Este Martes Santo se ha vivido uno de los momentos más emotivos y de mayor recogimiento de la Semana Santa de Ciudad Real con la procesión de Jesús de Las Penas, que ha comenzado su estación de penitencia desde el barrio del Carmen.
A las nueve en punto de la noche, tal y como manda la tradición, el muñidor, hermano de la Cofradía, y que rememora aquel personaje que durante los siglos XVII y XVIII abrían los cortejos procesionales y fúnebres, ha dado tres golpes rituales a la puerta del Convento del Carmen para que, posteriormente, y una vez abierta la puerta, hayan salido en procesión la Cruz de guía seguida de los primeros hermanos, acólitos, monaguillos y servidores.
Acto seguido ha salido del convento el paso de Nuestro Padre Jesús de las Penas, cuya imagen representa el camino de Jesús con la Cruz hacia el Calvario, y que es ayudado por el cirineo, estando formado por las imágenes del Señor de las Penas, obra inacabada del imaginero madrileño Víctor González Gil y terminada por Faustino Sanz Herranz. En ese preciso instante, ha llegado el momento complicado de la noche, pues debido a las dimensiones que presenta la puerta, el grupo de costaleros, compuesto por una cuadrilla de 35 personas, han tenido que salir agachado para no dañar ninguna imagen del paso.
A las 21.15 horas, se ha dado lectura a la meditación del Sermón de las Siete Palabras para, acto seguido, dar comienzo el desfile procesional de la Hermandad de Las Penas, que nació con la idea de ser una de las llamadas del silencio, pues durante su recorrido únicamente se ve acompañada por la música de capilla o fúnebre en la que el silencio solo se ve quebrado por la música que sale de un oboe y un clarinete.
La procesión de Jesús de las Penas por Ciudad Real ha destacado por su discurrir silente, serio y ordenado, viéndose en todo momento arropada por el numeroso público que se ha agolpado en las calles, siempre muy respetuoso y guardando un gran silencio durante el recorrido a costal del paso. Los vecinos del barrio del Carmen también han acompañado a Jesús de las Penas con un manto de lirios.
Los nazarenos que han acompañado la imagen del Señor de las Penas han vestido túnica de color rojo con botonadura en color negro y capillo de color negro con gran babero, con el escudo de la hermandad bordado en el centro.
Uno de los momentos más emotivos y sentidos de la salida procesional de la Hermandad de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Penas, que es eminentemente penitencial, ha tenido lugar en los Jardines del Prado, donde una coral ha interpretado el miserere.
La salida procesional ha discurrido por las calles Azucena, Reyes, Paseo del Prado, Catedral, Prado, Feria, María Cristina, Plaza Mayor, Cuchillería, Lanza, Conde de la Cañada, Libertad, Paloma, Toledo y Pasaje de La Merced, para entrar en el Monasterio de RR.MM Carmelitas Descalzas a las 0.00 horas.
Como novedad este año durante el desfile procesional se han incorporado dos estrenos musicales: ‘Silencio Nazareno’, de Ernesto Rodríguez-Molsalve Álvarez, y el ‘Miserere de Capilla’ de Francisco Javier Rosal Nadales, profesor de Ciudad Real.
También se han incorporado a las esquinas traseras en imagen a tamaño académico a San Juan Bautista de la Concepción y al Beato Fernando de Ayala, realizados por Jesús Manuel Romero.
El hermano Mayor de la Hermandad de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Penas, Pedro Alcántara Ruiz, ha explicado que esta ha sido su primera salida procesional como Hermano Mayor, puesto que “llevo en el cargo desde octubre de 2020, en plena pandemia, sustituyendo a Francisco José Turrillo”.
Alcántara ha confesado sentir una “enorme ilusión” por “volver a salir en procesión a la calle”.
La Hermandad de las Penas realizó su primera estación de penitencia a la 1.30 de la madrugada del Miércoles Santo, en abril de 1993 y, desde ese mismo momento se ha caracterizado por su seriedad, sencillez, orden y espíritu penitencial.