El secretario general de UGT Castilla-La Mancha, Luis Manuel Monforte, ha destacado hoy en Toledo «lo mucho que nos jugamos con la formación y la cualificación de las personas trabajadoras de esta tierra, una formación que -en su opinión- debe abordar el reto que representa actualmente la transición digital. Así lo ha puesto de manifiesto durante la presentación del balance del III Plan de Formación Profesional de Castilla-La Mancha 2018-2022 que ha tenido lugar en el Palacio de Fuensalida (sede del Gobierno regional)».
Durante un acto en el que también han tomado la palabra la consejera de Economía, Empleo y Empresas y el resto de agentes sociales, Monforte ha indicado que “vivimos en un entorno laboral cambiante y altamente competitivo en el que necesitamos establecer una Formación Profesional innovadora en digitalización y nuevas tecnologías”.
El secretario general de UGT CLM valoraba de manera «positiva» las actuaciones llevadas a cabo en el marco del III Plan de Formación Profesional de Castilla-La Mancha, un plan que -entiende- “ha servido para poner las bases de una formación de calidad en nuestra región, orientando a las personas trabajadoras y desempleadas y abordando la cualificación de los colectivos que mayores dificultades tienen a la hora de acceder a un empleo”.
Este plan pone de manifiesto que “hay formas y formas de hacer política”. Añadía que el III Plan de Formación Profesional de Castilla-La Mancha “pone a las personas en el centro de las políticas, sobre todo a aquellos que tienen más dificultades”.
Resaltaba igualmente la apuesta firme del sindicato por una formación de calidad que se adapte a las necesidades de los diferentes sectores y territorios de Castilla-La Mancha, siempre a través del diálogo social. Apuntaba que, solo el año pasado, UGT orientó en Formación Profesional para el Empleo y en el procedimiento Acredita a un total de 1.700 personas.
“Dado nuestro compromiso por mejorar la empleabilidad de los castellanomanchegos y castellanomanchegas, nos sentimos parte de este plan y valoramos de él que haya sabido adaptar la Formación Profesional a las necesidades del tejido productivo; que haya anticipado estas necesidades; y que haya llevado esta formación a las zonas despobladas. Un balance positivo al que también ha contribuido el sistema de información y orientación creado en colaboración con los agentes sociales, el entorno de enseñanza-aprendizaje generado, así como el acercamiento de las innovaciones a las pymes que se ha hecho de la Formación Profesional”.
