim Marqueiro (presidente de Sinergia-Portugal), Orlando Coutinho (Fidestra-Portugal) o Francisco Augusto Alves de Moura (director de Sinergia-Portugal), Quintanilla compartió mesa con Jorge Lojero, técnico de Igualdad de USO, y Marco Boleo, de Efal-Italia y abrió su ponencia abordando la doble discriminación socio laboral de la mujer en el medio rural.
“Dos de cada tres personas que abandonan el campo para irse a la ciudad son mujeres que se marchan, principalmente porque quieren tener un puesto de trabajo, pero al mismo tiempo, poder conciliar ese trabajo con su vida personal y familiar”, expuso Quintanilla, señalando la conciliación y la falta de infraestructuras y servicios como los principales causantes del desempleo femenino rural.
Claudia Ibáñez también abandonó el pueblo donde creció, pero lo hizo sólo de forma momentánea, regresando a él “con una formación suficiente para construir desde el medio rural”.
“Somos muchos jóvenes, hombres y mujeres, los que queremos volver a nuestros pueblos porque nos hemos dado cuenta de que el estilo de vida de las ciudades no es saludable a nivel emocional. Queremos apostar por nuestro medio rural porque nos hemos criado en él y sabemos la calidad de vida que hay”, explicó la presidenta de Afammer-Castilla y León.
Claudia Ibáñez también explicó cómo ha llegado a convertirse en representante de Afammer-Castilla y León. Hace meses, junto a Judith Jiménez y María Jiménez, presidenta y tesorera de Afammer-León, crearon un proyecto llamado ‘Nosotras mujeres’ en el que se fijó Carmen Quintanilla. En su III Congreso Internacional, Afammer premió a las tres jóvenes por ese trabajo basado en la realización de diferentes actividades educativas y formativas en materia de sensibilización, de igualdad de género y en sostenibilidad y educación ambiental. A partir de ahí, se creó una relación que ahora está consolidada bajo las siglas de la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural.
En su turno de ponencia, Quintanilla también quiso acordarse de los jóvenes que salen de sus pueblos para formarse en las grandes ciudades, donde suelen quedarse en busca de un futuro laboral que parece serles esquivo en el medio rural.
“Muchos jóvenes no vuelven al pueblo que los vio nacer porque creen que no hay oportunidades para ellos y, sin embargo, ocurre la contradicción de que muchas empresas rurales no encuentran el talento profesional que necesitan ya sea en agricultura, en turismo o en ámbitos muy diversos como las ingenierías, salud, marketing, asistencia o dinamización socio cultural”, afirmó Quintanilla.
Los grandes problemas de la mujer rural
Y de la problemática de la juventud en el medio rural, a las diversas barreras que se encuentran las mujeres de los pueblos para trabajar, formarse o decidir su propio futuro. Tal y como señaló Quintanilla, “ellas siguen siendo, en gran parte, las cuidadoras de sus mayores, educadoras de sus hijos o colaboradoras de las explotaciones agrarias”.
“La desigualdad que sufren las mujeres rurales se debe a que en muchos pueblos no hay guarderías o centros donde llevar a los menores. Esta desigualdad hace que esas mujeres rurales estén trabajando de forma temporal o lleguen, incluso, a tener que renunciar a su empleo por la falta de medidas de conciliación”, explicó la presidenta nacional de Afammer.
Al hilo de lo comentado por Quintanilla, Claudia Ibáñez dijo que “las mujeres rurales están más indefensas y son más vulnerables porque muchas de ellas nunca han salido de ese medio rural y no han tenido oportunidades para acceder a una formación, a la vida que desearían”.
“Estamos perdiendo un capital humano femenino muy valioso, porque esas mujeres son parte del futuro de los pueblos. Pueden mantenerlos, traer proyectos de emprendimiento, ir de lo tradicional a algo innovador. En definitiva, ellas pueden darles vida a los pueblos”, destacó la presidenta de Afammer-Castilla y León.